Resultado injusto

El equipo de la Escuela lo hizo todo bien para llevarse un mejor resultado de un choque en el que el Madrid defendió con oficio su gol tempranero, consciente de la importancia  del mismo durante el partido

Alineaciones:

EDM Infantil A: Adri, Choaie (Nacho, m.51), Álvaro, Kike, Sergio (Marcos, m.’42), Miguel, Mera, Javi, Carlos (Encabo, m. 51), Jordi y Antonio (Nico, m. 46).

Real Madrid B: Herrero, Chamizo (Rodriguez, m. 23), Medina, Domínguez, Armenteros, Diez, Daniliuc (Martín, m. 42), Villar, Grau (Lagreca, m. 57), González y Martín (Navarro, m. 44).

Goles:

0-1 (m.2): Armenteros.

Crónica de José Manuel Llorente

Comenzó el 2014 y con él volvió la liga, regalándonos a los que acudimos a la Dehesa un gran partido, contra un gran rival, el Real Madrid. El Morata salió de inicio consciente de que, siendo los jugadores del Madrid de primer año, el físico podía decantar el partido pronto para los locales, sobre todo en un campo tan grande. Sin embargo, el fútbol tiene esas cosas, que a veces los acontecimientos no se desarrollan como se plantean.

El partido comenzó en hora, pero el marcador del campo no empezó a marcar hasta tres minutos después de que el árbitro pitara el inicio. Pronto se torcieron las cosas para los locales, pues en el minuto 2 , (0 para el marcador) el portero madridista intenta jugar un balón en largo, pero Antonio intercepta de cabeza, cayéndole el cuero a Jordi, que es derribado en el área, penalti no señalado por el trencilla, que sin duda hubiera cambiado el devenir del encuentro.

El Infantil A no mereció perder ante el Madrid.

Sin embargo, en la siguiente jugada, saque de esquina botado desde la derecha del ataque madridista que el portero no acierta a despejar, cayéndole el balón franco a Ismael Armenteros, que solo tiene que empujarla. 0-1  y todo un mundo por delante para intentar darle la vuelta al marcador. La Escuela deportiva se puso manos a la obra y empezó a jugar, sin urgencias y sin prisas, apoyándose en las salidas y ayudándose en los repliegues. Entrando por las dos bandas, adelantando a los medios hasta pisar área y borrando del partido al centro del campo del Madrid.

Las oportunidades locales se sucedían, primero en el 10, Carlos España entra por banda izquierda y la cuelga para que Antonio, anticipándose al defensa, remate con pierna derecha, obligando al portero visitante, Alejandro, a marcarse un paradón desviando el balón al palo. En el 15, Javi se la da a Jordi en la frontal, éste se gira para quedarse solo y pegarle fuerte y abajo con pierna derecha, pero otra vez Alejandro se marca un paradón allí donde los porteros no las toman.

En el 18, Jordi gana una pelota por alto, escorado a la izquierda, y el esférico llega a la frontal botando, ideal para que  Mera se gire y sin pensárselo deje la marca del cuero tatuada en el larguero, increíble. En el 23, pase interceptado por Javi, que jugando en pared con Jordi, dispara abajo, para que Alejandro otra vez desbarate las aspiraciones de la delantera negra. Y así se fueron sucediéndose las llegadas de los locales, sin que ninguna de ellas lograra cambiar el resultado antes del descanso. El árbitro pitó el final de la primera parte, no sin antes, expulsar a nuestro entrenador por… toser, no lo sé, pero quizás fuera por menos.

El equipo de la Escuela creó más ocasiones de gol.

En la reanudación, todo cambió. El Morata había destapado el tarro de las esencias en los primeros 35, y como si una vez cerrado ya no se pudiera volver a abrir, se fue diluyendo a lo largo de la segunda mitad. El Madrid, muy consciente de  lo prematuro de su premio, lo cuidó hasta el final del partido, con muchísimo oficio y sin cometer ni un solo fallo en defensa.

Con dos torres como centrales, dos laterales potentísimos y un medio centro defensivo que igualó en la segunda mitad la batalla de los medios en el círculo central, el Madrid salió airoso de un partido en el que el Morata siguió peleando, pero con más fe que piernas y más coraje que frescura, y en el que el marcador ya no se movería en lo que restaba de tiempo.

Felicitar al Madrid por competir como lo hicieron el sábado, sin conceder absolutamente nada atrás y muy conscientes de lo que cada uno tenía que hacer en el campo. Agradecer a nuestro chicos la fe y el corazón con el  que jugaron el sábado, sin especular y creyendo en ellos mismos de principio a fin, a pesar de lo injusto del resultado. Estoy convencido de este es el camino y os emplazo a seguir trabajando todo lo duro que podáis con humildad e ilusión.

Fotos: Miguel Agenjo.