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Nauzet Santana: «En la EDM te dejan trabajar y ser t mismo; no imponen nada por decreto»
Autor: Área de Comunicación Enviado el: 2013-05-31

Nauzet Santana, entrenador del Juvenil C y Prebenjamín B y coordinador de infantiles y cadetes

Fotos: A. Posilio

“En la EDM te dejan trabajar y ser tú mismo; no imponen nada por decreto”

Asegura que el estilo de juego que se desarrolla en la Escuela es mucho mejor para los jugadores porque les enseña muchas más facetas de este deporte y les sirve para divertirse más

 

Alejandro Posilio

Este licenciado en INEF grancanario de 31 años es uno de los miembros de la EDM que más tiempo pasa en sus instalaciones y de los más queridos por los jugadores de la Escuela, debido a su carácter afable. Dejó su familia y su ciudad natal para venirse a Madrid y poder entrenar a un equipo modesto. En el 2008 llegó a la EDM y desde ese día han ido creciendo sus responsabilidades. Está encantado con la evolución de la Escuela, lo que le está ayudando a conseguir el sueño que le llevó a abandonar su entorno: vivir de este deporte.

¿Cómo llegaste al fútbol?

Porque mi padre era muy aficionado y a mí me fue entrando la afición. Desde pequeño quise dedicarme al deporte. Siempre quise estudiar deporte, como decía de pequeño. Y cuando crecí, estudié la carrera de Educación Física en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Como el fútbol era lo que más me gustaba, quise dedicarme a esto. Era un sueño de pequeño y al final lo he hecho realidad.

¿Pero fuiste jugador en algún momento?

Sí, pero empecé muy tarde, en infantil de segundo año, porque los estudios eran primero, en un equipo que se llamaba Culligan. Era un club muy modesto, pues perdíamos todos los partidos. Y al año siguiente fui a otro equipo en cadetes y luego dejé el fútbol durante tres años. Me dediqué a estudiar, y empecé la carrera. Luego volví a jugar cuando era juvenil de tercer año, en Preferente Regional, en el Real Sporting de San José, y descendimos. Al  año siguiente me fui al Zárate, donde estuve durante cuatro años, y acabé en el Real Club Victoria. Y luego lo dejé.

¿Cuándo empezaste a entrenar?

Durante esta última etapa cogí a algunos equipos, porque me gustaba entrenar. Como estaba estudiando la carrera y me gustaba este mundillo, decidí pasarme al otro lado, es decir, a entrenar. Mientras estudiaba INEF, me saqué el nivel 1 de entrenador en Las Palmas. Y cuando me vine a Madrid, aprobé el nivel 2 y el nivel 3.

¿Por qué viniste a Madrid?

Vine en plan aventura, porque yo tenía trabajo de monitor en un gimnasio de un hotel de cinco estrellas. Pero me surgió una pequeña oportunidad de entrenar en Madrid, gracias a un contacto que tenía, y me llamaron para dirigir al Toledo Olivos, de Mejorad del Campo. Y sin conocer nada ni a nadie, pero con la idea de hacer los cursos de entrenador en Madrid, decidí  venirme. Dejé todo lo de allí y me vine. Estuve dos años en este club, mientras sacaba los títulos de entrenador. Los resultados fueron horribles y pensé que no servía para esto.

¿Y cómo entraste en la EDM?

Cuando acabé el nivel 3, un compañero de clase que estaba en el Moratalaz, Pascual Cabanes, me dijo que como él se iba de la Escuela, podía intentar entrar en su lugar. A través de él, hablé con Paco Jiménez, antiguo entrenador del aficionado de la Escuela, quien me dijo que sí, que me entrevistara con Jorge Vallejo. Así lo hice y me ficharon. Eso fue en el 2008.

¿Cómo ha evolucionado tu actividad en la Escuela?

Empecé a entrenar al Juvenil B. Yo había entrenado antes en todas las categorías inferiores y era mi primera experiencia con juveniles. Estaban en Primera y ese año ascendimos a Preferente. Al año siguiente volví con el Juvenil B y, además, me dieron una coordinación, posiblemente debido a la experiencia que tenía, a que era nivel 3 de entrenador y  por ser licenciado en INEF. Cogí la coordinación de alevines y seguí entrenando a juveniles. Y así año a año hasta ahora, que soy coordinador de cadetes e infantiles, la etapa de desarrollo, y entrenador del Juvenil C y del Prebenjamín B.

¿Cómo definirías todas estas experiencias?

Como de las más gratificantes de mi vida. He visto la evolución de esta Escuela, cómo mejora y cómo crece, y estoy encantado. Creo que se ha cumplido el deseo que tenía cuando dejé todo para venirme a Madrid, y en gran parte es gracias a la Escuela.

Da la sensación de que lo que te gustaba desde el principio era entrenar, no jugar.

Cuando entrenaba a los pequeños en Las Palmas me entró el gustillo y me encantó la experiencia. En esos momentos ya casi le daba más importancia a entrenar que a jugar. Me gustó mucho la experiencia y por eso decidí dedicarme plenamente a esto.

¿Defínete como entrenador?

Soy un entrenador al que le gusta dar confianza y seguridad a los jugadores, al que le gusta ganar, pero bien, no por encima de cualquier cosa. Soy muy competitivo y muy exigente, pero me gusta que la forma de ganar sea a través del trabajo y del entrenamiento realizado durante la semana. Confío mucho en los jugadores y quiero que ellos confíen en mí, en lo que les quiero enseñar.

Varios entrenadores de la EDM han asegurado que es muy complicado enseñar a jugar con el estilo de combinación que pretende la Escuela. ¿Es así?

Es muy complicado porque, aunque hay otras formas más fáciles de llegar a la portería rival que no son tocando desde atrás, que es más lento,  es una forma de aprendizaje mucho mejor para un futbolista, porque aprende muchas más facetas del juego. También se divierte más y creemos que es una buena forma de que el futbolista se realice mejor, que simplemente dando balonazos. También creemos que tenemos jugadores técnicamente buenos, y los intentamos preparar bien. Aprovechamos esas cualidades para establecer nuestro estilo de juego. Creo que es bastante positivo para ellos.

¿Qué tiene esta Escuela que no tengan los otros clubes en los que estuviste?

Sobre todo, que aquí te dejan trabajar, te dejan ser tú mismo y no te imponen nada por decreto. Aquí se trabaja muy a gusto y hay un gran ambiente entre compañeros.

¿Es cierto que hay muchos entrenadores de otros equipos que están interesados en entrar en la EDM?

Sí, porque nos felicitan muchas veces por la forma que trabajamos y cuando ven a nuestros equipos jugar. Sé que hay muchos compañeros que se ofrecen, porque ven que trabajamos bien y a gusto. Por eso quieren venir.

¿El entrenador al que le gusta jugar al patadón no tiene sitio en esta Escuela?

Buscamos entrenadores que tenga un perfil parecido al de la Escuela. Cuando llegan, les explicamos nuestro estilo y nuestra filosofía. Y si realmente quieren estar con nosotros, se adaptan. Y si no les gusta lo que les proponemos, no se quedan.

¿Pero también se puede entender que la EDM dirige mucho a sus entrenadores, que les da poca libertad para desplegar sus conocimientos?

Creo que no. Aunque trabajamos a través de una serie de conceptos que son comunes para el aprendizaje del futbolista, luego se da libertad a cada entrenador. Cada uno es distinto y cada uno aporta su forma de ser y su forma de ver el fútbol, dentro del sistema de la Escuela y de su metodología. No creo que afecte. En otros clubes no hay mucha más libertad. Aquí nos dejan trabajar y nos dejan tomar decisiones.

¿Qué te gusta más, entrenar a niños pequeños o a los adolescentes?

Tengo la experiencia de ambos y, en el fondo, me encantan los dos. Pero los veo de una manera muy diferente. Los mayores me encantan por la competitividad que desprenden, por el querer ganar haciendo las cosas bien. En cambio, con los pequeños, al final es diversión. Me gusta verles cómo se divierten, cómo vienen con muchas ganas e ilusión.  Ver como evolucionan y aprenden todo lo que les vas enseñando no tiene precio. Los mayores, al final, se auto exigen tanto con el resultado y con querer ganar que es otra manera de vivirlo. Yo lo disfruto igual, por mi manera de ser ganadora y competitiva. Pero le das más vueltas a la cabeza cuando pierdes con los mayores. Con lo pequeños, lo que te preguntas es por qué no mejoran y si les estoy enseñando bien lo que sé. Me preocupa que un niño pequeño no se divierta y que el grande no gane divirtiéndose. Es muy complicado, pero también es un reto atrayente.

¿Qué ves en un buen jugador para pensar que va a destacar?

Creo en la confianza en uno mismo. Cuando un jugador está seguro de lo que es él y de lo que puede aportar al equipo, al final, aunque no sea técnicamente bueno, termina siendo un buen jugador. Tiene que tener el espíritu de decir que valgo para esto y que voy a poner el cien por cien en cada entrenamiento y en cada partido. Con esa ilusión pueden conseguir muchas cosas. Yo quiero jugadores así,  los que viven por y para el futbol, y que lo vivan desde el minuto uno hasta el noventa.

¿Qué porcentaje de responsabilidad tiene un entrenador en el éxito o fracaso del equipo?

Muchos dicen que el porcentaje es pequeño. Pero yo creo sí aportamos bastantes cosas al equipo y a cada jugador. Les influimos de una determinada manera. Hay entrenadores que provocan éxitos y otros que facilitan el fracaso. Luego sí se tiene parte de responsabilidad. Podría cifrarlo en un 50%.

¿Un entrenador es más completo si antes ha sido jugador?

No lo creo. La única diferencia es que el que ha jugado tiene la experiencia de saber qué siente un jugador en determinados momentos, pues él lo ha vivido, y eso le puede ayudar a actuar de una manera más acertada. Pero en el fútbol hay grandes entrenadores que no han jugado y saben también cómo actuar. Amar mucho el fútbol también te puede capacitar para manejar con sabiduría  los equipos, igual o mejor que el que ha sido jugador.

¿Cuál es tu entrenador referente?

No tengo uno. Tampoco tuve un jugador referente cuando jugaba. Siempre me he fijado en muchos para coger lo mejor de cada uno. Es mejor que fijarse en uno solo y querer parecerse a él. La verdad es que no he tenido ningún referente.

Pero me da la sensación de que estás muy alejado del estilo de Mourinho, por ejemplo.

Creo en su carácter ganador. Siempre Intento aprender de todos, incluso del que parece malo.

¿Cuál es el papel del coordinador?

Soy coordinador de la etapa de desarrollo, seis infantiles y cuatro cadetes, y mi función es controlar y organizar que todo vaya bien. Tengo que conocer la evolución de todos los jugadores y de los entrenadores. Que estos hagan su trabajo bien y que lleven al día todas las responsabilidades que les pedimos, como que usen bien el programa informático que les damos. Y, lo principal, conocer al detalle a todos los jugadores: saber de qué juegan, de qué pueden jugar, qué les pasa. Es decir, tengo que intentar conocerlos al detalle tanto fuera como dentro del campo. ¿Por qué esto? Porque al año siguiente hay que ubicarles en un equipo nuevo y hay que ver qué evolución han tenido y el nivel que tienen.

¿En este papel es el que más poder de decisión tiene?

Sí, junto con el director deportivo, evidentemente, pero como él no puede conocer a todos los jugadores de la Escuela, para eso están los coordinadores. Yo sí tengo la obligación de conocer a todos los jugadores de los grupos que coordino. Por eso tengo más mano para decidir, junto con la ayuda de los entrenadores. Para ello, veo una gran parte de los entrenamientos y voy a muchos partidos. Hay sábados que veo cinco. En resumen, el coordinador tiene que intentar conocer cómo juegan los equipos y qué necesidades tienen.

¿Un coordinador también puede corregir las decisiones de un entrenador?

Sí, siempre se intenta corregirlos si no van por el camino determinado, pero sin pisar su trabajo.

¿En caso de conflicto, el coordinador también interviene?

Por supuesto. Digamos que soy jefe de ellos, y ante un conflicto, intervengo. También soy un vínculo con los padres.  Cualquier problema que ocurra con un jugador, soy la cabeza visible. Antes de hablar con un entrenador, deberían hablar conmigo.

Ya que ha hablado de los padres. ¿Cómo se comportan los padres de los alumnos de la Escuela?

No me quejo. Es más, estoy muy contento. Son pocos los casos en los que existe algún problema. Probablemente, tienen razón cuando lo exponen, y siempre intentamos aclarar las situaciones y buscar unir los intereses de ambas partes. Buscamos una solución factible para todos. En general, creo que están contentos, y siempre estamos a su disposición para ayudarles cuando haga falta.

¿La EDM podrá competir algún día de tú a tú con los grandes equipos de la Comunidad?

Sí, creo que sí. Este año hemos tenido el ejemplo  del Juvenil C, que jugamos contra el Rayo Vallecano C en la ida en nuestra casa. Desde que se creó este equipo, hace tres temporadas, no había perdido ningún partido. Y le ganamos 2-1, gracias a un gol en el minuto 93 y con un jugador menos. Les hicimos frente y les ganamos  Por lo tanto, creo que estamos al nivel de ellos, pero quizá necesitamos más tiempo para madurar esa situación y estar todos a un mejor nivel.

¿Qué cambiarías en la Escuela?

Creo que poco. Simplemente intentar mejorar aspectos que ya hacemos bien y pulirlos para ser mejores. Vamos en la buena línea. Llevamos años trabajando en este proyecto y creo que podemos crecer más si pulimos estos pequeños detalles, que no son tan graves y que intentamos mejora cada día.

¿Sigues soñando con vivir del fútbol?

Sí, pero creo que ya lo estoy haciendo realidad, aunque de una manera muy humilde. Pero aunque estoy muy a gusto, aspiro a mejorar y tengo el reto de alcanzar metas más altas y poder vivir del fútbol de una manera más holgada. Pero repito: estoy muy a gusto como estoy ahora.