Lucha hasta el final con gran juego
Buena definición y puesta en práctica del equipo, todo un éxito
Alineaciones.
EDM Benjamín B: Pablo, Juan Diego, Diego, Alejandro, Sergio, Manuel, Rodrigo, Iván, Miguel, Eduardo, Daniel José y Andrés.
CD Dosa C: Ángel, Manuel E, Marcos, Manuel D, Manuel P, Javier, José Luis, Ricardo, Alejandro, Mario, David y Brian.
Goles: 1-0 (m. 5): Andrés; 1-1 (m. 7): Javier; 1-2 (m. 14): Brian; 2-2 (m. 17): Andrés; 2-3 (m. 35): Manuel D; 2-4 (m. 35): Brian; 3-4 (m. 38): Andrés.
Árbitro: Carlos Domínguez Fernández.
Crónica de Alfredo Pascual
Y con una temperatura de 9º C, saltaron nuestros benjamines al campo, decididos a resolver el partido en esta cuarta jornada. Nos enfrentaba con un rival que, en un principio, no debía suponer un problema para ganar, pero la suerte no estuvo de nuestro lado.
He visto mucho fútbol, y este, desde luego, es uno de los partidos, que después de ver la lucha y el derroche de energía del equipo, debería haber terminado con otro resultado. Comenzamos marcando la definición del juego y nuestros pases dieron su primer fruto: en el minuto 5 ya ganábamos por 1-0, pero en uno de sus ataques, nos empataron. En esta situación nos mantuvimos hasta que más que una jugada del Dosa fue un descuido nuestro, lo que les ofreció la oportunidad de marcar el 2-1. El equipo no se amilanó, la presión del rival, muy arriba, no nos dejaba profundizar, entonces, de nuevo, sacamos nuestro nervio, y con un saque en largo de nuestro guardameta, junto con el control de nuestros jugadores en la delantera, propició el gol del empate, llegando el final de la primera parte.
El árbitro pitó el inicio del segundo tiempo. La presión de nuestros rivales cada vez era mayor. En una de sus jugadas por la banda derecha cometimos una falta, y fuimos sancionados con un golpe franco directo. Y de nuevo nos volvieron a marcar. La Escuela se vino arriba para tratar de paliar esta situación, y en una contra la suerte les dio un cuarto tanto. No importaba, el espíritu de lucha estaba vivo. Les sometimos a un ataque infernal que, cada vez más, les dejaba sin aliento. En una de estas ocasiones, una internada en el área de Juan Diego fue cortada por una falta y sancionada con un claro penalti, que Andrés supo ejecutar, marcando el 4-3.
Seguimos atacando, luchando con afán de cambiar este resultado. El tiempo jugaba a su favor. Faltaba muy poco, nuestros corazones palpitaban a toda velocidad, la tensión en el público se masticaba y el colegiado pitó el final. Se pudo escuchar un ¡Uff! en los padres del equipo contrario.
Muy bien chicos, hemos sido capaces de desarrollar un fútbol brillante, nos sentimos orgullosos por ello. Esta es nuestra recompensa.
¡El fútbol es así!