Portero del Aficionado y finalista de la Dana Cup
Se siente un afortunado por haber empezado en los alevines de la Escuela y poder debutar esta temporada con el Aficionado A, su gran ilusión de cuando era pequeño
Alejandro Posilio
Este joven de 19 años es el típico producto de la cantera de la Escuela Deportiva Moratalaz, pues comenzó en los alevines y este año va a tener la oportunidad de debutar en el Aficionado A como tercer portero. Residente en el barrio, va a estudiar un grado superior de Formación Profesional de Educación Física y tiene un hermano mayor que también jugó en la Escuela. Sus mejores pasatiempos son salir con sus amigos, descansar en casa tras los entrenamientos y practicar de vez en cuando otros deportes, como pádel o montar en bicicleta. En el futuro, le gustaría trabajar en algo que tenga que ver con el deporte. Pero tanta es su pasión por el fútbol que este verano ha participado junto con otros amigos de la Escuela en el prestigioso torneo internacional Dana Cup, que se disputa todos los años en Dinamarca, y en el que participan un millar de equipos de todo el mundo. Y con el combinado que crearon con jugadores de otros clubes españoles lograron llegar a la final de la categoría sub 19, la de mayor edad que se disputa. Y, por lo que cuenta, fueron la principal atracción de este conocido torneo de verano.
¿Por qué decidiste ir a la Dana Cup?
Fuimos a través de Dani Aparicio, el entrenador del Juvenil D de la EDM, quien habló con Jorge Vallejo, para decirle que necesitaba cuatro jugadores para completar un equipo con el que participar en esa competición internacional. Jorge me lo dijo a mí y yo se lo comuniqué unos amigos míos, a Álvaro, que va a jugar este año en el Aficionado A de la Escuela, a Pablo, también de prueba en el Aficionado, y a Loren, que juega en el Leganés B. Todos dijeron que sí, y nos apuntamos.
¿Y cómo ha sido la experiencia?
Inolvidable. Fuimos como si fueran nuestras vacaciones, y completamos un buen equipo, pues fuimos capaces de llegar a la final. Quedamos primeros de grupo, y en octavos de final pasamos en los penaltis. Y nos plantamos en la final, ni nos lo creíamos, donde perdimos 2-1 en la prórroga ante el Dallas Texas, de Estados Unidos. Un equipo de club oficial. Llegaron dos veces a puerta y nos metieron dos goles. El entrenador americano declaró que de diez partidos nos ganarían uno, y reconoció que tuvieron mucha suerte. Se cerraron atrás y resolvieron en dos contras.
¿Es cierto que la Dana Cup es uno de los mejores torneos internacionales de fútbol?
Sí, es impresionante. Íbamos por la calle y nos pedían fotos y que les contáramos algo de España. En el descanso de la final, cuando salíamos del vestuario, numerosos aficionados bajaron de las gradas para hacernos un pasillo y animarnos. Fue espectacular.
¿Había más equipos españoles en la Dana Cup?
Sí, pero en otras categorías. En la nuestra éramos los únicos.
¿Qué nivel viste?
Nadie juega como los equipos españoles. Eran todos jugadores muy altos y físicos, pero que con el balón en los pies no sabían qué hacer. Nosotros trasladamos a Dinamarca la filosofía del Moratalaz: cuidar la pelota y jugar al toque.
¿Quiénes más formaban tu equipo?
Además de mis amigos, alguno del Recuerdo, dos del Mallorca B, uno de un equipo navarro, otro canario y otro de Salamanca. Cada uno de un sitio. No nos conocíamos de nada. Pero durante el viaje nos hicimos bastante amigos y eso se reflejó a la hora de jugar en el césped.
¿Cuántos goles te marcaron?
Hasta cuartos de final no me marcaron ninguno, excepto en octavos,que fue en propia puerta. Y en todo el torneo, un total de ocho partidos, solo me metieron cuatro goles. Además, en los penaltis de octavos, paré el cuarto y nos clasificamos.
¿Repetirías la experiencia?
Sin duda alguna. El año que viene quiero volver. No nos salió caro, porque el presidente del equipo de la Facultad de Minas subvencionaba una gran parte del coste. Solo nos costó 250 euros a cada jugador.
¿Has notado mucha diferencia en la calidad de los equipos españoles con relación a otros países?
Sí, principalmente entre los españoles y los brasileños. Y los aficionados lo reconocen. Viví una anécdota que lo refleja claramente. En el colegio en el que nos alojábamos iba yo con Loren, el del Leganés, al que le eligieron mejor jugador del torneo, y por los pasillos nos pararon dos de la organización para preguntarnos cómo entrenábamos en España. Estaban alucinando con nuestro juego. Estuvieron más de diez minutos preguntándonos sobre qué hacíamos en los entrenamientos.
¿Sabes si otros equipos españoles también han hecho un buen papel en otras categorías?
Estaba el Alicante Boys, que creo que llegó a cuartos de final en sub 16.
Y ahora, del Juvenil A de la EDM vas a pasar al Aficionado A, como tercer portero. ¿Un gran salto?
Cuando no pueda jugar con el A, lo haré con el B, pues voy a tener ficha del Aficionado B. Yo llegué a la Escuela en alevines y significa muchísimo para mí jugar con gente que cuando yo era pequeño veía todos los domingos. Ahora voy a compartir vestuario con ellos. Es un sueño cumplido. Es también una gran ilusión llegar hasta aquí y ver que no lo has dejado por el camino.
¿Qué esperas de la nueva temporada?
Sobre todo, coger minutos y poder hacerme un hueco en el primer equipo. Sería tremendo.
Existe la creencia generalizada de que para jugar de portero hay que estar un poco loco. ¿Es cierto?
Sí. La verdad es que un poco loco tienes que estar. Pero sobre todo en el campo. Luego, fuera, somos normales. En el césped tienes que estar muy concentrado, gritando a tus compañeros y, principalmente, no tienes que tener miedo a nada. Si no, mal lo llevas.
¿Cómo definirías tu trayectoria en la Escuela?
Maravillosa. Estando en el Infantil A, subimos a División de Honor; en mi primer año de cadete, ascendimos a Preferente; en el segundo año, ascendimos a Autonómica; y en mi primer año de juvenil, en el A, subimos a Nacional. La pena es que este año en el juvenil hemos bajado a Autonómica. Ha sido mi último año como juvenil y tengo una espinita clavada.
¿Cuál fue el cambio de categoría que más notaste? De infantil a cadete. Porque tuve una lesión en los isquios y me tiré tres meses sin poder jugar. Fue la temporada que peor lo pasé.
¿Has ido notando tu progresión poco a poco o has tenido algún cambio radical en alguna temporada?
Cuando más aprendí fue en mi primer año de juvenil, con Jorge Vallejo de entrenador, porque me enseñó otra forma de parar. Aprendí mucho a jugar con los pies, cosa muy importante para mí, porque soy un portero bajito. Pero siento que he ido mejorando cada año. Ahora juego con amigos míos que han estado en el Rayo, Getafe, Leganés, grandes clubes, y ahora voy a jugar en la misma categoría que ellos.
¿Y ahora la ilusión es llegar a jugar en Tercera con la EDM?
Sin duda. Preferiblemente me gustaría con el Moratalaz, pero si fuera con otro equipo también me gustaría. No me voy a ir del Moratalaz a un equipo que no tenga aspiraciones, porque aquí sí que las tenemos.
¿Qué sería una buena temporada para ti?
Sería poder jugar más de un partido con el primer equipo y ayudar a ascender al Aficionado B. Este año tenemos opciones de subir los dos aficionados. El A, a Tercera, y el B, a Preferente.
Pero la temporada pasada estuvieron a punto de bajar. ¿Tanto puede cambiar un equipo?
Yo creo que sí. Los veo a los dos equipos capaces de subir y de pelear por los puestos de ascenso.
¿Empezar en los alevines y acabar en el Aficionado A es lo máximo que soñabas? ¿Es un éxito absoluto para ti?
La verdad es que sí. Siempre tienes la ilusión de llegar al primer equipo, pero nunca sabes lo que te va a pasar entremedias. Nunca sabes si vas a tener una lesión que te obligue a dejar el fútbol o lo tengas que hacer por otra causa, que a algún entrenador no le caigas bien y te baje de equipo, etc. Hay muchas causas que pueden provocar que uno lo deje. Por eso me siento un afortunado.
Fotos: A. Posilio
¿Tienes esperanza de poder vivir del fútbol?
La esperanza nunca se pierde, y más con 19 años que tengo. Pienso que todavía me queda mucho tiempo. Aunque creo que llegar a vivir de esto es muy complicado. Seguramente no viva del fútbol, pero también voy a sacar el titulo de nivel 1 de entrenador. Me gustaría vivir de algo relacionado con el fútbol.
¿Ser bajo es un hándicap para un portero?
Depende del entrenador. Hay a quienes les gustan los porteros de dos metros y otros los prefieren que la jueguen bien con los pies. Ya he tenido todo tipo de entrenadores, y a algunos les he gustado más que a otros. Pero al final, siempre he acabado jugando.
¿Cómo te definirías como portero?
Valiente, me coloco muy adelantado y juego bien con los pies. Mi punto débil son los balones aéreos. Pero debajo de los palos me muevo muy bien.
¿Cuál es tu portero preferido?
Reina, porque juega muy bien con los pies y me identifico con él.
¿El que muchos jugadores españoles se estén marchando a otras ligas del mundo porque les pagan mejor es positivo o negativo para el fútbol español?
Es una pena que la gente tenga que emigrar para ganarse la vida fuera. Pero en España hay mucho nivel futbolístico y entiendo que los equipos extranjeros quieran a jugadores españoles en sus filas. En la Dana Cup he jugado contra filiales de primeros equipos de Noruega, Dinamarca y otros países, y esos chavales en Madrid jugarían en categorías inferiores.