El Cadete A de la EDM logró este fin de semana un valiosísimo punto frente al CD Canillas que, más allá del marcador, significa mucho: la permanencia matemática en División de Honor una temporada más. Un empate celebrado como una victoria y que simboliza el esfuerzo colectivo de un equipo que no se rinde.
El partido fue un auténtico pulso físico y emocional. Mucho duelo, juego directo y máxima tensión en cada balón dividido. El control fue repartido, con un Canillas que ofrecía grandes individualidades y un Moratalaz que sacó su mejor arma: el bloque, la unión y el sacrificio conjunto.
Las ocasiones llegaron por oleadas para los locales, pero la calidad estuvo del lado visitante. El gol del empate llegó de la forma menos esperada pero en el momento más oportuno.
A partir de ahí, el equipo supo gestionar el resultado, mostrando una gran madurez defensiva pese a los más de 10 minutos de añadido y las numerosas jugadas a balón parado que el árbitro señaló en contra. Cada despeje, cada choque, cada segundo fue una batalla ganada.
Pero si algo marcó la diferencia, fue el apoyo desde la grada. Mención especial para los entrenadores y jugadores de otras categorías de la EDM que se desplazaron al campo y convirtieron al Canillas en visitante en su propia casa. Su presencia, su voz y su aliento le dieron vida al equipo, como reconocieron desde el banquillo.
Este empate es más que un punto. Es un premio a la constancia, a creer hasta el final y a sentirse orgulloso de pertenecer a una escuela que no deja a nadie solo. Porque esto es Moratalaz, y eso se nota dentro y fuera del campo.
¡Enhorabuena a todos! Orgullo Moratalaz
#VamosMorata