Autor: Área de Comunicación Enviado el: 2013-04-02
La EDM, una gran familia
Fran Morillas (entrenador)
Jueves 28 de marzo
Este día los chicos estaban muy excitados y emocionados al verse solos y liberados al frente de una gran experiencia. Eran altas horas de la madrugada y algún que otro jugador del equipo seguía en vela, whatsappeando y hablando con los compañeros.
La caras de los chavales al despertarse lo decía todo, tenían los ojos como platos, no sabían dónde estaban. Y así pasó, que en el partido que disputaron ese día no estuvieron todo lo acertados que suelen estar…no parecían ellos. Aun así, se sacó adelante, aunque no se desplegó un buen juego. Este día no se jugaron más partidos, y después de comer, junto con los integrantes del Alevin A, organizamos un torneo de futbol 3 v 3 en las pistas que había al lado de hotel. Estuvimos jugando cerca de dos horas. Después subimos a las habitaciones y jugamos al mini pin-pon (una mesa de pin-pon que montamos dentro de la habitación con una red portátil adaptable). Luego fuimos a dar una vuelta con la intención de acabar en la playa, tras pasar por la tienda de alimentación donde se compraron chuches. Y sí, acabamos en la playa, pero nadie se atrevía a meterse, porque el agua estaba helada. Pero siempre hay un atrevido que anima al resto del grupo. En este caso fue Baena, quien no se lo pensó dos veces y se quedó en calzoncillos y se metió al agua. Y tras él, fueron uno detrás de otro. Disfrutaron como nadie. Todo esto, con la intención de cansarlos para que por la noche durmiesen y pudiesen rendir el sábado bien, puesto que tenían un día duro. Y así fue, nada más terminar de cenar, yo les propuse ir a dar una vuelta y sus caras lo decían todo…. Estaban agotados. Se quedaron en las habitaciones jugando entre ellos, viendo la tele. Pero pronto se fueron a la cama.
El sábado los chicos se enfrentaban a un largo día. Disputaban nada más y nada menos que tres partidos. El resultado fue dos victorias y una derrota, y a consecuencia de ellos, quedamos segundos en la fase de grupos y no pasamos a las semifinales del torneo. Ese día lo pasamos prácticamente entero en el complejo deportivo. Al finalizar nuestros encuentros, los chicos se ducharon y estuvieron en el puesto viendo las fotos de sus partidos en los ordenadores. Y mientras entablaron conversación con la fotógrafa. Después fuimos a apoyar al Infantil A, que jugaba su partido, y posteriormente al Cadete. Fue emocionante ver ambos partidos, ver como los chicos apoyaban a sus compañeros de la Escuela para empujarles hacia la victoria. Posteriormente, fuimos al centro comercial, a la entrega del premio como mejor escuela del torneo. No podía ser de otra forma y nuestra Escuela fue la ganadora. Subieron varios integrantes de los diferentes equipo de la EDM, entre ellos estaban Baena y Hugo, los más tímidos del equipo. Por la noche no había quien los acostase. Tenían una juerga en el cuerpo…estaban dispuestos a no dejarme dormir. Se pasaron toda la noche pasando de una habitación a otra, jugando al mini pin-pon, viendo la tele, gastándose bromas entre ellos. Sobre la una se quedaron tranquilos en sus habitaciones.
Último día en Torrevieja, y teníamos que ir a apoyar a nuestro Intantil A y al Cadete de la Escuela, que jugaban las semifinales del torneo. Para ello tuvieron que madrugar mucho, puesto que alguno no había preparado la noche de antes la maleta y les tocaba prepararla, y así les paso, que con la torrija que llevaban encima…se dejaron cosas en la habitación y luego tuvieron que ir a por ellas.
Creo que para los chicos es una experiencia enorme que les hace crecer como personas y como futbolistas, ya que practican el deporte que más les gusta y se relacionan con chicos de su edad, más mayores, de otras categorías, y eso les hace crecer muchísimo. Pero para mí, sin duda, lo mejor ha sido la buena relación que se ha creado entre todos los jugadores, padres, entrenadores, sean o no del mismo equipo, haciendo aun mas grande a la EDM y convirtiéndola en una gran familia.
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