Ramiro Muñoz: “Además de a mi familia y amigos, en Finlandia echo un poco en falta la vida movida de Madrid”

Ramiro Muñoz: “Además de a mi familia y amigos, en Finlandia echo un poco en falta la vida movida de Madrid”

Ramiro Muñoz, jugador del Aficionado B de Erasmus en Finlandia

“Si mi período en este país terminara este verano, volvería encantado a la EDM”

Este estudiante de Ciencias del Deporte, que aprovecha sus vacaciones en España para entrenar con sus excompañeros, está encantado con el trato que recibe en el país nórdico y no descarta quedarse a vivir allí una temporada, a pesar del frío y la oscuridad

  • “La calidad de vida en Finlandia es tan alta y tan sana, que aunque tienen cosas malas, como el frío y la oscuridad, compensa”

  • “Si todo me va bien cuando termine la carrera y he conseguido un buen trabajo, ¿por qué no pasar allí una temporada de mi vida?”

  • “Tengo relación con muchos entrenadores y sigo al día la actualidad de la Escuela por internet, Twitter y otra redes sociales ”

  • “La oscuridad se lleva muy mal, porque se acaba el día muy pronto. Ahora amanece a las 11 o 12 del mediodía y se val el sol a las 2 o 3 de la tarde”

  • “Su fútbol es duro y no les animan a pensar; se premia más un buen patadón o un despeje que sacar la pelota jugada”

Con las letras de la EDM

Ramiro no se olvida de la Escuela y escribe EDM en un banco de la localidad finlandesa en la que estudia.

Alejandro Posilio

Este madrileño madridista de 20 años ha formado parte de los equipos de la EDM durante ocho temporadas. Empezó de alevín y alcanzó el Aficionado B, equipo que ha abandonado momentáneamente para estudiar el tercer curso de Ciencias del Deporte mediante una beca Erasmus en Finlandia. Comenzó la pretemporada con el equipo que dirige Jorge Vallejo, y ahora ha aprovechado el paréntesis de enero, en el que no tiene clases, para volver a su casa y entrenar un poco más con sus antiguos compañeros. Asegura que está encantado con la experiencia que está viviendo en dicho país nórdico y se está planteando acabar la carrera allí, incluso quedarse a vivir un tiempo. En esta entrevista nos cuenta sus experiencias y nos compara su nuevo estilo de vida con el que disfrutaba en España.

Te ha ido de Erasmus a Finlandia ¿Por qué?

Quería vivir una experiencia Eramus, quería buscarme la vida en el extranjero con algo relacionado con el Deporte, pues estudio tercero de Ciencias del Deporte, es decir INEF, en la Universidad de Haaga-Helia. Y elegí Finlandia por su buen nivel educativo y por la oportunidad de desenvolverme en inglés. Al final, por distintas circunstancias, me aceptaron en Finlandia, junto con mi novia, con lo cual se nos ha hecho menos duro y estamos muy contentos.

¿Qué tal la experiencia?

Llegamos el 18 de agosto y estamos encantados. Ha sido una experiencia increíble. Es un país muy bien organizado. No hemos tenido ningún problema organizativo ni de ningún tipo. La gente, aunque es un poco más cerrada y muy formal, es superabierta y te ayuda en todo lo que necesitas. Te abren las puertas de su casa y te dan lo que te haga falta. Y la universidad es un placer. Todo es superpráctico, las asignaturas, los trabajos. Los proyectos que tienes que hacer con compañeros se desarrollan en clubes deportivos, colegios o asociaciones de niños, jóvenes o mayores reales. Tienes contacto con la vida laboral desde que empiezas a estudiar.

Finlandia siempre da entre los países con mejor nivel educativo en los estudios europeos. ¿En qué se nota?

Sí, lo he notado porque allí es muy difícil acceder a los puestos de profesor, por lo tanto, tienes que ser un buen estudiante para llegar a ser profesor, lo que creo que es una de las claves de su éxito. Otro de los aspectos importantes es que la gente es muy responsable. Los alumnos tienen mucha libertad para elegir horarios, con mucho margen para crearse sus tiempos de estudio y de actividades, pero lo cumplen. No utilizan el margen para escaquearse. Es decir, los profesores están muy bien preparados y los alumnos lo aprovechan.

Esquiando en un bosque

Ramiro, esquiando en un bosque de la ciudad en la que estudia

¿Dónde vives en la Universidad?

Es una habitación compartida con un finlandés. Es como un motel de carretera supeseguro. Dejas la llave fuera y no pasa nada. Tenemos cocina, baño y secadora. Vivir con un finlandés es una ventaja porque la familia le lleva de todo. Estoy a mesa puesta.

¿Cómo es un día normal?

No hay un horario muy específico, puedes variarlo según tus necesidades. Un día puedes tener clase de 8 a 10 o a 12, y luego día libre para seguir tus proyectos. Pero los miércoles tenía actividades en un colegio de 9 a 12, para niños de distintas edades, y según iban bajando al recreo les tenía que organizar actividades recreativas. Luego volvía, tenía un feedback con un profesor y después me reunía con otros compañeros para planificar otras actividades.

¿Qué haces los fines de semana?

O me lo tomo con tranquilidad y me quedo en la universidad haciendo deporte o me voy a pasar el día a la ciudad. Me suele llevar y traer algún amigo. Donde vivo no hay transporte regular y no depender de uno mismo es un hándicap. Estos findes se resumen en ir a la ciudad, tomar algo con mi chica, hacer compras para la semana y nos buscamos cualquier actividad, como ir a ver un partido de futbol.

¿A qué hora te levantas?

Los días más complicados a las 8. Normalmente desayunan a las 7 de la mañana, comen de 11 a 13 y cenan de 4 a 6 de la tarde. La gente de mi universidad trasnocha mucho, porque les encanta ver hockey sobre hielo y siguen la liga estadounidense, por lo que se acuestan tarde. Son muy activos y se van al polideportivo por la tarde, luego al spa, y tiene un break por la noche, que es como una cena. Luego ven la tele y sobre las 12 de la noche se van a la cama.

 ¿Qué es lo que más te ha sorprendido?

El alto nivel de vida y lo bien que está estructurado todo. En cuanto a la educación, que es gratuita, cada alumno recibe 500 euros al mes del Estado para gastos personales. Sin embargo, un billete de autobús cuesta 8 euros, y eso choca.

¿Qué es lo que menos te gusta?

La oscuridad se lleva muy mal, porque se acaba el día muy pronto. Ahora amanece a las 11 o 12 del mediodía y se val el sol a las 2 o 3 de la tarde. Es muy difícil de llevar, porque cuando vas a clase es de noche, y cuando sales, también. Y los días que puedes comer en casa, te echas la siesta y cuando te levantas ya es de noche, y piensas, dónde voy ahora.

Aquí posa junto a la estatua de Jari Litmanen, el mejor futbolista finlandés.

Aquí posa junto a la estatua de Jari Litmanen, el mejor futbolista finlandés.

¿Qué tal la gente?

Son fríos y formales, no se socializan mucho por la calle, incluso les preguntas algo y se asustan. Les llama la atención que te dirijas a ellos si no los conoces. Pero cuando conoces a alguien, te abren su casa, te invitan a todo, te ceden todo lo suyo, no tiene sentido de pertenencia ni egoísmo; te ayudan en lo que necesitas. Además, allí nada desaparece ni se pierde. Es un lujo.

¿Estás con más españoles?

Con mi novia y uno más en la universidad, pero este ha estado solo cuatro meses. En la ciudad no he encontrado a ninguno. Pero la gente es tan amable que haces amistad con cualquiera. Eso sí, en inglés.

¿Y las comidas?

Muy caro comer fuera de casa. Se hace duro no poder permitirte comer nada fuera. Los supermercados también son caros. Lo que cuidan son a los estudiantes, pues en la universidad el menú cuesta 2,60 euros y es un bufé que está muy bien. Pero la comida no se parece en nada a la española. Todo es ahumado o muy cocinado al horno. Evidentemente, les gusta todo muy caliente. Eso sí, son supersanos comiendo, se cuidan un montón y comen mucha verdura. Suele comer una dieta equilibrada.

¿Cómo va la sanidad?

Por suerte, no la he tenido que usar. Por lo que sé, es cara y hay que pagar por las consultas y pruebas. Es de calidad, pero hay que pagar algo. La gente no va por cualquier tontería al médico. Pero se cuidan mucho. Cuando tienen cualquier pequeña enfermedad o lesión, paran y no van a clase o al trabajo para evitar períodos largos de convalecencia. Son más de prevenir que de curar.

¿Tienes intención de seguir estudiando allí el próximo curso?

A nivel administrativo es complicado, porque ahora no se puede repetir Erasmus. Pero por la experiencia que he vivido de agosto a diciembre, estoy encantado. Te cuidan un montón como estudiante, sales muy preparado y muy enfocado a la vida laboral, por lo que tengo muchas ganas  de quedarme. Otra cosa será la realidad y si podré o no.  Pero si puedo, posiblemente me quede un año más.

Viendo al Helsinki

También ha ido a la capital a ver jugar al Helsinki.

¿Te has plantado quedarte a vivir allí?

Sí, porque la calidad de vida que tengo allí no la he tenido nunca en España. Vivir a 30 segundos del edificio donde están las clases, a un minuto del polideportivo y a 15 minutos en coche de donde entreno es maravilloso. Me cuidan mucho y soy feliz. Si todo me va bien cuando termine la carrera y he conseguido un buen trabajo, por qué no pasar allí una temporada de mi vida.

¿Hay mucho extranjero en tu universidad?

Todos son finlandeses, pero de todas las zonas del país. Estudian allí de lunes a viernes, día que acaban las clases a las 12 para que todo el mundo pueda volver a su ciudad, aunque esté lejos.

¿Cómo se mueve la gente en la ciudad?

Cuando hace buen tiempo, en bici, y en invierno, en coches con ruedas de clavos y con esquís. El transporte público es bueno, pero muy caro.

¿A qué temperatura has llegado a entrenar?

A menos ocho grados, y era el único que entrenaba en pantalones cortos, porque odio los largos. Allí les dan desde pequeños equipación para jugar con el frío.

¿Y a que temperatura mínima has estado?

A menos 12 grados. Pero en febrero los menos 25 grados no me los quita nadie.

¿Qué echas de menos de España?

Mi familia y amigos y la vida española de estar todo el día ocupado y preparar un plan con amigos en un segundo. Allí todo está muy organizado y esquematizado. Echo un poco en falta la vida movida de Madrid.

Conel chándal de la EDM

Posa con el chándal de la EDM junto a un lago.

¿Cuándo vuelvas a España piensas volver a jugar en la EDM?

Antes de irme hice un poco de pretemporada con el Aficionado B y ahora voy a entrenar todo el mes de enero con este equipo. Estoy viendo partidos y asistiendo a torneos. Voy a estar relacionado con esta Escuela lo máximo posible, y si mi período en Finlandia terminara este verano, volvería encantado a la EDM.

¿Sigues la actualidad de España y de la Escuela?

Claro. Tengo muchos amigos que inevitablemente me cuentan que está pasando y cómo van sus equipos. También tengo relación con muchos entrenadores y por internet, twitter y demás redes sigo al día la actualidad de la Escuela.

¿Le recomendarías a tus amigos ir a Finlandia?

Les recomendaría ir a cualquier parte del mundo a estudiar y aprovecharlo, y buscar proyectos para participar. Todo da una experiencia que no te da tu propio país por la relajación que te da estar en tu casa. Pero a Finlandia en particular, también lo recomendaría por lo bien que se vive y lo bien que te tratan. Además, se aprende inglés. La calidad de vida es tan alta y tan sana, que aunque tienen cosas malas, como el frío y la oscuridad, compensa.

Aunque te entiendes en inglés, ¿qué tal con el idioma finlandés?

Es un idioma muy extraño y uno de los más difíciles de aprender, porque las palabras son larguísima y muy complicado de pronunciar. No tienen artículos y juntan las palabras. Cuando hablan entre ellos no se entiende nada y por eso quiero aprenderlo, para poder involucrarme en su vida. Lo voy aprendiendo con vídeos tutoriales de Youtube. Estoy aprendiendo para poder trabajar con niños y mayores. Y a mis compañeros les gusta que lo aprenda. En los momentos de ocio me ayudan y me dicen palabras en finlandés para que las asimile. Me dicen que lo pronuncio muy bien. Pero es muy difícil.

¿Cuéntame alguna anécdota graciosa de tu vida allí?

El primer día que fui a la sauna me indicaron que había que ir desnudo, pues los chicos y las chicas están separados. No sabía exactamente dónde era y me metí por unas puertas que me daban acceso al centro de la de la universidad, con solo una pequeña toalla para taparme. Tuve que recorrer media universidad llena de gente hasta que encontré la entrada. Hubo bastante cachondeo. Luego entré a la sauna con bañador y me explicaron que hay que ir desnudo. Fue un día bastante curioso.

  

Con sus excompañeros

Ramiro aprovecha sus vacaciones en Madrid para entrenar con sus excompañeros.

“He visto entrenamientos de niños pequeños y son horrorosos”

Ramiro no solo estudia en Finlandia, pues también vive el fútbol de cerca en la Universidad y en distintos clubes de la ciudad de Lathi.

¿Qué relación tienes allí con el fútbol?

Por un lado, estoy en un proyecto universitario por el que tengo que organizar un torneo de fútbol de uno de los mayores clubes de Lahti, la segunda ciudad más grande de Finlandia, que está cerca de la ciudad en la que vivo, Vierumäki. Esto es como un resort deportivo en mitad del bosque, que es donde va la gente con dinero a pasar los fines de semana o las vacaciones de verano. Pero allí también está el campus universitario de la facultad de Ciencias del Deporte. Y no hay nada más. Estoy en medio de la nada. Y a 30 kilómetros está Lahti, donde estoy organizando el torneo de verano de 2015, además de un campus para niños pequeños. También me busqué unas prácticas para entrenar a cadetes en otro club, el filial del primer equipo de Lahti. Luego me ofrecieron la oportunidad de jugar en el segundo equipo de la ciudad, el Lahti Akatemia, que juega en la Segunda División de Finlandia.

Me imagino que cuando te vieron jugar, no dudaron en ficharte.

Fui con referencias de un profesor de mi universidad y estaban encantados. Ahora están reformulando el club, porque el primer equipo se ha clasificado para jugar la Europa League. Ahora mismo están parados, porque la temporada va de mayo a octubre. Es difícil engancharse a su ritmo. Ya veré cuando vuelva si me reengancho con ellos. De momento, la experiencia ha sido fantástica, aunque solo he podido entrenar con ellos.

Con la camiseta del Madrid

Ramiro luce una camiseta del Madrid durante un partido en Lahti.

¿Cómo es el fútbol allí?

Es un fútbol muy antiguo. He visto entrenamientos de niños pequeños y son horrorosos, lo único que hacen es repetir acciones. Es muy técnico, pero nada divertido. Es un fútbol muy directo, muy poco elaborado. Piensan muy poco, y no les animan a pensar. Pero es muy duro. Se premia más un buen patadón o despeje que sacarla jugada.

¿Qué te decían cuando te vieron jugar?

Cuando salía bien, estaban encantados; pero cuando ven que pones en riesgo a un compañero con un pase, porque confías en que te la devuelva, se cagan en los pantalones. Allí prefieren a dos centrales enormes que defiendan al delantero grande. A los jugones los ponen en el medio del campo. Los que piensan con el balón,  enseguida destacan. Son muy toscos. Cuando me hicieron las pruebas, dije que yo jugaba de central. Y cuando me vieron cómo tocaba el balón, me mandaron al centro del campo. Estoy contento con la confianza que me dan, pero hay que espabilar rápido, porque es un juego muy físico, y si no estás preparado físicamente y vas fuerte, sales perdiendo.

¿Cómo viven el fútbol?

Es muy importante a nivel base, a los niños les encanta jugar en el recreo, Puedes organizar cualquier actividad, pero siempre quieren terminar jugando al fútbol. Les gusta mucho el fútbol español y el inglés. Pero como país, no lo admiran mucho, incluso no respetan su propio fútbol. Son capaces de retrasmitir partidos de la Premier y no de su liga. Es duro de asimilar, pues puedes llegar a jugar en Segunda División y no eres nadie. Eres un deportista de élite, pero nadie a nivel mediático, sobre todo comparado con España. Los únicos profesionales de allí juegan en Primera División. Hay profesionales de otros países que van a retirarse allí, como Doblas, el ex portero del Betis, que juega en el Helsinki, con quien conversé hace unas semanas.  También llama la atención lo barato que es ir a ver deporte. El derbi de allí me costó 16 euros por estudiante y he visto partidos de futbol de segunda o tercera por tres euros.

¿Pero la gente va a los campos?

Ese es el problema, como no dan valor a su fútbol, van solo a los partidos importantes o a los de la selección. Pero al futbol más cercano va poca gente. Allí lo que prima es el hockey sobre hielo. Es lo que mueve el país.

 

 

Piensa volver a la Escuela

Cuando vuelva a España tiene previsto reincorporarse a la EDM.

“He hecho de todo en esta Escuela”

Llegó a la EDM cuando se fundó y ha ejercido de jugador, entrenador, árbitro y de todo lo que se ha necesitado.

¿Cómo empezaste a jugar al fútbol?

En mi colegio, el María Inmaculada de Chamberí, en la típica actividad extraescolar. Y luego me metí en una escuela de fútbol, en benjamines. Después quería ir a un club de barrio y jugar más a lo grande que el fútbol sala.

¿Y cómo entraste en la EDM?

Después de pasar por el equipo de mi barrio, el Parque Arganzuela, estaba en el Unión de Moratalaz uno de mis mejores amigos, que me llamó para que jugara con él. Hice la postemporada con uno de sus equipos y ese verano se fundó la EDM. Llevó en la Escuela desde que se fundó. Esta sería mi novena temporada aquí.

En un campo de los que entrena

Ramiro, en uno de los campos en los que entrena.

¿Qué tal la experiencia después de tanto tiempo?

He pasado de todo. Llegué aquí cuando no había ni equipaciones para entrenar. Era un poco caos, pues resultaba complicado empezar de cero con tantos chavales y equipos a entrenar. Fue algo caótico, pero a la vez un proyecto enorme que había echado a andar y se ha ido formando hasta lo que es ahora. Aquí he sido jugador y entrenador, incluso mi padre fue segundo entrenador, y también he sido árbitro, monitor de campamento, de organización. He hecho de todo en esta Escuela.

¿Lo último que hiciste qué fue?

Era jugador del Aficionado B y entrenador del Cadete E.  Con ambos ascendimos, por lo que me fui por la puerta grande.