Crónica | Benjamín G – Madrid CFF ‘C’

Crónica | Benjamín G – Madrid CFF ‘C’

EL BALÓN LO QUIERO YO

Al Benjamín “G” de la ED Moratalaz le costó entrar en la victoria por 7-2 contra el Madrid CFF “C” en lo que supuso la quinta victoria de la temporada de los de Toni Blancat en el único enfrentamiento de toda la escuela de todo este curso en el que un equipo masculino completo se mide a un conjunto femenino también al completo. Un hecho que pasa desapercibido a su entrenador a la hora de preparar el envite, pero que los jugadores de forma inconsciente lo afrontan como si fuera algo distinto o curioso, pero a años luz de cualquier atisbo de discriminación.

Como en la fría y ventosa mañana de sábado, a la plantilla del Benjamín “G” le costó arrancar la presente campaña. Costó. Bastante. Por una razón muy sencilla: había que combinar tres perfiles de jugadores: los que vienen de una categoría más baja, los procedentes de otros clubes y los que han empezado a competir este año. Todos, absolutamente todos, de primer año (9 años); como este Madrid CFF ”C”, la Unión Elipa “B”, el San Pascual Montpellier “D”, la Fundación AFE y la mayor parte del Escuela Breogán “B”. Todos, absolutamente todos, copando la parte baja de la tabla. 

Contra estos rivales, nuestro séptimo benjamín ha competido bien, más complicado contra rivales de chicos de segundo año (10 años) en una categoría: la Primera, que cuenta con hasta 61 grupos. Una barbaridad. Un acierto la creación de la División Autonómica (donde compiten en la Ciudad Deportiva de Valdebebas el Benjamín “A” y el “B”), pero falta mucho camino por recorrer, como por ejemplo diferenciar entre primer y segundo año donde la edad se nota una brutalidad.

Contra el Madrid CFF “C” no era un partido más. No lo fue en la primera vuelta. Tampoco en la segunda. Fueron encuentros tan similares que se marcaron nueve goles en cada uno de los dos encuentros. Iguales porque, en ambos casos, el Benjamín “G” comenzó nervioso por la peculiaridad del asunto. Ni mucho menos se infravaloraba a un conjunto que todavía no ha puntuado en la competición. Al rival les pasa lo mismo, les cuesta. Y no por el físico que a estas edades no se notan. También son todas de primer año y les ha costado adaptarse; y su mejoría en esta final de campeonato también es evidente. 

Que las rivales empezaran el partido elaborando, presionando, superando el centro del campo con el balón en los pies y merodeando a la portería rival no ayudó a soltar amarras a los nuestros que, a pesar de que le anulasen un gol en el minuto 7, seguían encogidos. Nada que ver este Madrid CFF “C” que en otoño no tenía problemas en quitarse el balón de encima. Nos acercábamos a portería pero nos faltaba el último pase hasta que llegó el cuarto de hora. Enzo abrió la lata tras una buena jugada ADN Moratalaz con pase filtrado hacia nuestro goleador.

El tanto no amedrentó al Madrid CFF que siguió con la misma alegría que sorprendió a más extraños que propios y fue de justicia el 1-1. En el minuto 21, una pérdida verdinegra fue aprovechada por las blancas para que, tras contragolpe, en su pase final fueran interceptado por Jonathan con la mala suerte de marcarse un gol en nuestra propia portería. Los ánimos estaban bajos al paso por vestuarios, y eso que para aquel entonces Paulo en un fuerte disparo desde la frontal del área anotó el 2-1 a media altura.

Toni Blancat alentó a los suyos en el descanso. Se esperaba un resultado más abultado y no era así por deméritos propios. Animó a los chavales a dar un paso adelante y a dejar la tensión a un lado puesto que no se estaba hilvanando bien. Por lo que se cambió el plan. Se insistió más en tener el balón, profundizar por bandas, sumar más centros laterales y, si se podía, combinar por el centro. Yo quiero el balón, yo soy protagonista. 

La buena actitud en la reanudación le cambió la cara al partido. Ayudaron sobremanera los tres goles de inicio para encarrilar la contienda y ver la mañana de otro modo. Izan con la punterita tras un barullo en el área con varios rechaces, Luis después de definir al palo en un uno contra uno y Dani en una acción individual genial que dio por bueno un pase filtrado para regatear a dos defensas y a la portera colocaron un 1-5 tranquilizador.

Había que darles autonomía a los chavales. A estas edades lo mejor es la libertad que un entrenador otorga a su jugador. Si se le dice todo el rato lo que tienen que hacer, no aprenden. Aprenden a base de errores. Es bueno que se equivoquen, solo así se progresa, y la evolución se ha notado desde un tiempo a esta parte.

Tanto como para empezar a coquetear con el inconfundible estilo de la escuela. Se trata de trabajar una serie de aspectos fundamentales del juego: una base. Por ejemplo: perfilarse para dar un pase, saber posicionarse dentro de un terreno de juego o simplemente golpear el balón y, a partir de ahí, crecer en “otras florituras”.

Enseñar y aprender. No solo se equivocan los chavales, también lo hacen los entrenadores y hasta a los árbitros, que en estas categorías también están empezando. Jóvenes de 18 a 22 años que también cometen fallos, los cuales son normales y que hay que respetar. Como el segundo gol del Madrid CFF “C” que llegó a través de un penalti dudoso y que Noa se encargó de transformar engañando a Álvaro, uno de los mejores cancerberos de la división, pero que el sábado no tuvo su mañana más feliz. 

En los últimos cinco minutos se maquilló el resultado hasta el 7-2 final. Dos dobletes. El de Paulo, a su estilo, potencia con denominación de origen. Gol con un disparo más fuerte en una posición más lejana que el anterior hizo imposible la estirada de la meta Claudia. El de Izan, también de pillo, al beneficiarse de un rechace tras una falta botada por Jonathan. 

Fue el colofón para un triunfo que despedía así una racha de tres derrotas consecutivas en una competición a la que le quedan cuatro partidos. El Benjamín “G” luchará por el séptimo lugar gracias a un calendario benigno que les espera a los de la cuña aún a sabiendas que en la última jornada les espera el líder Unión Elipa. Pero, sin embargo, más allá de clasificaciones y resultados destaca la normalidad con la que unos chicos van aprendiendo a lo largo de la temporada a jugar, a querer el balón, tanta normalidad como que unos chicos jueguen contra unas chicas en partido oficial.