Cuando la primera victoria sienta como la gloria

Cuando la primera victoria sienta como la gloria

«Con el primer gol tan pronto, se animaron y se vinieron arriba»

El primer triunfo en liga del Prebenajmín C, equipo integrado mayormente por jugadores que nunca habían ganado un partido oficial, provoca una explosión de alegría entre los chicos y casi mayor entre los padres, que se sentía exultantes en la grada

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Alejandro Posilio

“Cuando terminó el partido y vi que habíamos ganado 4-1, me puse más contento que nunca. ¡Qué felicidad! Me abracé con mis compañeros y nos reímos mucho. ¡Qué alegría sentí! Y a mi madre nunca la había visto tan feliz. Cuando terminó el partido, fuimos a casa de mi tía y se lo conté todo. Ella también se alegró mucho”. Esta explosión de absoluta felicidad pertenece a Sebastián Chavarro, uno de los jugadores del Prebenjamín C, equipo de la Escuela Deportiva Moratalaz que el viernes de la semana pasada logró su primera victoria en partido oficial. La mayoría de los jugadores de este conjunto no habían vivido ningún triunfo en partido de liga en su corta carrera deportiva, pues no habían conseguido la victoria en los últimos dos años, ni cuando jugaron como chupetines ni cuando lo hicieron como prebenjamines de primer año.

De ahí que esta hazaña provocara tal explosión de gozo no solo entre este grupo de jóvenes jugadores, sino también entre sus familiares, quienes semana tras semana hacían de tripas corazón y asumían con suma humildad las goleadas que recibían un día sí y otro también sus hijos. “Los padres lo vivimos con una alegría inmensa. Estuvimos saltando y gritando durante todo el partido. Casi quemamos la grada. No habíamos ganado nunca. ¡Fue fantástico! La verdad es que se animaron con el primer gol tan rápido y se vinieron arriba”.Son palabras de Beatriz, la madre de Sebastián, alias el tanque, uno de los integrantes de esta plantilla que comenzó en los chupetines y todavía no conocía las mieles del triunfo.

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A Sebastián le apodan «el tanque», por su fuerza.

No hay duda de que esta victoria a domicilio ante el CD Canillas C quedará fijada para siempre en la memoria de todos los protagonistas y de sus seguidores. Seguro que la recordaran en cientos de ocasiones a lo largo de sus vidas. Cuántas veces repetirán: “Te acuerdas el primer partido oficial que ganamos. Creo que fue ante el Canillas”. Este hito permanecerá entre los grandes acontecimientos de sus respectivas vidas. Más de dos temporadas si ganar un partido duele, aunque sean niños pequeños. Pero a partir de ahora, lo verán de otra manera.

Ambos contendientes llegaron al tercer encuentro de liga sin sumar un solo punto. Todo habían sido derrotas.  Pero los hados de la fortuna estaban situados por primera vez sobre las cabezas de Carlos, Víctor, Ángel, Sebastián y el resto de compañeros del Prebenjamín C, puesto que en el primer minuto de juego sumaban su primer gol del partido y de la temporada: “Seguimos teniendo oportunidades durante la primera parte, pero las fallamos. Este periodo fue muy igualado. Estuvimos bien colocados y controlábamos el partido. Y en el último minuto de la primera parte, marcamos el dos cero. No lo podíamos creer. En toda la temporada anterior habían sumado tres o cuatro goles y en este partido ya llevábamos dos”, explica Nauzet Santana, el  primer entrenador.

Víctor del Pino, autor de dos de los cuatro goles,  cuenta su versión de este histórico triunfo: “Me quedé solo delante del portero, tiré y marqué. En otros partidos también me había pasado esto, pero las había parado el portero. Es la primera vez que marco dos goles en un partido. El año pasado metí dos goles en toda la temporada, uno en un encuentro y otro en otro. Pero en esta ocasión fue distinto. Sentí una gran alegría y mis padres me felicitaron tras el final del partido”.

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Este equipo estaba acostumbrado a sacar los balones de su portería.

La ilusión de estos pequeños fue tan grande que cuando llegaron al vestuario en el descanso con 2-0, empezaron a celebrar el triunfo: “Vinieron preguntándome si ya habían ganado y si el partido estaba acabado. Les dije que no, que todavía quedaba la segunda parte, que es mucho tiempo, y que había que tratar de hacerlo igual de bien que en la primera”. Y comenzó el segundo período. El Canillas empezó a apretar más, a atacar mejor. Pero el equipo de la Escuela supo defenderse, aunque no pudo impedir el 2-1 y los nervios de ver más cerca el empate. “Y en dos jugadas a la contra, conseguimos marcar dos goles, con dos balones que entraron en la portería rival llorando”, precisa el técnico canario.

“La alegría fue enorme. Normalmente, los  reúno al final del partido para decirles dos palabras de ánimo, y luego se van a saludar a sus padres. Pero en esta ocasión, tras el pitido final salieron corriendo directamente a donde estaban sus padres. Iban riendo, gritando, aplaudiendo, saludando…  Estaban súper contentos. Cuando volvieron hacía mí, sus sonrisas iban de oreja a oreja”, afirma Nauzet, quien da su explicación del cambio: “Se les ve más contentos y con más ganas. Están muy ilusionados. Se nota que han mejorado. Pero es fruto de su trabajo, sobre todo de años anteriores”.

Carlos Inglés, el autor de otros dos goles en este duelo en la cumbre, mostraba igualmente su felicidad: “Era una alegría increíble. No me lo creía. Habíamos ganado nuestro primer partido y yo había marcado dos goles. ¡Qué maravilla! Jugamos muy bien y corrimos mucho. No sé por qué esta vez sí ganamos y otras no. Pero ganamos”. Su padre, Juan carlos, ratifica la satisfacción de su hijo: “Es su tercera temporada en la Escuela, pues empezó de chupetín,  y no le había visto ganar ningún partido oficial. Pero el primer triunfo tras tanto tiempo de espera fue increíble. Es como si hubiéramos jugado nosotros. Estábamos acostumbrados a que nos dieran para el pelo. Pero por una vez, la cosa salió bien. En este partido fueron mejores que el rival. Corrieron mucho”.

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Los jugadores del Prebenjamín C no pierden nunca la moral.

Fue un hecho tan insólito, que la familia Inglés decidió ir a celebrarlo cenando fuera de casa. “Cuando terminó el partido fue una fiesta. La victoria nos vino bien a todos, a los chicos y a los padres. Nosotros decidimos ir a tomar algo a un bar. El triunfo nos ha dado moral para seguir aguantando, que esto a veces es duro. Esta semana, Carlos ha estado más contento, aunque siempre viene a entrenar encantado. Se les nota a todos más felices. Hemos formado un grupo  muy majo de padres y a todos nos ha vendió muy bien”, asegura  Sonia, la madre de Carlos.

Cada familia vivió esta hazaña a su manera. Jesus Burgos, padre de Ángel, narra la suya: “Cuando volvimos a casa, estuvimos un buen rato hablando del partido, me contaba lo que había hecho. Estaba emocionado, aunque realmente no sé quiénes estaban más contentos, si los padres o los hijos.  En la grada lo vivimos con mucha emoción, muy diferente a cuando les ves perder partido tras partido. Esta es la segunda temporada de Ángel en la Escuela y estaba un poco aburrido de verle perder siempre, y generalmente por goleadas  Pero te consuelas pensando que lo importante es que vienen a hacer deporte y a divertirse”. Y, cómo no, también le encuentra una explicación técnica a esta importante victoria: “Este año, con dos entrenadores, se les nota más implicación, juegan mas conjuntados, y en defensa se les ve mas organizados y entran más fuerte. Además, los delanteros son más rápidos. Ahora, tras ganar,  están mucho más animados”.

Angel Aarón, padre de Ángel,  también encuentra una razón a esta victoria: “Jugaron muy conjuntados y lo hicieron muy bien. Se les nota la mejoría de tantos entrenamientos”.  E, igualmente, expresa lo que sintió en el momento de la victoria: “Lo viví dando gritos todo el partido. Estaba muy emocionado. Y ahora los chicos se han crecido y piensan que van a ganar todos los partidos. A mi hijo le noto más animado en casa. Y aunque siempre le gusta venir a entrenar, ahora lo hace con más alegría”.

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Ahora los entrenamientos son todavía más alegres.

Es generalizada la opinión de los progenitores de que sus vástagos han estado exultantes durante la semana. “Están superanimados. Ahora creen que van a ganar todos los partidos”, indica Beatriz la madre de Sebastián. Es más, hay alguno que “se cree Ronaldo”, precisa Luis Alberto del Pino, el padre de Víctor. Y aunque la realidad no suele ser piadosa,  al siguiente partido, eso sí, amistoso, volvieron a perder, en esta ocasión ante el Prebenjamín D de la Escuela. Pero aun así, el éxito ante el Canillas ha dejado ya una huella imborrable. Y seguro que no será la única.

Y da la casualidad de que el día de la primera victoria de esta escuadra coincidió con el cumpleaños del primer entrenador. Y cuando tras el choque se reunieron todos para volver a casa, los niños y los padres le cantaron a Nauzet el cumpleaños feliz en mitad de la calle que bordea el campo del Canillas. Fueron momentos de vergüenza para el tímido entrenador canario. Pero como afirmó una de las madres allí presentes: “Fue una excelente manera de celebrar su cumpleaños y de agradecerle lo que está haciendo por los chicos”.

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Los padres disfrutaron en la grada tanto como sus hijos del primer triunfo en tres temporadas.