Noticia Histórico

Entrevista a Francesco Musacchio
Autor: Área de Comunicación Enviado el: 2013-01-24

Francesco Musacchio (Entrenador del Infantil F y segundo entrenador del femenino)

.

“En España se trabaja mejor la cantera que en Italia”

Este joven técnico italiano compara su experiencia en la Escuela Deportiva Moratalaz con la que vivió en el Inter de Milán

Alejandro Posilio

Francisco Musacchio es un giovane allenatore enamorado del fútbol español. Este espigado preparador de 29 años, nacido en la localidad italiana de Varese, forma parte de la nómina de entrenadores de la Escuela Deportiva Moratalaz desde hace casi un año. Actualmente, dirige al Infantil F, además de ayudar en la preparación de los porteros y en la del equipo femenino sénior. Durante su etapa de formación en su país de origen, no solo acabó la carrera de Educación Física, equivalente al INEF en España, sino que formó parte de la cantera del Internazionale de Mián, más conocido aquí como el Inter.

¿Cómo llegó al Inter?

Durante el primer año de mis estudios de Educación Física, y gracias a una práctica, un profesor me introdujo en el Insubria, único club filial del Inter en mi región. De estos clubes es de donde el Inter saca a los mejores jugadores para formar parte de su cantera. De ahí mi relación con el Internationale, pues desde ese momento colaboré con el club en distintos aspectos. Incluso, todos los cursos de preparación que he llevado a cabo los hice en ese club. En el Insubria coordinaba a los porteros y era el responsable de los más pequeños, más o menos lo que aquí son los chupetines. También dirigía un equipo de benjamines.

¿Por qué eligió España y cómo conoció la Escuela Deportiva Moratalaz?

En Italia me enteré de la existencia de un máster organizado por la Escuela de Estudios del Real Madrid en la Universidad Europea de Madrid, sobre Detección y Desarrollo del Talento en el Fútbol, y me apunté. Durante el curso, un profesor que es amigo del entrenador de la Escuela Nelio Mendoza me puso en contacto con él. Yo le había pedido a mi profesor que me buscara un sitio para estar en contacto con el fútbol, aunque fuera recogiendo balones, para ver partidos y entrenamientos. Y me ofrecieron ayudar a Nelio como segundo entrenador. Y así entré en la Escuela. Esto fue en febrero del año pasado. Y en este tiempo me he enamorado de la EDM, que ha hecho mucho por mí.

¿Por qué no volvió a Italia cuando acabó el máster?

En julio del año pasado acabé el máster y tuve que elegir entre volver a mi casa o quedarme aquí. Y como ya conocía la Escuela, decidí seguir aquí trabajando y aprendiendo. Fue una decisión dura, porque mi familia y amigos están allí. Pero me gusta la filosofía que se sigue en esta escuela a la hora de enseñar a los chicos. He aprendido más en este año que llevo aquí que en los cinco que pasé en la Universidad italiana.

Veo que le gusta más trabajar con los pequeños que con los mayores.

Siempre he trabajado con los pequeños, me gusta más. Me quedo más satisfecho cuando veo que un niño pequeño aprende a blocar un balón que cuando un mayor hace un paradón. A los pequeños les das algo y te devuelven mucho más. Con los mayores es otro rollo. No soy muy duro, y esto es un límite con los grandes. Por eso prefiero trabajar con los pequeños.

¿Por qué?

Con los pequeños hay que ser más educador. También entrenador, pero hay que educarles no solo en fútbol. Podemos tener cien niños y sabemos que solo dos van a llegar arriba, pero también hay que enseñar a los otros 98 a ser buenas personas y a crecer a nivel humano. Y eso me apetece. En ese aspecto, los entrenadores jugamos un papel increíble. Parece que no, pero estamos con ellos tres días a la semana durante un par de horas cada día, y luego en el vestuario. Es mucho tiempo, y podemos jugar un papel muy importante.

¿Y qué tal su experiencia con el equipo femenino?

El trabajo con las chicas, como segundo entrenador, me ha abierto mucho la mente. Es una experiencia increíble.

¿Qué diferencia ve entre el trabajo que se lleva a cabo con las canteras en Italia y el que se realiza en la EDM?

En Italia el fútbol de cantera es bastante más complicado que aquí. Allí no creen en los proyectos a largo plazo, y eso no lleva a ningún lado. Allí se trabaja muchísimo de manera analítica, es decir, a base de repeticiones. Se repiten los ejercicios contra un muro o con otro compañero hasta que el niño se cansa, se aburre y deja de aprender. Aquí se aplica todas las actividades al juego. Es mucho más real y entonces el niño se enfrenta a variables en las que puede aprender algo distinto. En el trabajo en pareja no se aprende casi nada. Se puede aprender a hacer un buen control, pero cuando entra alguna variable nueva, todo se cae. Además, en Italia solo se quiere ganar, y si no se gana, es un desastre. Y también pasa esto con los pequeños. Allí solo se busca el prestigio a base de las vitorias. Por ejemplo, un equipo Bejamín que lo gana todo y al año siguiente no gana nada al cambiar de categoría, tiene problemas. Aquí, el proyecto está planificado a más largo plazo y se trabaja mejor la cantera que en Italia. Los benjamines pueden llegar hasta el juvenil. Es un camino como en la vida.

¿Qué es lo que más le gusta de la Escuela?

Su filosofía. La posibilidad de aprender y, sobretodo, la manera como me han acogido. Es el principal motivo por el que he querido quedarme aquí. Me gusta el fútbol y por eso me he quedado aquí. Quiero concentrarme en esta actividad.

¿Qué echa de menos de Italia?

La familia, y algo la comida, aunque aquí también se come muy bien.

¿Cree que alguno de los jugadores de la Escuela puede llegar a vivir del fútbol?

Creo que talento hay, y necesitamos descubrirlo. Hay que encontrar el talento cuando está en un chico pequeño, y luego hay que saber desarrollarlo. Con el proyecto que lleva esta escuela se puede lograr. Hay mucho talento que se va perdiendo con el tiempo porque no se ha desarrollado cómo se debía.

¿Dónde se da el paso más importante en los cambios de categoría, en los pequeños o cuando un jugador pasa ya a juvenil?

Cuando un jugador está en el alevín o en el infantil empieza el cambio importante, tanto en su capacidad física como técnica. Es la edad clave en la que hay que trabajar mucho con ellos. Pero también con chicos de cinco a siete años hay que trabajar otros aspectos, como pueden ser el combinativo o el lúdico. Y es complicado hacerlo. No es fácil.

¿Los padres de los jugadores se meten mucho en su labor?

Aquí tenemos la suerte de que hay una gran sensibilidad en los padres. Esto falta en Italia. Allí están mucho más encima y gritando. Aquí también los hay, pero en un porcentaje mucho menor. Tengo la suerte de llevar al infantil F del club y los padres son aficionados que animan a los chicos durante el partido. No les ponen más nerviosos, y esto es muy importante para los entrenadores. Los padres deben ser aficionados y no entrenadores. Eso crea dudas en los chavales.

¿Conociendo el fútbol base de España entiende por qué la selección española juega al fútbol como lo hace?

Claro. Es el primer motivo de lo que ha hecho la selección española, que le ha ganado todo en los últimos años. No creo que esto se consiga de un día para otro. Es un proceso que lleva mucho tiempo, mucho sacrificio y también mucha desilusión por lo que no se ha ganado antes. Pero cuando se trabaja bien, al final se obtienen resultados