Un día en el campus de verano de la ED Moratalaz: “Vaya cañito que te he hecho”

Un día en el campus de verano de la ED Moratalaz: “Vaya cañito que te he hecho”

“Que mi hijo venga tan contento por las mañanas es una tranquilidad”

Decenas de niños, niñas y adolescentes disfrutan del fútbol, la piscina juegos y excursiones urbanas en el campus que la ED Moratalaz organiza a principios del verano en las instalaciones de la Dehesa

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Alejandro Posilio

“¡Vaya cañito que te he hecho!”, le gritaba una y otra vez Roberto, un pequeño de 5 años, a uno de sus compañeros al que acaba de meterle el balón entre las piernas en uno de los partidillos que los más jóvenes disputaban el miércoles en el campus de verano que la Escuela Deportiva Moratalaz organiza en las instalaciones de la Dehesa. “A la próxima te voy a tirar un trallón”, le respondió el afectado en el orgullo por la argucia de su rival.

Esta fue una de las muchas situaciones cómicas que se viven en un día en el Campus de verano de la ED Moratalaz, donde más de 30 niños de 5 a 15 años pasan las mañanas de estos días del inicio de verano. Las dos próximas semanas está previsto que se duplique el número de pequeños que disfrutarán del fútbol, la piscina y distintas excursiones urbanas mientras sus padres trabajan.

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Llegada de Samuel a primera hora de la mañana.

“Nosotros trabajamos y tenemos que buscar un lugar donde dejarla. Y Samuel está encantado, pues solo quería venir a este campamento. Estuvo el año pasado y se lo pasó en grande, por eso nos pidió que le trajéramos este verano otra vez. La verdad es que tienen tiempo para todo y se les pasa el día volando. Eso es muy buena señal”, afirma Seila Pérez, madre de Samuel Martínez, una niño  de 8 años que repite en el campus de la EDM.

Los pequeños son divididos en grupos de edades, que están a cargo de varios monitores, dependiendo del número de integrantes. Todos los grupos realizan los mismos ejercicios y juegos, pero cada uno con un grado de dificultad distinto, apto para sus capacidades. Las primeras dos horas y media las dedican al fútbol, donde realizan toda clase de ejercicios y juegos con el balón. Tras un descanso para recuperar fuerzas con un refresco y un sandwich, tres días a la semana se desplazan en autocar a la piscina, donde continúa la actividad con diferentes juegos, y otros llevan a cabo algunas excursiones urbanas, como, por ejemplo, a los estadios del Madrid y del Atlético.

El fútbol, lo que más le motiva

Juan Ramón García es el padre de Roberto, un chupetín de 5 años que va al colegio Obispo Perelló y que acude al campus de la EDM por primera vez: “Mi mujer y yo trabajamos y necesitamos dejar a Roberto en un lugar de garantías. Él no es muy expresivo, pero por las mañanas viene muy contento. Que mi hijo quiera venir aquí al día siguiente para nosotros es una tranquilidad. El fútbol es lo que más le motiva y por eso le hemos apuntado”.

Y el pequeño Roberto así lo atestigua. “Me encanta venir aquí. El fútbol es lo que más me gusta y en el campus me divierto mucho, jugamos mucho tiempo y tengo amigos. Además, vamos mucho a la piscina, que también me gusta. Hoy me han dicho que vamos a ir a ver el estadio del Atlético de Madrid, pero yo soy del Madrid y tengo muchas ganas de ir al Bernabéu”.

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Los dos jugadores más pequeños, Hugo y Roberto, luchan por la pelota.

Por el contario, Hugo González, otro de los más pequeños del campus con tan solo cinco años, está como loco porque va a ir al campo en el que juegan los futbolistas a los que ve por la tele, pues es rojiblanco hasta la médula. A este alumno del colegio Gran Armada le encanta meter goles, “como hace Diego Costa”, y disfruta yendo a por los balones cuando salen fuera del campo. Pero está deseando que hinchen otra vez el castillo de aire para volver a pasárselo “pipa”.

También en el grupo de los pequeños figura Elia Morán, la única chica del campus durante la primera semana de estancia. Esta jovencita alumna del colegio Nuestra Señora de los Ángeles asegura que se lo pasa muy bien en el campus: “Me encanta el fútbol y aquí jugamos mucho. Mi juego preferido es el balón prisionero, al que jugamos de vez en cuando. También me gusta ir a la piscina, donde nos lo pasamos fenomenal, y vamos casi todos los días. Además, como soy del Atlético de Madrid, hoy voy a ser muy feliz en la visita que vamos a hacer a su estadio”.

Desde Estados Unidos

Pero no todos los chicos y chicas que acuden al campus de verano de la EDM lo hacen porque sus padres trabajen. Es el caso de Kiran Grant, un joven estadounidense de 11 años que durante el verano viene de vacaciones a Madrid con sus familiares. Y como le encanta el fútbol, le han apuntado al campus. “Aunque nací en Carolina de Norte, vivo en Wisconsin y me gusta jugar al fútbol. Por eso vengo aquí, porque aprendo mucho, también de portero, pues me gusta jugar bajo palos”.

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El estadounidense Kiran Grant disfruta jugando de portero.

Kiran habla un poco de español, pero Franchesco, su monitor, le explica los ejercicios en inglés y le anima en su idioma, circunstancia muy bien aprovechada por los demás chicos del grupo, que también escuchan conceptos de este deporte en el idioma de Shakespeare. Incluso hay alguno que se anima y le contesta también en inglés. Todo esto le hace al joven americano sentirse como en casa. “Lo estoy pasando fenomenal. Juego al fútbol y voy a la piscina. Ahora solo espero poder ir al Bernabéu, porque soy del Madrid y tengo muchas ganas de ir a ver ese gran estadio y su museo de trofeos”, sentencia.

Pero Kiran no es el único que viene de fuera. David Moreno es un chaval de 8 años que vive en la localidad toledana de Quintanar de la Orden, pero que en verano recala en Moratalaz para pasar un tiempo con sus abuelos. Estos saben que le gusta mucho el fútbol, pues juega en el benjamín del club de su municipio, donde entrena dos días a la semana, por lo que no han dudado en apuntarle por segundo año al campus. “Disfruto mucho aquí, pues estamos todo el rato jugando y haciendo ejercicios con los que aprendo mucho. He hecho varios amigos y me lo paso muy bien hasta que mis abuelos vienen a buscarme. En la piscina es muy divertido y también tengo ganas de ir al Bernabéu”.

Tocar y tocar la pelota

Pablo Moreno es el alumno más mayor del campus. De 15 años y estudiante del colegio Hipatia, de Rivas Vaciamadrid, donde reside, acude cinco días a la semana a las instalaciones de la Dehesa para aprender a jugar mejor a su deporte preferido y rendir más en su equipo de la Escuela de Fútbol de Rivas. “Es la primera vez que vengo a este campamento, pero me está gustando mucho los días que llevo. Estoy disfrutando de todo en general, incluido la piscina, pero lo que más me atrae son los ejercicios de técnica que hacemos. En mi equipo hacemos más físico, pero aquí es tocar y tocar la bola. Y eso engancha”. Este adolescente es seguidor del Atlético y quiere ir al Vicente Calderón para hacerse una foto en el banquillo en el que se sientan sus ídolos.

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Enterga de medallas y álbumes para todos.

Siempre con el deporte más seguido del mundo como excusa, los monitores organizan torneos ente los chavales. El martes pasado disputaron la Copa de Campeones, y como premio para todos los participantes hubo medallas y álbumes de cromos del Mundial de Brasil. La entrega de estos provocó unos minutos de asueto, para que abrieran los sobres con los cromos y los pegaran en los álbumes, incluso para el intercambio de repetidos.

Y llegó la hora de la excursión. Tras un merecido refrigerio par reponer fuerza con un sandwich y un refresco, ordenadamente se suben al autobús que los lleva a Vicente Calderón. Los rojiblancos de corazón son los más contentos, pero ninguno de los alumnos le hace ascos a una aventura en la ciudad. El nerviosismo cunde antes de entrar en el coliseo del Manzanares, pero un par de gritos de Franchesco es suficiente para calmar los ánimos. Y comienza la visita, con paso por todos los lugares más prominente del estadio: gradas, césped, vestuarios, banquillos, sala de prensa, donde grandes y pequeños imitan a los profesionales y sueñan con algún día poder vivir ellos esas mismas emociones. La sorpresa de la jornada la reciben los miembros del campus cuando de repente aparece por el estadio Koke, el joven centrocampista de la plantilla del reciente campeón de Liga. El internacional, muy atento, saludó a todos los que se le acercaron y se hizo fotos con ellos. Qué buen colofón a un esperada excursión.

Y vuelta al campus, donde las familias que lo necesitan tienen la posibilidad de dejar a sus hijos hasta la tarde, por lo que comen en el bar de la Dehesa, donde Sergio, el responsable del local, les mima y les prepara las platos que más les gusta a pequeños y jóvenes. Íñigo Sustacha y su hermano Álvaro son dos de los alumnos que prolongan su estancia hasta primeras horas de la tarde. El mayor, de 8 años, es jugador del benjamín C de la EDM, aunque va a subir al A, y es el tercer año que acude al campus. “Me gusta mucho la comida que ponen. Y el otro día me dieron de premio gelatina y un plátano. Pero lo que más me gusta son los ejercicios en los que aprendo a regatear y a tirar a portería. Aquí se aprende mucha técnica y, encima, hago amigos”.