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Guti, director deportivo: «Gusta ganar, pero disfrutar y aprender est por encima de los resultados»
Autor: Área de Comunicación Enviado el: 2013-05-17


Jesús Enrique Gutiérrez, “Guti”, director deportivo de la EDM

“Nos gusta ganar, pero disfrutar y aprender está por encima de los resultados”

Asegura que intenta que los equipos de la Escuela sean reconocidos por el buen trato de balón y por la búsqueda de la portería contraria sin titubeos, pero reconoce que lograr ese objetivo llevará tiempo

Alejandro Posilio

Este profesor de Educación Física, de 43 años, casado y con dos hijos, es el responsable deportivo de la EDM. Tras una larga carrera como jugador, en la que llegó a competir en Segunda B, pasó cinco años entrenando en las categorías inferiores del Real Madrid. Su licenciatura de INEF le facultó para trabajar en el colegio Arturo Soria de Madrid, donde lleva más de 20 años ejerciendo. Es uno de los padres de la filosofía y del estilo de juego de la EDM, donde llegó hace dos temporadas, y confía tanto en ella que ha inscrito a su hijo pequeño en uno de los equipos de las categorías inferiores. 

¿Cómo comenzó en el mundo del fútbol?

De pequeño, cuando tenía siete años, en la Escuela de Fútbol Concepción, donde pase cinco o seis años de mi infancia aprendiendo a jugar al fútbol. Luego tuve la suerte de ingresar en las categorías inferiores del Real Madrid, donde estuve hasta los 17 años, llegando a jugar en el Juvenil A. Una vez que salí de allí, jugué durante cinco años en el Atlético de Valdemoro; después en el Moscardó, cuatro años en Tercera División y uno en Segunda B; más tarde fiché por el Fuenlabrada, donde jugué seis años en Segunda B ; luego volví al Moscardó, y estuve en Regional Preferente, y por  último, ingresé en el Alcobendas. Fui jugador hasta el año 2003. Con 33 años me retiré, antes de lo que hubiera querido.

¿Por qué?

Me surgió la posibilidad de trabajar en el Real Madrid como entrenador, y sabía que me quedaba poco tiempo por jugar, por lo que me dije que no podía renunciar a esa oportunidad.

¿Ahí inició su carrera como entrenador?

En el 2003, a la vez que jugaba en el Alcobendas, llevaba un par de equipos de alevines. En la temporada siguiente entré en el Real Madrid, donde estuve cinco años entrenando. Y hace dos años, llegué a la Escuela Deportiva Moratalaz. Comencé como entrenador del Aficionado B, y a mitad de temporada, por la marcha de Antonio Carlavilla, asumí el cargo de director deportivo. Y a mitad de esta temporada tuve que entrenar al equipo femenino, por ciertas circunstancias especiales.

¿Cómo conoció la existencia de la EDM?

Por mediación de Antonio Carlavilla, que era el anterior director deportivo, quien una tarde me llamó, me dijo que viniera a conocer la Escuela y el proyecto que tenían, y me animó. Yo en ese momento no estaba entrenando y era un poco reacio a volver a entrenar. Pero vine una tarde, hablé con él y con Jorge Vallejo, quedé encantado con lo que me comentaron, y esa misma tarde me comprometí  para trabajar con ellos.

Pero su experiencia alcanza incluso a la publicación de un libro sobre fútbol.

Tras mi salida del Real Madrid, las cosas que me salían para entrenar no me satisfacían en esos momentos. Alguien que me había visto trabajar en Dinamarca, en unas conferencias que di allí, me planteó la posibilidad de escribir un libro, cosa que yo nunca había pensado hacer, y acepté. Las ideas me salieron de forma muy fluida y me resultó relativamente sencillo. Así que me publicaron el libro en Dinamarca, después en España, la editorial Abfútbol, y hace unos meses me lo han publicado en inglés. El libro se llama La enseñanza del fútbol a través de los grandes juegos de posesión.

¿Qué cuenta en el libro?

El título ya lo indica. Lo primero es intentar diferenciar el entrenamiento de la enseñanza del fútbol. Mis ideas son enseñar, sobre todo a los jóvenes jugadores, a entender este deporte, no adiestrarlos meramente en el plano técnico. Y en segundo lugar, lo baso especialmente en un tipo de herramientas que me han resultado muy útiles, que son los grandes juegos de posesión, algunos de los cuales veo a los compañeros ejercitarlos en nuestros campos de entrenamiento. Son unas herramientas más para enseñar a los chicos a entender el fútbol.

Y también da conferencias en distintos países sobre fútbol y educación.

Hace cinco años, cuando estaba en el Real Madrid, me mandaron a Dinamarca a dar una charla a entrenadores, y quedaron satisfechos con lo que les conté. Y a raíz de ahí, surgieron nuevas posibilidades. Y en los últimos años he viajado por muchos países, como Dinamarca, Suecia, Bélgica, Estados Unidos, Canadá y Ghana, y me han invitado a multitud de seminarios y congresos, para dar charlas sobre diversos aspectos del juego y, sobre todo, de su enseñanza. Soy muy afortunado al poder compaginar esos eventos con mi trabajo como profesor y con mi labor en la Escuela.

¿Qué le atrajo del proyecto de la EDM?

Especialmente, las ideas que Antonio Carlavilla, al que tenía el gusto de conocer porque jugamos juntos cuando éramos jóvenes en el mismo equipo, me explicó sobre los entrenamientos, y que eran muy cercanas a las mías. Son un tipo de entrenamientos por conceptos que estamos desarrollando en la Escuela dese entonces. La buena organización que tenían, las ideas tan claras y la gente tan capaz de la que se habían rodeado me hicieron decidirme rápidamente por ser uno más de este equipo.

¿Defina eso de fútbol por conceptos?

Tenemos una idea muy clara de cómo nos gustaría que los equipos de nuestra Escuela sean reconocidos cuando juegan. Y de eso de trata, fundamentalmente, de que cuando tengamos el balón, le demos muy buen trato y busquemos la portería adversaria sin titubeos y con decisión;  y de que cuando no lo tengamos, intentemos ser agresivos para recuperarlo cuanto antes. Y dentro de estas fases fundamentales, porque luego está la de transición, que está entremedias, hemos definido una serie de conceptos que los jugadores deben manejar para jugar bien en este modelo de juego.

Y esos conceptos son…

Múltiples. Tenemos más de veinte conceptos. Entre ellos, por ejemplo, que cuando tengamos el balón, darle amplitud al juego; tocar y posicionarse, es decir, que cada vez que el jugador interviene en el juego tocando el balón, busque una nueva posición donde ser útil al equipo; equilibrio de apoyos, que el jugador que tiene el balón encuentre ayuda de sus compañeros por todos los lados. Y en el aspecto defensivo, por ejemplo, tapar líneas de pases para evitar la progresión del equipo rival, o actuar juntos, es decir, guardar una correcta relación entre líneas. Y hay más conceptos.

¿Este estilo de juego es el que ha impuesto el Barcelona? ¿Tiene algo que ver con eso?

El Barcelona tiene un estilo de juego muy definido. Y es verdad que nosotros intentamos asemejarnos en cierto modo a ciertos aspectos del juego que ellos tienen. Pero no seguimos exactamente sus directrices ni a la hora de jugar ni a la hora de entrenar. En ese sentido, creo que nosotros tenemos una progresión muy clara, y desde los más pequeños hasta los más mayores vamos de una forma muy progresiva. Pero ya nos gustaría que fuéramos reconocidos por el estilo que el Barcelona ha demostrado en los últimos años.

¿El toque es la base de este estilo?

Evidentemente, el aspecto técnico manda, sobre todo en las categorías inferiores. Pero nosotros tenemos una concepción del juego global, en la cual, los aspectos técnicos, tácticos, físicos y psicológicos los intentamos trabajar al unísono. Es verdad que nos gusta darle un muy buen trato al balón, pero también es cierto que todavía no estamos dotados para tener ese nivel de superioridad que tiene el Barcelona respecto a sus rivales. Por lo cual, también trabajamos los aspectos defensivos y las transiciones defensa-ataque y ataque-defensa.

Varios entrenadores me han trasladado la idea de que el estilo que se intenta desarrollar en la Escuela es muy complicado de llevar a cabo y que para hacerlo bien se necesitan jugadores de calidad. ¿Es así?

 Yo diría que, más que complicado, lo que lleva es tiempo. Y esto, evidentemente, no lo vamos a  conseguir ni en uno ni en dos ni en cuatro años. Hay que pensar que el Barcelona ha tardado más de 20 años en conseguir sus frutos. No podemos compararnos con ellos en cuanto a nuestra estructura siquiera. Pero lo que nosotros queremos es, primero, ir desarrollando nuestro estilo de juego poco a poco. Y, segundo, no cerrarlo en absoluto. Pensamos que los chicos de nuestra Escuela deben saber jugar de distintas formas posibles. Hay días en los cuales es imposible aplicar el juego de combinación y hay que hacerlo directo. Y tienen que saber ejecutarlo de ese modo también.

¿Puede la Escuela llegar algún día a medirse con los clubes punteros de la Comunidad?

 Nosotros vamos a nuestro paso. Estamos en claras condiciones de inferioridad respecto a ellos, pues ellos eligen, y nosotros, no. Pero en lo que no nos sentimos inferiores, y quiero remarcarlo, es en el grupo de entrenadores que tenemos al mando de esta escuela, en la ilusión que tenemos por mejorar y, sobre todo, en la formación que nos estamos dando a nosotros mismos y en la preocupación que tenemos de ser cada día mejores. En eso, seguro que no nos gana nadie.

¿De la cantidad sale la calidad?

Evidentemente es así. Pero nosotros no tenemos una grandísima cantidad de jugadores, y tenemos la suerte de que cada año hay grandes equipos que vienen a  buscar varios jugadores de los que tenemos aquí. Lo cual quiere decir que, sin tener una tremenda cantidad de jugadores, cada año salen jugadores de cierta categoría que son perseguidos por clubes de nuestro entorno de un potencial mayor. Con lo cual, también se puede sacar calidad sin tener una enorme cantidad de jugadores.

¿Es cierto que en esta Escuela se busca algo más que enseñar a jugar al fútbol?

Absolutamente. Es una preocupación que tenemos, que es compartir un objetivo meramente futbolístico con otro educativo social. Y tenemos muy claro, y este es otro de los puntos que me atrajeron para venir a esta Escuela, que por encima de la educación deportiva de los jugadores, que nos interesa mucho, está contribuir a su educación integral como personas. En este sentido, desarrollamos una labor satisfactoria, pero nunca sustitutoria de lo que hacen las familias y los profesores con estos chicos. Somos un eslabón más. Somos sus entrenadores y sus formadores, porque aspiramos a contribuir de algún modo a su formación. Pero no podemos cargar con la responsabilidad de su formación, que corresponde a sus familias, en primer lugar, y a sus profesores, en segundo término.

¿Dirigir tanto el estilo de juego coarta la libertad del entrenador?

No, en absoluto. En primer lugar, cuando llegan a esta Escuela se les deja muy claro cuál es el estilo de trabajo que tenemos aquí. Y la mayor parte de ellos, no solamente aceptan, sino que se muestran entusiasmados con la forma de actuar que tenemos. Y, en segundo lugar, pretendemos que todos trabajemos siguiendo unas líneas determinadas. Pero es que, además, tienen una libertad clara a la hora de desarrollar sus propias tareas y sus propios conceptos del juego, respetando siempre la filosofía de la Escuela.

¿Se podría definir el espíritu de la Escuela con la frase: “Ganar, pero no al precio que sea”?

Yo no diría ni siquiera ganar. La frase que yo utilizaría es: “Aprender a jugar al fútbol y disfrutar, por encima de los resultados”. Evidentemente, también nos gusta ganar, pero para mí está disfrutar y aprender por encima de los resultados.

Y los padres, ¿qué tal se comportan?

La inmensa mayoría, de forma muy acertada. Respetan la labor de nuestros entrenadores y de las personas que estamos al mando. Pero, como es lógico, en todos los sitios surgen a veces disparidad de criterios, y cuando hay alguna cuestión que no satisface a cualquier familia, intentamos resolverla de forma directa y de la mejor forma posible que sabemos. En este sentido, no se le cierran las puertas a nadie, y todo el que tiene alguna petición o queja, cuanto menos se les escucha y se le intenta aclarar aquello que no ve del modo que él quisiera.

Los equipos de esta Escuela no destacan por su poderío físico. ¿Es el precio que hay que pagar por entrenar de esta determinada manera?

No, porque no está reñida una cosa con la otra. Nosotros hablamos de una formación de futbolistas que también acarrea una formación en el plano físico. Lo que ocurre es, y eso es incuestionable, que hay niños en ciertas categorías que compiten contra jugadores que son un año mayor. Y es así porque está estipulado por la Federación. Esos equipos lo pasan verdaderamente mal, sobre todo cuando son más pequeños. Pero no nos preocupa, porque sabemos que cuando se van haciendo mayores, se van igualando las fuerzas. No creo que nadie pueda decir que a partir de los cadetes, por ejemplo, nuestros equipos adolecen de falta de nivel físico. Pero cuando son más pequeños,  sí que se nota.

Fotos: A. Posilio

¿Esta es una escuela de jugadores o también de entrenadores?

Si, absolutamente. Podemos decir con mucha satisfacción que cada año recibimos multitud de peticiones de entrenadores de otras escuelas y clubes que oyen lo que estamos haciendo aquí y tiene deseos de sumarse a nuestro grupo. Entonces, creo que nos estamos autoformando y los compañeros que tenemos al frente de los chicos valoran esa formación. Y seguro que de aquí van a salir entrenadores que en poco tiempo estarán capacitados para entrenar en clubes de mayor enjundia.

Cómo padre de un chico que está en la Escuela ¿cambiaría algo en ella?

Seguro que sí. Y, además, como padre y como responsable de la formación de los chicos y de los entrenadores estoy cuestionando constantemente nuestros métodos y nuestras normas, porque sabemos que tenemos mucho que mejorar. Así que de cara al año que viene, seguro que vamos a cambiar muchas cosas, por el afán que tenemos de reciclarnos y de seguir aprendiendo.

¿Cuáles son los proyectos deportivos de futuro de la Escuela?

Tenemos una línea continuista en lo que se refiere a los métodos de trabajo. Pero sí es verdad de que caca año nos planteamos qué tipo de conceptos son más adecuados para ciertos chicos y qué tipo de estructura se debe dar a cada una de las sesiones de entrenamiento. Vamos estudiando y vemos si al año siguiente hay que prestarle más atención a ciertos aspectos del  juego y no insistir tanto en otros. Hay cosas que nos salen mejor y otras peor. Las vamos estudiando y decidimos tras evaluarlas. También lo hacemos respecto a los espacios de entrenamiento. A veces consideramos que hay algunos equipos a los que les vendría mejor jugar en campos de dimensiones más reducidas y los pasamos del Urbis al Lili. Este tipo de cuestiones las analizamos constantemente.

¿Y qué retos afronta la EDM?

Por encima de tanta competitividad, tenemos un reto fundamental, que es que cualquiera que  vea un partido con unos chicos vestidos de negro y de dorado, y los reconozca por el escudo, sean reconocidos también por el estilo de juego que desarrollan en el campo. Y el reto numero dos es que todos los chicos que vienen a esta Escuela, al año siguiente quieran continuar en la misma porque sientan que han aprendido a jugar al fútbol y, especialmente, porque lo pasan bien cada día que vienen a los entrenamientos.

No podemos acabar esta entrevista sin que me dé su opinión sobre algo tan actual como Mourinho y el Real Madrid. ¿Explíqueme por qué a un buen entrenador se le debe permitir dañar la imagen del club y de sus jugadores?

Mi opinión más sincera es que ese entrenador está en el Real Madrid porque ha demostrado durante largos años que está capacitado para dirigir a ese equipo. Es verdad que puede resultar, para la prensa o para ciertas personas, en ocasiones poco agradable. Pero no me cabe ninguna duda de que es una persona muy preparada, con las ideas muy claras y que ha sabido sacar un gran rendimiento del equipo. Lo que pasa es que seguramente no resulta muy simpático para muchas personas. Pero me parece un entrenador muy capaz y por el que creo que hay que sentir cierta admiración, por lo que ha conseguido. Aunque hay que decir también que tiene ciertas conductas en ocasiones que no benefician. Pero muchas veces habría que saber por qué en ciertas ocasiones actúa de ese modo. Posiblemente tenga sus motivos. Pero nunca podré defender ciertas actitudes que si las viera en entrenadores de nuestra Escuela,  las censuraría. Por eso lo hago.

Si deseas ver vídeo de las enseñanzas mostradas por nuestro director deportivo en los cursos ofrecidos en Dinamarca, picha aquí