Miguel Barrio, entrenador del Alevín B y readaptador de lesionados

“Para ser una Escuela humilde, la EDM está mejor organizada que algunos clubes de élite”

Tras cinco temporadas en el Rayo Vallecano, este licenciado en INEF y nivel II de entrenador ha ingresado esta temporada en la disciplina de la EDM porque se identifica con sus formas y su estilo de juego

• “En el Rayo he trabajado con grandes profesionales, de los que he aprendido bastante”

• “Desde el primer día todo el mundo me ha ofrecido su ayuda; además me han dejado tiempo de adaptación y nadie me ha metido prisa ni presión”

• “Aquí es difícil entrar, no lo puede hacer cualquiera, porque se tiene que ajustar a un perfil. Esto es una forma de dignificar la profesión de entrenador”

• “En esta Escuela se utilizan muy bien los tiempos de antes y después de los entrenamientos para maximizar el rendimiento”

•  “Quizá sería más fácil practicar el estilo directo, no jugando a nada, pues podrían conseguirse mejores resultados, pero el aprendizaje sería menor”

 

Texto y fotos de Alejandro Posilio

Este licenciado en INEF por la Universidad Politécnica se ha incorporado esta temporada a la EDM como entrenador del Alevín B y como readaptador de lesionados, tras pasar cinco intensas temporadas en el Rayo Vallecano, donde entró de prácticas y acabó como readaptador, preparador físico y segundo entrenador del segundo equipo de la entidad vallecana. Reconoce que pertenecer a la disciplina del club vallecano es estar en la élite deportiva del fútbol base, pero asegura que la organización en esta Escuela, que es de barrio, es superior a la de algunos clubes profesionales. Madrileño de 29 años, ejerce también de entrenador personal. Aunque simpatiza mucho con el equipo franjirojo, revela que se siente madridista. Tiene novia y, además del fútbol, le encanta viajar, por lo que intenta hacerlo todos los veranos. También disfruta conociendo rincones nuevos de Madrid y saliendo con los amigos, a los que tiene un poco abandonados.

¿Por qué has fichado por la EDM?
Llevaba siete años seguidos vinculados al fútbol y el año pasado, por motivos laborales, no pude compaginar el trabajo y el fútbol. Pero al finalizar la temporada pasada, me puse en contacto con Jorge Vallejo, el director general, porque yo sabía que en esta Escuela se trabaja muy bien. Además, vivo en Moratalaz, cerca del Urbis, y empecé a jugar al fútbol en este campo.

¿Cómo se produjo el fichaje?

Yo conocía a Jorge del mundo del fútbol, y me puse en contacto con él para decirle que estaba interesado en llevar a algún equipo de la Escuela. Me ofrecí también para participar en la parte de readaptación de lesionados. Me pidió el CV, se lo envié a él y a Guti, y este me contestó a la semana que encajaba en el perfil de los entrenadores de aquí. Luego pasé una entrevista. Nos pusimos de acuerdo muy rápido y fue todo como si ya estuviese hablado. Y en septiembre empecé con el Alevín B.

¿Qué conocías de la EDM antes de venir?

Varios conocidos que tengo aquí me habían hablado muy bien de cómo está estructurada esta Escuela y de la importancia que se da al nivel formativo de la gente que está entrenando aquí, a los que han realizado alguna licenciatura, diplomatura o grado superior relacionado con el deporte. También me señalaron que se valoraba bastante tener algún título de entrenador de fútbol. Yo tengo el nivel II, y para mí es muy importante que esto se valore. A parte, cuando vine aquí, sabía que hay buen ambiente y que el trato personal es muy agradable. Aquí se hace piña entre todos. Esto también me llamó la atención y me gustó.

¿Cómo empezaste en esto del fútbol?

Empecé en el Urbis cuando era de tierra y estos vestuarios no existían, con el Hayedo de Moratalaz, hace muchísimos años. Comencé como prebenjamín, seguí dos categorías más y luego pasé al fútbol sala, porque mis amigos no querían jugar al fútbol 11. En juveniles ingresé en la Unión Deportiva Moratalaz y después lo dejé. Solo jugaba con amigos en ligas municipales.

¿Y cuándo empezaste a ejercer de entrenador?

Empecé en la temporada 2007-2008 en Vallecas, llevando un equipo benjamín. Al siguiente año no entrené porque no salió muy bien la  cosa. Al siguiente entré de prácticas en la cantera del Rayo Vallecano, donde estuve  cinco temporadas, en benjamines, alevines, infantiles, y el último año compaginé el infantil con el Rayo B de Tercera División, donde alterne funciones de preparador físico, segundo entrenador y readaptador de lesionados.

¿Qué tal tras cinco temporadas en el Rayo, uno de los clubes potentes de la Comunidad de Madrid y de España?

Muy bien. Ha sido una experiencia espectacular. Es la élite en cuanto a fútbol base, pues entrenas a jugadores que están en lo más alto. Es un club casi profesionalizado a nivel deportivo, que no laboral. Con la gente, también muy bien. He trabajado con grandes profesionales, de los que he aprendido bastante.

¿Qué diferencias ves entre la EDM y el Rayo?

Hay grandes diferencias, aunque prefiero hablar de las del Moratalaz para bien. Aquí se estructura de otra manera. Aquí se saca partido a dos campos solamente, y uno de ellos compartido, para muchos equipos, mientras que el Rayo tiene cuatro campos a los que se les podría sacar algo más de rendimiento. A nivel deportivo, allí no hay tantos coordinadores por etapas como aquí, lo que hace que esto funcione mejor. No quiero decir que aquello no funcione bien, pero aquí, para ser una Escuela humilde, está mucho mejor organizada que muchos clubes de élite

¿Y cómo era el trato allí?

Hay gente de muchos sitios y depende de cómo sea cada uno. Es un trato más profesional, pero también se pueden hacer amistades. Aquí se ve un trato más familiar. Allí no te falta de nada, pero las relaciones que puedes mantener dependen de cada persona.

¿Tras más de dos meses en la EDM, cómo definirías la experiencia?

Muy buena, fabulosa. Estoy muy contento y no me puedo quejar de nada. Desde el primer día, todo el mundo con el que me he cruzado me ha ofrecido su ayuda. Me han dejado tiempo de adaptación y no me han metido ningún tipo de prisa ni de presión. Todo ha sido genial, tanto por parte de los responsables de la Escuela como de los compañeros entrenadores.

¿Qué es lo que más te ha gustado?

Que se valore la formación. Conozco muchos clubes en los que se busca más la experiencia que la formación. Aquí es difícil entrar, no lo puede hacer cualquiera, porque el candidato se tiene que ajustar a un perfil. Esto es una buena forma de dignificar la profesión de entrenador. Sé que me tengo que exigir para seguir progresando, porque al final, la competencia aprieta y, si no mejoras, alguien te acabará echando.

¿Y lo que menos?

Disponer de más espacio y algo más de tiempo para entrenar. Pero somos una escuela de barrio y todos sabemos dónde estamos. Aún así, aquí se utilizan muy bien los tiempos de antes y después de los entrenamientos para maximizar el rendimiento.

¿Hay algo que te haya sorprendido?

Vengo de un sitio muy diferente, pero no me ha sorprendido nada en particular. Son cosas simplemente diferentes. Lo que más me ha asombrado de aquí es la buena organización, que siendo un equipo de barrio, la podría tener perfectamente un club de élite.

¿Crees que en algún momento la EDM podrá competir de tú a tú con los grandes clubes de la Comunidad de Madrid?

Se está acercando a ellos. Esos clubes siempre podrán elegir jugadores, pero por lo que veo, se va progresando mucho, tanto desde el primer equipo como del resto. Si se sigue trabajando como ahora, se va a conseguir, pero siempre con limitaciones, pues esos equipos grandes se seguirán llevando a los mejores jugadores y obligará a seguir rehaciendo los equipos. Pero seguro que se va a seguir subiendo escalones.

¿Cómo te defines como entrenador?

Me considero una persona disciplinada, a la que le gusta el orden. También soy muy cercano, aunque no lo aparente. Me gusta hablar con los jugadores, saber sus necesidades, cómo se sienten, qué necesitan. Me gusta tener una cercanía que le haga al jugador sentirse más cómodo y pueda rendir más.

¿Eres un buen psicólogo?

Eso lo tendrán que decir los jugadores. Pero sí, están en una etapa que, en caso de tener problemas, necesitan ayuda. Intentamos que mejoren a nivel deportivo, táctico, físico y técnico, pero hay que tener claro que la mayoría de los jugadores no va a llegar a las categorías altas. Y en este sentido, tenemos que hacer saber que tienen que tener una vida aparte del fútbol que también hay que ayudar a mejorarla. Aquí también hay que educarles en valores.

¿Te sientes preparado para poder hacer esto?

Sí, de sobra.

¿Qué tal con el Alevín B?

Es un grupo que no conocía y cuesta adaptarse. Empezamos trabajando cosas muy básicas, pero poco a poco se va progresando y asimilando conceptos. Los jugadores ya van entendiendo el modelo de juego que quiero tener. Este fin de semana hemos logrado nuestra primera victoria y esperemos que haya muchas más.

¿Qué se les enseña a estas edades tan tempranas?

Técnicamente tienen un programa para mejorar todas las semanas. Dentro de los entrenamientos hay aspectos tácticos básicos que se intenta que mejoren, pues están en una etapa básica para esto. Y tácticamente depende del equipo, pues hay algunos que pueden asimilar determinados conceptos, y otros, no. Se intenta que adquieran unas bases para que, si siguen en la Escuela, ya no tengan que partir de cero y dispongan de una base para seguir aprendiendo.

¿También eres un enamorado del toque?

Sí, me gusta bastante. De hecho, nos crean ocasiones y nos meten algunos goles porque intentamos sacarla jugando. Incluso algunas veces abusamos de esto. Pero al final, esta forma de jugar hace que el futbolista tome decisiones y se arriesgue, y se tiene que equivocar. De ese error va a aprender más. Quizá sería más fácil practicar el estilo directo, no jugando a nada, pues podrían conseguirse mejores resultados, pero el aprendizaje sería menor.

¿Es un sistema más difícil de enseñar y de aprender?

No tiene que ser más difícil de enseñar, pues planificamos las sesiones con antelación y buscamos que los chavales estén el mayor tiempo posible en contacto con el balón. Pero a lo mejor sí es un poco más complejo de aprender, pues requiere una concentración, una técnica y unos conceptos tácticos adecuados. Al principio sí cuesta más aprenderlo, pero en cuanto el jugador evoluciona, no es una dificultad añadida.

¿Es cierto que con este estilo los jugadores se divierten más?

Con el otro, el directo, es difícil que se diviertan, pues solo lo hace el que mete los goles. Pero con nuestro estilo, todos participan más y, si entienden el modelo de juego, también disfrutan cuando se van consiguiendo las metas previstas.

¿Está un poco sobrevalorado este estilo o no?

Me gusta este estilo, que viene impuesto por el juego del Barcelona y de la selección. Pero es algo que tenemos que aprovechar. Lo considero muy válido, sobre todo en etapas formativas. Creo que también da resultados. El que toca más, genera más ocasiones.

¿En el Rayo también se le da tanta importancia a este estilo?

Sí, pero cada entrenador le daba su toque personal. Hay entrenadores a los que les gusta ser menos combinativo y lo llevan a cabo. Pero también se intenta que sea un juego vistoso.

 

“La psicología es importante para saber qué le puedes pedir y exigir a cada jugador”

Asegura que en esta Escuela existe libertad para que un entrenador dé el toque personal a su equipo, pero siempre dentro de unos conceptos e ideas básicas del modelo de juego elegido en la EDM.

¿Aquí tenéis los entrenadores la libertad suficiente para dar vuestro toque a los equipos?

Sí, aunque tenemos fijadas una serie de nociones, conceptos e ideas del modelo de juego. Sin salirte mucho, sí le pues dar tu toque personal. Pero todos los equipos tienen que implantar unas ideas básicas, aunque hay ciertas facetas del juego que el entrenador puede modificar.

¿Qué porcentaje de psicólogo tiene que tener un entrenador?

No sé qué porcentaje, pero alto. Tiene que saber cómo se siente cada jugador de forma individual y como persona. Tiene que dar a cada uno lo que necesite y no se le puede pedir a todos lo mismo. La psicología es importante para saber qué le puedes pedir y exigir a cada jugador.

¿Qué parte de culpa tiene un entrenador en el éxito o fracaso del equipo?

Es una respuesta complicada, pues a veces depende del nivel de los jugadores. Pero el entrenador, con el trabajo diario puede conseguir que sus jugadores mejoren y obtengan mejores resultados. Pero no te sé decir qué porcentaje.

¿Qué características debe tener un buen entrenador?

Tiene que tener un nivel de conocimientos tácticos, técnicos y de preparación física altos. También tiene que tener un manejo de grupo adecuado, esto es muy importante. Tiene que saber analizar las situaciones y cómo afrontarlas, mantener al grupo unido y contento, lo que no es fácil. Y en el campo debe tener la suficiente entidad para saber ejecutar las tareas y que el equipo se encuentre motivado en los entrenamientos y en los partidos.

¿Quién es tu entrenador referente?

Me gustaba mucho el Barça de Guardiola, que ha gustado a todos. Para mí fue la excelencia. Dudo que haya otro equipo que pueda llegar a dominar tanto y tan sobradamente, tanto a nivel de posesión de balón como de juego y resultados.

Ante esta respuesta, la siguiente pregunta sobra: ¿guardiolista o mourinhista?

También me gusta mucho el aspecto de disciplina que impone Mourinho, pero soy guardiolista.

 

 “En la recuperación de lesionados es importante que hagan caso a lo que les mandamos para fuera”

Reconoce que le ha costado un poco adaptarse a las instalaciones que tiene para recuperar lesionados en la EDM y destaca el trabajo preventivo que realizan los recuperadores para evitar lesiones.

¿Qué hace un readaptador?

Intenta que cuando un jugador se lesione y puede empezar a realizar una actividad física, pierda el menor estado fisco posible y empiece a recuperarlo lo antes posible. Al final de proceso debemos conseguir que cuando se reincorpore a los entrenamientos, sea uno más.

¿Qué tal el tiempo que llevas aquí de readptador?

Bien, aunque es diferente a lo que hacía en el Rayo. Allí estaba acostumbrado a unas instalaciones mejores, lo que me ha costado adaptarme las primeras semanas. No es que la calidad del material sea menor, que no lo es, pero sí la ubicación, el espacio y la cantidad de medios. Las instalaciones de allí dan una mayor facilidad para trabajar. Aquí me ha costado encontrar el hueco.

¿Cuáles son las lesiones más comunes que tratas aquí?

Esguinces de tobillo y rodilla. También alguna lesión muscular, fractura de cúbito o radio o de un dedo.

¿Cuál es la lesión más grave que has logrado recuperar como readaptador profesional?

No sé si la he llegado a recuperar. Fue un jugador que tenía problemas de cartílago y tuvo que hacer un trabajo bastante duro a nivel muscular para recuperar su rodilla. Fue muy sacrificado para él.

¿Cuánto tiempo gana un jugador en recuperase si acude al readaptador?

Según la lesión, puede ganar mucho tiempo. Tenemos un caso que he vivido la semana pasada en el que un jugador volvió a los entrenamientos sin pasar por aquí y se le reprodujo la lesión, y ahora va a tener que estar más tiempo parado. Ahora sí va a venir.

¿Es más fácil que se lesione un jugador que no ha pasado por el readaptador?

Si, claro, porque aquí hacemos un trabajo preventivo, que también se hace en los equipos, con el que intentamos afianzar las estructuras lesionadas. Las fortalecemos para que no vuelva a producirse una lesión.

¿Cuáles son los secretos de una buena recuperación?

Lo más importante es hacernos caso. Parece obvio, pero no se consigue siempre. Al hacernos caso, se tiene que cumplir muchas pautas que damos para fuera, como no hacer educación física en el colegio o no jugar con los amigos cuando se está lesionado. Las pautas dependen de cada lesión. También hay que cumplir el trabajo que se manda para casa, pues puede ayudar bastante a la recuperación.

¿Hasta cuándo aquí?

No me lo planteo. Voy día a día y estoy muy a gusto.  No me importaría seguir muchas temporadas.