‘Una reacción de Nacional’
El Morata se levantó de la lona de forma fulgurante. El jarro de agua fría helado que supuso el 2-2 de Álvaro García enardeció la sangre y el orgullo de un Juvenil A que comprendió de inmediato que el partido contra el Nuevo Boadilla no se podía escapar. Charly Rodríguez contribuyó a la causa con un doble cambio providencial: Han y José Antonio al campo para ser decisivos en los siguientes minutos. Como decimos, el Morata contestó al 2-2 del minuto 69. Nada más salir Han enganchó un balón suelto dentro del área al que le faltó un milímetro de puntería; y, poco después, Ventura, que tiene un imán cuando se asoma al ataque, a la media vuelta enganchó un derechazo donde el poste y el suspense evitaron el tercero.
Pero a la tercera fue la vencida. Después de evitar una contra peligrosa, Adri habilitó a José Antonio que, desde el costal izquierdo, se sacó de la manga un centro preciso al segundo palo donde con el olfato y la parsimonia característica, Isma entregó en bandeja los tres puntos de la victoria con el 3-2. De paso confirmó otro partidazo más por su parte con un doblete que le coloca con 14 goles en 14 partidos disputados. Casi nada el Dios del gol.
El Nuevo Boadilla se presentó en el Urbis con tan solo un empate en su haber. Pareció buscar engrosar esta estadística en la fría tarde del sábado con una presión alta que, sin ser excesiva, pareció atascar el amanecer de un partido tan interesante en lo táctico como soporífera para el espectador. Si bien es cierto que las dos primeras aproximaciones de peligro del encuentro cuando apenas habían transcurrido cinco minutos fueron suyas. ¿Y el Juvenil A del Moratalaz? Tranquilo. Sabía que era un encuentro de paciencia, de elaboración y desgaste. Y desde el primer minuto supo que todo pasaba por la circulación de balón.
Al paso por el ecuador del primer periodo, llegó la primera ocasión de peligro para los de Charly Rodríguez. Recuperación con la cabeza de Vargas que se la dejó en bandeja a Adri para servir en profundidad a Julio que, siendo un incordio siempre por la derecha, engatilló dentro del área encontrándose la buena respuesta de Pablo Sanz. Fue el preludio del inicio de las hostilidades porque el último cuarto de hora de primera parte fue un festival de goles.
Cuando el cronómetro señalaba el minuto 32, un gran centro de Adri al segundo palo cayo en Isma que, tras un control semifallido, consiguió revolverse bien para disparar a portería. Rechazó Pablo Sanz, tocó en el poste y Carlos, con la caña, empujó al fondo de las mallas. Se había abierto la lata. Acto seguido pudo llegar el 2-0 si el cancerbero boadillano no se hubiera exhibido al intento intencionado de Julio después de una buena acción individual a trompicones de Adri.
Eran momentos para hacer sangre y se consiguió. Emergió de nuevo la figura de Isma, que luchó en su propio campo y en banda un balón que consiguió llevarse para apoyarse rápidamente en Adri, quien vio de primeras a Julio en su posición habitual. El remate del extremo diestro terminó en una carambola de rebotes que favoreció al pichichi del equipo que se puso “nervioso” a la hora de definir. “Nerviosísimo”. Madre mía. Éste tanto tenía la idea de encarrilar la situación antes del descanso, pero no fue así, porque dos minutos después reaccionó el Nuevo Boadilla.
Fue en una jugada desgraciada donde el Juvenil A no supo despejar, Álvaro Marcos recogió un balón sobre la cal y su centro sin ángulo tocó en un zaguero nuestro para envenenar el balón por encima de Linares que, a pesar de su estirada, no pudo evitar que el rival amarillo recortase distancias ayudándose también del palo. Y pudo ser peor porque, en el descuento y a la salida de un saque de esquina, Javi Gómez cabeceó por encima del travesaño en la antesala de marcharnos al descanso para tomarnos un respiro. Todo lo que no vimos en la primera media hora de envite se concentró en el último cuarto.
Tras el paso por vestuarios, el Morata salió decidido a no pasar apuros, a marcar y sentenciar la contienda cuanto antes. Y la verdad es que se resistió el tercero. Primero en dos jugadas donde Isma fue el protagonista. Una gran cabalgada por ala derecha la finalizó el gran 9 con un erróneo pase de la muerte. Poco después, un gran servicio intencionado de Julio sobre Adri propició que Pablo Sanz estuviera atento en la anticipación pero fallido en el despeje que le cayó al enemigo menos indicado. Un Isma que, con todo a favor, estampó el balón en el lateral de la red. Sin tiempo de dilación. Vargas sorprendió pillamente a la zaga forastera en una falta frontal; su envío raso cruzado no lo empujó a la red de milagro Ventura porque un defensor cortó providencial a corner. Un saque de esquina que se botó al segundo palo y el propio Ventura cabeceó forzado, picado y flojo. El esférico botó pero el portero consiguió atajar. Estaba claro que no habría paz hasta el 90.
Avanzaron los minutos y el Nuevo Boadilla replegó líneas y a los verdinegros no le quedó más remedio que atrincherarse y sumar bloqueos al Excel de datos. No obstante, la acción más peligrosa fue un rebote que provocó más incertidumbre que peligro. Se anticipó Linares, que sustituyó con acierto a Bruno, para ser objeto de falta y despejar dudas. Sin quererlo, el Morata tenía el partido como quería: con huecos. Julio lo probó de disparo raso con su pierna menos buena para que la pelota se marchase ligeramente desviada; justo antes para que, tras una falta lateral, Isma y Ventura peinasen al alimón un balón que pasó muy cerca del poste izquierdo local.
Entonces el Urbis se quedó congelado, pero se consiguió arreglar, no sin sufrimiento, el desaguisado para romper la maldita racha de dos derrotas consecutivas que sembraron de dudas el final y principio de año. Nada más lejos de la realidad, se volvió a la senda de la victoria que nos mantiene en posiciones de ascenso a Nacional, como la reacción tras ver cómo te remontan en casa un 2-0. Y lo más importante, se confirmó que hay un equipazo. Se conquistó el triunfo a pesar de las bajas de Javi Herraiz, de Óskar y de Martín. Da igual, juegue quien juegue, este Juvenil A respira a grandes objetivos.
“Con la flechita para arriba”, no paraba de decir Carlos Linares que, después de varias jornadas sin aparecer, volvía a la titularidad en la portería del Juvenil A y lo hacía por la puerta grande de la victoria: “Estoy muy contento por el resultado y porque hemos jugado bastante bien. Yo me he visto la verdad que muy bien con dos paradas al final que me dan confianza. Llevaba mucho tiempo sin jugar pero como siempre. No he tenido nervios para nada y estoy contento por qué el mister cuente conmigo y espero jugar los siguiente partidos”.
En cuanto a la valoración general del encuentro el cancerbero morataleño reconoció que el equipo “tuvo muchas ocasiones para sentenciar o que el resultado haya sido más abultado aunque si bien es cierto que el Nuevo Boadilla han tenido 20 minutos en el que nos han estado apretando”, aparte añadió, con terminología FIFA, que “este triunfo ayudará a tener la flechita para arriba, a darnos confianza y a seguir trabajando en una liga que es muy complicada porque cualquier equipo te puede poner las cosas muy difíciles”.