UN ASCENSO SIN DISCUSIÓN
El Cadete “F” de Marcos González se convirtió en el segundo equipo de la ED Moratalaz que consigue el ascenso de categoría después del Prebenjamín A. Ha sido a Preferente y lo ha logrado a través de unos números imponentes que le han servido alcanzar el gran objetivo de la temporada a cinco jornadas de la conclusión a pesar de haber cosechado tan solo dos puntos de los últimos nueve posibles.
Ahora le esperan cuatro partidos en mayo para confirmarse en lo más alto de la clasificación donde solo tiene como rival al Adepo Palomeras “B” que es el único conjunto que le ha podidos seguir el ritmo y que viaja a tres puntos de distancia, con el average individual igualado (ambos empataron a dos en sus propios enfrentamientos) pero con la ventaja de contar un +9 en el average general.
Si Marcos González declaró al inicio de esta temporada que una de las premisas era la de no conceder atrás. Su proposición no ha podido ser más obedecida por sus jugadores, todos ellos de primer año cadete, porque es el conjunto menos goleado de la categoría con 22 goles. Colectivo compacto que se ha forjado en el “efe” en el que es complicado distinguir entre los titulares y los suplentes.
No obstante, no sería justo reconocer un puntal en “Sampe”, Sergio Sampedro, un lateral reconvertido a extremo quien, recordando la mejor versión de Gareth Bale, se ha convertido, con el 3 a la espalda, en el máximo goleador de la categoría con 24 goles en 22 partidos gracias a su fuerza en la arrancada, la zancada y, sobre todos, su gran capacidad de definición.
“La temporada ha sido espectacular. No hemos perdido en las primeras 19 jornadas cediendo tan solo dos empates, uno de ellos ante el Adepo “B”, el segundo clasificado. Es por ello por lo que no sería justo no terminar en primera posición. Es el objetivo máximo, no porque esté mal no rematarlo, sino porque no simboliza el año perfecto que se ha hecho, y te vas con mal sabor de vacaciones. Perder, de momento, solo un encuentro es maravilloso”, declaró un Marcos González que nos desveló que dos de los cuatro encuentros restantes es contra el tercero, Alzola “B”, y el cuarto, Tajamar “B”, un calendario similar al del conjunto de Palomeras.
El pasado fin de semana en el Colegio Aragón y, cuando restaban 12 minutos para la conclusión, Leo Ondaro se internó por el costado derecho para adentrarse en el área y ser objeto de penalti. El Cadete “F” perdía por 2-1 en un partido feo donde los nuestros, sin quererlo, habían caído en la trampa de uno de los escenarios más difíciles de la categoría, por su pequeñez, por su escasez de huecos, por esa defensa de tres centrales, por un pivote rival descomunal y por la gran cantidad de empates que se habían producido ahí a lo largo de la temporada.
El conjunto verdinegro arrastraba la peor racha de resultados de esta campaña al enlazar…. DOS encuentros sin ganar. El primero, la única derrota del curso por 1-0 ante el Sport Villa de Vallecas que ya avisó en la primera vuelta en el Urbis que nos podría dar más de un susto. El segundo, más esperado, el empate a dos ante el Adepo Palomeras “B”, después de ir 0-2 por y darle casi la vuelta en un Urbis que acreditó que el “efe” se merecía marcharse a Semana Santa con los tres puntos.
Por lo que transcurría el minuto 68 del encuentro, y Leo Ondaro, recién ingresado al terreno de juego, no tuvo problemas en asumir la responsabilidad de lanzar la pena máxima que él mismo había provocado. Había fallado Gabi. Había fallado “Sampe”. En liga. En los torneos de Pascua. Y esas dudas las solventó el interior diestro para empatar a dos y llevarnos a una recta final de infarto.
Antes, el equipo vallecano nos había dado la vuelta al marcador al golazo que, a los 12 minutos de juego, habíamos firmado made in ADN Moratalaz. Una jugada trabajada buscando las esquinas en el que Mario Blanquer y Sergio Sampedro se habían entendido a las mil maravillas por banda izquierda terminaba con centro de éste último al segundo palo para que, con la presencia de Gabi, el portero Alonso y Marcos Vinicius al alimón se introdujesen el balón en su propia portería.
El marcador nos sonreía, controlábamos el partido sin demasiada profundidad y apenas sufríamos peligro. Quitando dos intervenciones fáciles de Carlos, solo nos remataron un par de veces. Dos goles. El primero de listos donde no estuvimos atentos a un saque de banda lateral. El segundo psicológico, a tres minutos del descanso. El primero, un error defensivo en cadena. El segundo, a balón parado. El primero de Dani Naranjo. El segundo de Alexandrescu.
Un pleno de efectividad que escoció. Fue entonces cuando el Cadete “F” fue el Cadete “F”. Tuvimos más pausa, más elaboración y pecamos menos de precipitación en un panorama que se llenó de pérdidas de tiempo, balones desaparecidos y saques rivales ralentizado hasta que, a 12 del final, Leo Ondaro se lo guisó y se lo comió para ser el protagonista del gol del ascenso. Después, un Sergio Sampedro de delantero cruzó en exceso tras una arrancada de potencia para que, poco después, tirase de vaselina sin ver a Nico que, en el punto de penalti, estaba mejor colocado.
La victoria estaba al caer pero el árbitro no quiso subir al marcador un gol olímpico, atípico al primer palo, que Alonso despejó dentro de su portería tras un saque de esquina cerrado del recién ingresado Daniel Palacios. Era el 2-3, como también pudo serlo cuando bien entrado en el descuento, Víctor se apoyó sobre el propio Daniel Palacios que vio a Leo Ondaro en la frontal, el cual en vez de ver a Gonzalo solo desdoblado en el lateral completamente desmarcado, decidió que ese sábado él iba a ser el héroe y lanzó a portería donde el meta rival detuvo sin problemas esfumándose la victoria. Pero no un ascenso que se celebró por todo lo alto. No fue suficiente porque lo que quiere el Cadete “F” es el campeonato de la Primera Cadete en su grupo 14 tras firmar una temporada formidable sin discusión.