Hay quienes aseguran que la portería es la posición más ingrata en el mundo del fútbol. A pesar de ello, cada año salen cientos de porteros de las categorías inferiores de este deporte dispuestos a comerse el mundo y a volar por el bien de su equipo. Roberto Monroy fue uno de ellos. Actualmente, compagina la defensa de los palos en CDE El Valle, equipo madrileño que milita en la Segunda División de fútbol sala, con su labor en el Departamento de Porteros de la Escuela.
¿Cuándo y cómo decides que quieres ser preparador de porteros?
Siempre he tenido pasión por la portería a la par que por la formación. Me ha gustado siempre ayudar a los porteros más jóvenes. Ya en mi etapa juvenil, sentía mucha curiosidad. Me quedaba a ver los entrenamientos de los porteros tanto del primer equipo como de categorías superiores y veía cómo lo hacían. Me agradaba hablar con los entrenadores de benjamines e infantiles para ver si podía entrenarles durante un rato. Intentaba darle mi toque personal a los entrenamientos y siempre estaba en la búsqueda de ese elemento nuevo. Lo hacía en el poco Internet que había pero especialmente en libros. Te ibas buscando la vida. Eran otros tiempos.
Me ha gustado siempre ayudar a los demás y poder formar porteros. Hubo una época en la que no me daba tiempo para entrenar pero la situación ya es diferente. De 5-6 años para acá voy viendo el final de mi carrera como jugador, por lo que me he ido formando. Me reciclo bastante, pues al final todo esto es un proceso de aprendizaje continuo. Me encanta debatir con otros entrenadores de porteros y analizar los goles. Mi pasión como tal viene desde hace muchos años pero desde hace 6 fue cuando di el paso para dedicarme a ello de una manera más profesional.
¿Quiénes trabajáis en el departamento de porteros?
El departamento lo conformamos ocho personas. Tenemos a Joaquín, que nos aporta toda su experiencia y sabiduría, Ángel; que nos da un punto de vista siempre diferente y es un auténtico crack. Eso nos hace debatir y darle una vuelta de tuerca a las cosas. Todos estamos aprendiendo mucho de él. También están Óscar y Salva, ex porteros de la Escuela que nos transmiten muchísima ilusión y energía, Dani, ex jugador del club que se está formando poco a poco y con una gran curiosidad por la posición de portero. Por último, contamos con Koke y Miguel, dos ayudantes muy jóvenes que poco a poco se están integrando en el grupo de trabajo echándonos una mano los días que pueden. Creo que les va a venir muy bien a nivel personal y deportivo el estar con nosotros aprendiendo.
¿Cuál es tu día a día al frente del departamento?
Es relativamente fácil. A principios de cada temporada, los integrantes del departamento nos reunimos y establecemos los objetivos y los contenidos que se van a seguir durante el resto del curso. Cuando tienes que seguir una línea de trabajo que ya está bien definida, simplemente se basa en seguirla respetando los tiempos. Todos los meses nos reunimos y valoramos tanto porteros, equipos, nuestro trabajo, posibles elementos que se pueden mejorar o también decidir qué grado de importancia se le dan a los diferentes contenidos. De ahí sale el camino a seguir para los meses posteriores.
El día a día es más feedback con los entrenadores acerca de los partidos. También con los porteros a fin de ver qué sensaciones tienen, en qué se notan mejorías o en donde hay que pulir detalles. A partir de ahí, se trata de ir sacando conclusiones de cara a las futuras reuniones. Poner toda esa información en común y al corriente de personas (entrenadores, porteros, departamento) con el que mantenemos muy buena relación. Buscamos al final que mejoren tanto ellos como nosotros.
¿En qué aspectos incidís más?
En el aspecto que más incidimos es sin duda en la técnica. Dejamos el condicional un poco más de lado. La técnica supone la base de todo. A partir de ahí, los porteros pueden mejorar muchísimo.
Si tuvieses que definir la metodología que empleáis en una frase, cómo lo dirías?
La frase que te acabo de decir podría ser perfectamente (risas). La mía sería «La técnica es la parte clave de todo portero». Lo definiría de esa manera. No nos vale de nada tener un portero muy rápido o muy fuerte pero que luego no sepa blocar un balón. Nuestro objetivo prioritario en el departamento es que mejore la técnica.
Vemos como el fútbol ha cambiado mucho en las últimas décadas. Los porteros antes no hacían otra cosa que despejar mientras que ahora muchos son incluso líberos. ¿Cómo trabajáis en la Escuela la salida de balón?
Sí, el fútbol evoluciona constantemente. Varía de semana a semana, de mes a mes. Al final tienes que estar siempre pendiente para no quedarte atrás. En cuanto a la salida de balón, trabajamos técnica de golpeo, la percepción y la toma de decisiones. Tratamos todos estos aspectos de forma directa con los porteros, pues no disponemos del resto de jugadores para plasmarlo en una situación más real. Sí es verdad que tenemos mucha comunicación con los diferentes cuerpos técnicos. A través de sus pautas, intentamos acercarnos lo máximo posible al modelo de juego y a la salida de balón que proponen cada uno de ellos. Una vez completada esa parte técnica, vamos a la táctica.
¿Cuáles son los errores que más veis en los porteros de fútbol base? Por ejemplo, algunos en la élite no blocan tiros que sí pueden serlo generando segundas jugadas.
Yo siempre digo que el error es el camino. Más que error, es aprendizaje. Al final vemos fallar semana tras semana a porteros top mundial, así que como no vamos a fallar nosotros en la base. Es lo más normal. Va un poco por etapas. En la iniciación, los niños no están tan desarrollados ni a nivel físico ni de coordinación. Les cuesta los blocajes, las caídas, coger las referencias de la portería… Es la fase de aprendizaje más importante.
A partir de ahí, tenemos la etapa de desarrollo y de formación que suele ser infantil, cadete y juvenil. Donde más sufrimos los guardametas ahí es en el juego aéreo. Es muy difícil dominarlo. Nosotros tenemos que intentar aportarles el mayor número de herramientas posibles para que esa fase sea la mejor posible. También por supuesto desde un plano técnico y táctico.
A veces vemos cómo los porteros realizan estiramientos o saltan en los partidos para no quedarse fríos. ¿Qué hacías tú?
Al final la soledad del portero, ¿no? Estar ahí atrás mientras tu equipo ataca en campo contrario y bueno. Es difícil pero lo importante es estar concentrado. Más que frío, yo diría en concentración. Para evitar todo esto, me intento mover mucho. A ambos lados, hacia delante y hacia atrás siempre respetando la posición en la que debo estar. Pero sobre todo, busco comunicarme con los compañeros más cercanos. Les aviso para que estén atentos a las vigilancias porque si yo no comunico y estoy dando información, estoy metido en el partido. Si yo aprovecho los parones para mirar a la grada, al final me voy tanto a desconcentrar como a quedar frío. Hablando y comunicando a lo largo de los 90 minutos te quedas sin voz pero te mantienes atento.
¿Cuáles son las acciones más difíciles para un portero?
Quitando los penaltis, que cada vez nos lo ponen más difícil, para mí es el balón parado. Dominar las acciones derivadas de este, el juego aéreo en definitiva, es muy complicado.
¿Qué grado de importancia tiene la altura en un portero?
Es un buen debate. De hecho, lo hablamos mucho nosotros en el departamento. A nivel élite va a ser muy difícil ver a un portero de 1,70 o 1,75 metros. Antiguamente, los porteros con menor envergadura eran muy reactivos, te daban muchas cosas bajo palos, cosas que al final los porteros de mayor no te podían ofrecer. No estaban tan coordinados, por lo que no podían cumplir con todas esas características. Ahora, con la evolución del juego y de los entrenamientos, esos porteros pueden conseguir esas virtudes de los porteros mas bajos por así decirlo.
A nivel físico, los bajos no se pueden colocar en el mismo escalón que el de los altos. Por ejemplo, acortando ángulos y haciendo bisectrices (posicionamiento antes de un disparo). Al final es complicado. Creo que todos tienen cabida pero los de mayor envergadura van a tener más recorrido en el fútbol profesional.
¿Cuáles son o han sido tus porteros referentes?
Crecí con el boom de Iker Casillas. De pequeño fue mi ídolo, no tanto mi referente. Es verdad que con el paso de los años y la experiencia te vas dando cuenta que no era el portero más técnico del mundo ni mucho menos. Había mucho mejores que él en ese aspecto. Al final también fue la era que me tocó vivir. A mi juicio, los más completos a día de hoy son Thibaut Courtois y Marc-André Ter Stegen. Son los que tenemos que utilizar como referencia para los porteros modernos. Son buenos tanto técnica como tácticamente, paran mucho…. Al final hay muchos que paran bastante o juegan muy bien con los pies pero no son tan completos como estos, que son top mundiales.