Miguel Ángel Manzano, vicepresidente de la EDM y presidente del Comité de Entrenadores de la Federación de Fútbol de Madrid

“Lo mejor de esta Escuela es el buen nombre que tiene en el fútbol de Madrid y en el de España; en cualquier sitio hablan bien de nosotros”

Este veterano del fútbol madrileño lleva en la EDM desde sus orígenes; hoy cumple un papel más institucional que de gestión; su experiencia y sus relaciones son una garantía para la Escuela

 

• “Creo que la competición y la formación están reñidas. Si lo que se quiere es formar, no se tiene que competir;  y si se compite, no se puede formar”

• “Lo peor es que ya no podemos crecer más porque el Ayuntamiento ha sacado a concurso las instalaciones y se las ha dado a un tercero”

• “No sé si estamos en lo ideal o vamos camino de conseguirlo. A veces crecer mucho es perjudicial y te hace ingobernable”

• “La relación de compañeros en el vestuario se ha perdido, en el fútbol y en toda la sociedad”

• “Que nos quitaran el campo nos hizo mucho daño, y todo esto sin una explicación lógica ni coherente”

• “Puede que algún día les podamos hacer sombra a los grandes, pero nosotros no lo veremos”

 

Alejandro Posilio

Este veterano directivo de la EDM es uno de los que mejor conoce el fútbol de la Comunidad de Madrid, pues lo ha vivido en primera persona. De futbolista, entrenador o directivo lleva casi medio siglo relacionado con este deporte. Comenzó a trabajar con 15 años de bedel en el Banco de España, de donde se acaba de prejubilar con 58 años. Allí empezó a jugar en el equipo de fútbol juvenil, club en el que todavía practica de vez en cuando en la escuadra de veteranos. Luego aprobó el curso de entrenador, empezando a ejercer en el Club Deportivo Moratalaz, y pasando por otros de la Comunidad, como Moscardó y Vallecas.

Previamente, se licenció en Periodismo y trabajó tres años en la Cadena Cope, tiempo durante el cual cubrió desde el Mundial de Fútbol de España, en 1982, hasta algunos partidos del Moratalaz en el Urbis. Hace más de 30 años comenzó su relación con la Federación de Fútbol de Madrid, en la que lleva ocho años como presidente del Comité de Entrenadores, del que anteriormente fue vocal y vicepresidente. Además, también forma parte, ya durante cuatro años, del Comité de Entrenadores de la Federación Española de Fútbol, llevando los temas de nuevas tecnologías, “será porque soy el más joven”, añade con sorna. Este madrileño madridista asegura que no es anti nada y que no tiene más pasatiempo que el balompié, “pues en mi vida casi todo ha sido fútbol”. Enciclopedia andante del fútbol madrileño, tiene una capacidad de enlazar temas y contar anécdotas fuera de lo normal.

¿Cuál es tu función como vicepresidente de la EDM?

Mi puesto es un poco honorífico. Tengo principalmente un papel institucional, referido a las relaciones con la Federación de Fútbol de Madrid y con la Real Federación Española de Fútbol, pero es más honorífico que otra cosa. No tengo ninguna función deportiva, económica o de gestión dentro de la Escuela. Echo una mano en lo que puedo.

Realmente, eres el directivo que más tiempo llevas en la EDM. ¿Cómo empezó tu relación con la Escuela?

Empecé a bajar a ver al Moratalaz en el año 1975, cuando  jugaba en Tercera Regional. Ese año jugaban de blanco, aunque los colores oficiales eran los del Betis, blanquiverde. Pero como la equipación más económica era la blanca, por eso iban de ese color. Eso pasaba en muchos clubes. Yo no jugué en el Moratalaz, pero sí mi hermano Jesús. En el 84, que yo ya había estado como directivo en el Racing Vergara, el Soria y otros clubes, saqué el título de entrenador. Y el primer equipo que dirigí fue el juvenil del Club Deportivo Moratalaz. Al año siguiente me fui al Moscardó, donde estuve tres años entrenando. Cogí el equipo en Segunda Regional, a la temporada siguiente lo subimos a Primera Regional, y a la otra, a Preferente.

¿Pero volviste a la Escuela?

Sí, en el 88 regresé entrenando al primer equipo del Moratalaz en Segunda Regional, y lo subimos al año siguiente a Primera Regional, y dos temporadas después, a Preferente. Creo que en el año 91 hice el curso de entrenador nacional, y estuve con el juvenil y como secretario técnico. Luego volví a  coger el primer equipo.

Pero antes no había tantos equipos como ahora

No sólo un juvenil, y había años que no había jugadores suficientes. Siempre he pensado que lo importante es tener una cantera detrás. Por lo menos, de infantiles y cadetes. Porque equipos de menor edad es más complicado, pues tiene que ser más lúdico, se tiene que hacer para que los chicos se diviertan y no se les debería meter en competición. Creo que está reñido la competición con la formación. Si lo que se quiere es formar, no se tiene que competir;  y si se compite, no se forma, pues los menos dotados o los que no se adaptan a la competición, no sirven. Si quieres formar jugadores de menos edad, tiene que ser fuera de la competición.

Lo que dices está reñido con la filosofía de la EDM.

Sí, con la filosofía de la Escuela y con la de casi todo el mundo. Pero se están creando muchas polémicas con asuntos como las goleadas que se meten a algunos equipos de esas categorías. De hecho, hay distintas federaciones autonómicas que ponen un límite de goles en los resultados de esos equipos para evitar tensiones.

¿Cuándo empezaste como directivo en la EDM?

No me acuerdo de la fecha exacta, solo sé que soy el socio número cuatro. Eso sí, yo estaba cuando se hizo la transición de Club Deportivo Moratalaz a Escuela Deportiva Moratalaz, al unirse con la Unión Deportiva Moratalaz.

¿Cómo fueron esos tiempos?

Veíamos que se terminaba la obra de construcción del campo, la actual Dehesa de Moratalaz, antiguo Urbis, y no sabíamos si la concejalía nos lo iba a ceder.  Al final, presentamos plicas al Ayuntamiento de Madrid los dos equipos por separado, y la concejala nos llamó para animarnos a que nos uniéramos los dos clubes. Y comenzaron las negociaciones. Después de muchos sufrimiento y ceder todos un poco, se logró hacer una oferta conjunta y se formó la actual EDM.

¿Ahora, viéndolo con perspectiva, fue lo mejor que se pudo hacer?

Creo que sí. Políticamente era lo que mejor se podía hacer: cederle a los equipos del barrio las instalaciones del mismo. No como ahora, que se las dan a empresas. El día que estas compañías vean que tener estas instalaciones no es negocio y tengan que hacer grandes inversiones para mejorarlas, porque el césped tiene una fecha de caducidad, a ver quién hace esa inversión. En ese caso tendremos problemas. Como ciudadanos, pagamos impuestos, y como usuarios de la instalación, también. Han venido mucho políticos a contarnos historias y ninguno lo soluciona.

¿Pero gracias a esa unión, la EDM ha crecido mucho y bien?

Sí, pues al final en este distrito solo existen dos clubes de fútbol, cuando antes había uno en cada calle. Puede que esto sea lo correcto. Lo peor es que ya no podemos crecer más porque el Ayuntamiento ha sacado a concurso las instalaciones y se las ha dado a un tercero, con el que hay que compartirlas. Fuimos conejillos de indias, y ahora les está pasando a muchos clubes de Madrid.

¿Se puede decir que ahora la Escuela está en su mejor momento?

No sé si estamos en lo ideal o vamos camino de conseguirlo. Es complicado saberlo. No sé si lo importante es tener calidad o cantidad. Me pregunto si somos capaces de generar más funcionamiento o si los directivos y entrenadores tienen que tener una fecha límite ejerciendo como tales. A veces crecer mucho es perjudicial y te hace ingobernable.

Pero uno de los puntos fuertes de esta EDM es que está bien estructurada, ¿no?

Sí, sí. Tener hasta chupetines y equipos que han quedado campeones muchos años es bueno. A veces te da pena dejar a chicos fuera e intentamos hacer más equipos. Pero no sé si esto es positivo. Es complicado decidir sobre estos temas.

¿Qué es lo mejor de la Escuela?

El buen nombre que tiene en el fútbol de Madrid y en el de España. Con el trabajo de todos, desde los pioneros hasta los actuales, se ha seguido una línea. Todo es mejorable, y habrá voces críticas, pero en cualquier sitio hablan bien de nosotros. Seguro que se han podido hacer cosas mejores, pero estamos en esa línea de ‘progresa adecuadamente’.

¿Y lo peor?

No solo de la Escuela, sino del fútbol y de la sociedad que estamos creando, lo peor es que se ha perdido la amistad y la proximidad, hemos dejado de ser un grupo deportivo unido y hemos pasado a ser una empresa de servicios que juega al fútbol. Se ha perdido algo la identidad. Yo sigo teniendo como amigos a jugadores que he dirigido hace 25 años. Eso es más complicado ahora. Antes todos se cambiaban en el vestuario y se hacían muchas bromas, se convivía. Ahora muchos ya vienen con las botas puestas y el abrigo que le ha comprado el abuelo. La relación de compañeros en el vestuario se ha perdido. En el fútbol y en toda la sociedad.

¿Cómo definirías tu experiencia en la EDM después de tantos años?

Muy buena. Hace años daban en televisión una serie que se llamaba Pelotas, que iba sobre un club de barrio en el que había un señor que se llamaba don Antonio, que iba por el bar del club y era muy crítico. Creo que desempeño un poco ese papel.  Si volviera a nacer, creo que haría lo mismo y me equivocaría en cosas parecidas.

¿Cuál es la mayor satisfacción que te has llevado?

Que ves que el trabajo hecho ha salido adelante. Y como entrenador, que muchos jugadores me han agradecido el trabajo que hice con ellos. La mayor satisfacción que se lleva un entrenador es cuando al entrar en el vestuario tras un partido, y da igual el resultado, ha visto que sus jugadores se han dejado el alma por ganar.

¿Y el mayor berrinche?

Que nos quitaran el campo. Nos hizo a todos mucho daño. Yo ya no era presidente, pero pusimos mucha ilusión para hacer grandes proyectos en esta Escuela, y nos los han cercenado. Teníamos previsto llevar a cabo diversas actividades sociales con el barrio, que se han quedado paralizadas.  Y todo esto sin una explicación lógica ni coherente.

¿Qué debería hacer la EDM para mejorar?

Es complicado definirlo. No hay un modelo que sirva para siempre. Cada pocos años hay que repensarse el modelo administrativo y deportivo, inclusive el económico, y conjugarlos todos. Y a nivel deportivo, la técnica individual se ha olvidado, en el fútbol en general. Se trabaja la colectiva y la estratégica, pero apenas la individual.

¿Ves un futuro halagüeño para la Escuela o eres pesimista?

Hay que ser positivo cien por cien. Hay que ser como el Alcoyano, que perdía 8-0 y sus jugadores decían: ‘saca de centro que vamos a empatar el partido’. Si no fuera optimista, a veces te dan ganas de tirar la toalla o pagarlo con la familia y los más cercanos.

¿Cuál es el principal reto con el que se encuentra ahora mismo la EDM?

Como casi todo el país, asegurar la continuidad. La crisis es galopante y no sabemos cómo va a derivar el intento del Gobierno de que los clubes den de alta en la Seguridad Social a todos sus colaboradores. Creo que la solución a este asunto pasa por el voluntariado. Pero cuando se coge nivel competitivo, el coste de los técnicos no es de 200 euros, como el de los equipos de menor edad. Desde luego, habrá que buscarla, pero, de momento, no hay. La medida del Ejecutivo es tan costosa que no es asumible por ningún club o escuela. Si se llega a las últimas consecuencias, habrá clubes no organizados que lo pasarán mal y algunos desaparecerán, pues también obliga a tener una parte administrativa que incrementa todavía más los costes.

¿Qué imagen tiene la Escuela fuera?

Si estoy en la Federación es porque saben que procedo de aquí y que los que había antes también lo hacían bien, era gente seria y responsable. Apostamos por un modelo viable que es valorado fuera.

¿Hasta cuándo en la EDM?

Hasta que la vida aguante. Mientras la junta directiva quiera, la salud lo soporte y mi mujer no me eche de casa, hasta que ellos quieran.

¿Y ligado al fútbol madrileño?

Nunca se sabe qué te puede deparar la vida. Aunque te llevas algunos disgustos, la mayoría son alegrías.

¿El día que te marches, que te gustaría que se dijera de ti?

No lo sé, no lo he pensado. Pero no me importaría que repartieran mis cenizas por el Urbis. He estado más tiempo en este campo que en mi casa.

 

“En líneas generales, el comportamiento de los equipos de la EDM han mejorado notablemente”

No es un gran defensor del fútbol de combinación, porque no todos los equipos pueden jugar de la misma forma. Asegura que cuando pierde el Moratalaz coge un enorme cabreo.

¿Te gusta el estilo de combinación que se imparte en la Escuela?

Me gusta jugar bien, pero qué es jugar bien. Decía Bilardo que en el fútbol solo se acuerdan de los que ganan. Solo puedo decir que cuando pierde el Moratalaz, me llevo un cabreo de cojones. No hay que ser resultadista, pero muchas veces querer jugar la pelota desde el minuto uno cerca de tu área… A veces que hay que darle fuerte. En cada partido hay que jugar de una manera. Es bueno que los chicos conozcan los conceptos, pero la calidad individual se está perdiendo. He visto jugar en tierra a jugadores buenísimos. Además, tenemos lesiones de cuádriceps en chicos de 13 años porque solo saben tocar en cortito, y cuando dan un pase en largo, se lesionan porque no han trabajado ese músculo. Hay que trabajar todos los grupos musculares. El jugador tiene que aprender también a sufrir un poquito, y hay que enseñarlo en los entrenamientos. A veces nos cuesta eso.

¿Los equipos de la Escuela, en general, se comportan bien o son problemáticos?

En general, se portan bien. De hecho, tenemos algún premio a la deportividad. Hemos tenido algún hecho puntual poco correcto, pero puntual. En cuatrocientos partidos que pueden jugar en una temporada los equipos de esta Escuela es normal que un mal momento lo pueda tener cualquiera. En líneas generales, el comportamiento de los equipos de la EDM ha mejorado notablemente.

Si nos comparamos con los clubes de la Comunidad de Madrid, ¿dónde nos encontramos?

No podemos competir con los grandes clubes, Real Madrid y Atlético; luego hay cuatro o cinco clubes que trabajan bien, y luego están los que dependen de los ayuntamientos, es decir de las ayudas oficiales. Mientras que en Madrid, las ayudas oficiales son simbólicas.

¿En qué escalón se encuentra la EDM?

Puede que en el tercero. Podríamos tener un equipo en Tercera División, un equipo de futuro. Pero no más allá. Ahora mismo es imposible. Hay equipos históricos que han desaparecido.  Puede que algún día les podamos hacer sombra a los grandes, pero nosotros no lo veremos. Eso sí, el trabajo que se está haciendo es bueno y va en esa línea, aunque todo es mejorable. Cada cierto tiempo hay que analizar hasta dónde podemos llegar. Puede que ser un poco más resultadista nos coloque en Tercera División.

Aunque gestionar 700 futbolistas es complicado, todos los años la Escuela tiene que rechazar decenas de solicitudes para integrarse en ella. ¿Qué se podría hacer para poder aceptarlos y seguir creciendo?

Eso es una pena. La ampliación pasa por recuperar los campos. Es como lo del fútbol femenino. Sé que la directiva se llevó un buen disgusto cuando tuvo que decidir quitar el equipo femenino, pero es que hubo situaciones conflictivas en lo económico, deportivo y organizativo. Estábamos encantados con el fútbol femenino, pues fue el primer equipo de la Escuela en participar en categoría nacional, pero fue un problema complejo. En España no somos capaces de generar más de 26.000 licencias femeninas. Queremos, desde la Federación Española, estructurar categorías inferiores, pero no hay tanta cantidad de jugadoras. No es un problema fácil de resolver, no hay instalaciones adecuadas, faltan medios, no hay detrás una cantera, las que son veteranas y marcan diferencias lo dejan por motivos de estudio u otros. Actualmente parece un proyecto inviable. Primero hay que recuperar las instalaciones para poder tener más equipos y más horas de entrenamientos, pues a más horas de entrenamiento, más calidad táctica y técnica.

 

“Antes, los chicos estaban en continuo contacto con el balón en la calle, lo que les hacía más técnicos”

Comenzó a jugar al fútbol en el equipo juvenil del Banco de España, luego se hizo entrenador, que fue cuando entró en el club Deportivo Moratalaz, y finalmente, ha sido directivo en varios clubes.

¿Cuándo empezaste a jugar al fútbol?

La primera licencia que tuve, de la Federación Castellana de Fútbol, fue de la temporada 73-74, siendo juvenil de la empresa en la que trabajaba: el Banco de España, y desde ese año voy a la Federación a gestionar todo lo referente al fútbol de esta institución. Y en algunos órganos de la Federación llevo ya 25 años.

¿O sea que empezaste a jugar como juvenil?

Sí, no era muy bueno; era voluntarioso. Llegué a jugar solo en Regional. Pero llevo ya 40 años con ese equipo y todavía sigo jugando de vez en cuando. Todavía sigo al pie del cañón.

¿Y cuándo empezaste a entrenar?

Con ficha, en el Moratalaz, en el año 84. Después estuve tres años en el Moscardó, uno en Vallecas en Tercera División, dos años de seleccionador sub 15, en los que tuve a Casillas, a Portillo y Borja Fernández, entre otros buenos jugadores.

Has jugado, has entrenador y has sido directivo. ¿Con qué has disfrutado más?

Todo eso es fútbol. Cuando jugué, me entraron ganas de ser entrenador para saber más sobre el jugador, y cuando entrené, me entraron ganas de saber más sobre cómo gestionar, y me hice directivo. Es muy importante actualizarse para estar al día.

Después de tantos años viendo fútbol, ¿con que modelo te quedarías?

La Hungría del 54 fue un cambio fundamental en el fútbol, al igual que Helenio Herrera en el Inter, el Madrid de las cinco Copas de Europa, el Ajax de Cruyff. Cada uno tiene sus cualidades, peculiaridades y méritos. Antes, los chicos estaban en continuo contacto con el balón en la calle, lo que les hacía mejores técnicamente. El fútbol inglés también es un buen modelo que me encanta, los managers, los entrenadores y los presidentes pueden pasar 16 temporadas en un equipo como si nada. Por el contrario, aquí se vive al día, a veces no se ha empezado a entrenar y ya han echado al técnico.