Ante un rival asequible se desperdició una victoria
Partido igualado con muchas interrupciones, con una parte para cada equipo y en el que el Morata no pudo imponer su juego
Alineaciones:
R.C.D Carabanchel: Rodríguez (m. 35 Lorenzo); Pliego, De la Cruz, Eduardo (m. 55 Garrido), González, Cámara (m. 39 Barquín), Ramiro, Piatek (m. 44 Mangas), De la Osa, Zancada y Ezquiaga.
EDM Infantil A: Adri; Nacho (m. 45 Choaie), Marc, Álvaro, Sergio (m. 52 Quique), Jorge, Pablo Encabo (m. 45 Antonio), Miguel (m. 36 Álex), Nico (m. 36 Javi), Jordi y Carlos.
Goles: 1-0 (m. 20): De la Osa; 1-1 (m. 55): Carlos.
Crónica de José Manuel Llorente:
Mañana fría en el campo de la Mina para presenciar el partido que enfrentaba al Carabanchel contra la Escuela Deportiva Moratalaz. El Cara venía de perder 5-1 con el URJC de Móstoles y el Morata de encajar un 1-4 en casa contra el Rayo. Así que los dos equipos salieron a espantar fantasmas.
Esta circunstancia la manejó mejor el Cara, que salió al partido con más intensidad y anticipándose al rival en cada acción dividida, sobre todo en el centro del campo, donde Ramiro se hizo dueño y señor la primera parte, apoyándose mucho en De la Osa por la banda izquierda del ataque, por donde llegaron sus mejores ocasiones.
El Morata tenía problemas para jugar el balón, debido sobre todo a la presión y la buena colocación del Cara. Así, en el minuto 20, Ramiro abre a la banda izquierda, donde recibe De la Osa, que se va en velocidad y pone un centro preciso a Ramiro, quien con pierna izquierda ajusta el balón a la cepa del palo izquierdo de la portería del Morata: 1-0.
El Cara, después del gol, siguió a lo suyo, y así, en el minuto 27 y después de un buen control y un magnífico amago, Ramiro la mete en profundidad, y Patiek la manda fuera por poco. El Morata sufría y el tiempo corría y, sin embargo, una jugada buenísima en la que se llegó tocando a la banda izquierda, y en la que Sergio cogió la moto y no la dejó hasta pisar la línea de fondo, no acertó a rematarla Nico. El Morata empezaba a nivelar el partido y en esas el árbitro pitó el final de la primera parte.
La segunda mitad fue un poco desesperante en cuanto a la continuidad del juego y, sin embargo, muy emocionante debido a lo ajustado del marcador. Con el Morata queriendo más y el Cara queriendo menos, se llegó a la jugada del empate a uno. Una falta centrada y un pelín escorada a la izquierda, en la que Carlos, con pierna derecha, ejecutó a la manera del Morata esta temporada, pepinazo al larguero para que cuando caiga el balón ya esté dentro. La vamos a patentar: 1-1. Y lo que debía ser un partido vistoso en lo futbolístico, se convirtió en un encuentro en el que prácticamente no se jugó, con muchísimas interrupciones y tarjetas innecesarias, que a lo único que ayudó es a que se viera muy poquito fútbol y mucho grito.
Con el carrusel de cambios y más fuerza en el campo, el Morata se fue arriba y fue de menos a más. El Cara, por su parte, no sacó provecho de varias ocasiones a balón parado de las que dispuso en las inmediaciones del área rival, y de la dificultad que tenía el Morata para sacar la pelota jugada desde atrás, sacando alguna vez muy rápido al pie, antes incluso de estar bien posicionados, haciendo complicado los apoyos a los defensas.
Y así, en el último minuto 68, Antonio tira el desmarque perfectamente, y con esa fuerza que le caracteriza se planta delante del portero, pero sin fortuna en el disparo. Final 1-1. Reparto de puntos y la sensación en los dos bandos de que con un poquito más se hubieran podido llevar el partido. Una parte para cada uno, y un puntito para seguir sumando en el casillero de ambas escuadras.
Resaltar, por parte del Morata, la fe que tienen estos jugadores en sí mismos, que les hace irse arriba y remontar partidos en los que empezó perdiendo. (Y van 3).
Alabar, también, el apoyo de los padres hacia este equipo, que no fallan en ningún partido, que se comportan de forma exquisita y se toman esto como una religión con compromiso y compañerismo.
Y a los chavales les emplazo a que trabajen lo más duro que puedan, con humildad e ilusión.
Fotos de Miguel Agenjo: