La estrategia y el talento llevan al buen juego
Los continuos ataque por las bandas y el disparo desde fuera del área desarmaron al rival
Alineaciones.
EDM Benjamín B: Carlos; Pablo, Juan Diego, Arturo, Sergio, Daniel G, Manuel, Rodrigo, Iván, Miguel, Daniel C y Andrés.
Gredos San Diego C: Alejandro; Mikel, Daniel, Guillermo G, Álvaro, Mario, Jorge, Jean, Hugo, Guillermo D, Javier y Tristán.
Goles: 1-0 (m. 3): Daniel C; 2-0 (m. 12): Juan Diego; 3-0 (m. 18): Andrés; 3-1 (m. 18:) Tristán; 3-2 (m. 20): Jorge; 3-3 (m. 30): Hugo; 4-3 (m. 30): Daniel C y 5-3 (m. 36): Daniel G.
Árbitro: Elena Ginés Granizo.
Crónica de Alfredo Pascual
Esta semana tocaba recibir a un rival que marchaba en la quinta posición. Saltamos al campo con las ideas muy claras, los deberes bien hechos y la convicción de resolver y ganar. Nos esperaba un rival fuerte y no sería fácil la victoria. Se había trabajado muy duro durante la semana, y el Benjamín B estaba mentalizado y preparado para conseguirlo.
El partido comenzó a la hora exacta, las 18:00 h., no habíamos jugado nunca un partido tan temprano. Esto hacia presagiar un apasionante encuentro. El balón, puesto en movimiento por nuestros rivales, rodó y comenzó el choque. Tras dos minutos de presión que jugamos replegados en nuestro terreno, nos deshicimos de ella y la escuela empezó a jugar. Bien posicionados en el campo y con las bandas activas, llegó en un contraataque la ocasión idónea para que Daniel Canorea marcara desde fuera del área. Era el minuto 3 de partido, un disparo que entró por la escuadra, imparable para el portero, nuestro primer gol. La Escuela marcaba en su minuto, significaba que todo funcionaba y encarrilábamos el encuentro.
El juego se intensificó, todas las acciones del Gredos fueron cortadas por nuestra defensa. Así nos mantuvimos, por las bandas, el pase, el toque de balón era nuestro estil. Y en una jugada bien conducida desde atrás, típica nuestra, Juan Diego entraba hasta la portería, era el segundo gol, ¡imparables!… La alta velocidad del equipo era la característica principal.
Todo siguió su ritmo, estaban desbordados por el desarrollo de nuestro juego. Los ataques se sucedían, y una cantada del portero contrario nos propició la oportunidad de marcar el tercer gol, habilidad bien aprovechada por Andrés. La Escuela respiró tranquila, ganaba por 3- 0, suficiente para creer que todo estaba resuelto.
El Gredos, espoleado por las continuas indicaciones de su técnico desde la banda, presionados por la situación, nos empujó, y con un disparo cruzado marcaron su primer gol. Quedaba poco tiempo para pitar el final de la primera parte. Aguantamos como pudimos. Nuestra defensa trabajaba sin descanso, pero un rechace les favoreció y sumaron su segundo gol. Así finalizó el primer tiempo.
El esquema táctico de nuestro equipo en la segunda parte marcó la diferencia. Seguían atacando con un ritmo frenético y recibimos el tercer gol. ¡El empate! La tensión creció, los nervios a flor de piel, ahora nos tocaba atacar a nosotros si queríamos ganar. Salimos rápidamente de esta situación, teníamos tiempo, volvimos a jugar, y con un tiro certero, Daniel Canorea volvía a marcar. Era el 4-3. El Gredos había decrecido su intensidad de juego, la resistencia de sus jugadores ya no era la misma, y desde el área, Daniel García marcó el gol que aseguraba la victoria. El 5-3 definitivo.
En el centro de la zaga, el marcaje férreo, hombre a hombre de Arturo a Tristán, su máximo goleador, impidiendo su avance, dio un buen resultado, junto con el trabajo incansable de Miguel en el medio centro en la recuperación de balones, sin restar mérito a nuestro cancerbero Carlos, con sus paradas y la buena colocación de nuestros defensas Iván y Rodrigo.
Nunca una victoria fue tan justa y celebrada. Todos fuimos un gran equipo. La Escuela ganó, y con ella, todos nosotros.