El juego claro y limpio del Moratalaz no sirvió para puntuar
La nobleza y el carácter humano de los futbolistas de la Escuela fue su mejor arma
Alineaciones.
EDM Benjamín B: Carlos; Pablo, Juan Diego, Diego, Arturo, Alejandro, Sergio, Dani, Manu, Iván, Dani J. y Andrés.
Club Polígono H San Blas B: Joel; Iker, Adrián, Izan, Roberto, David, Pablo, Alejandro, Héctor, Adrián F. Mario e Iván P.
Goles: 0-1 (m. 9): Adrián. 1-1 (m. 13): Roberto (en propia meta). 1-2 (m. 14): Alejandro. 1-3 (m. 25): Adrián. 2-3 (m. 34): Dani J. 2-4 (m. 40): Adrián.
Árbitro: Sergio Sánchez Guisasola
Crónica de Alfredo Pascual
El Benjamín B disputó el viernes su octava jornada de liga, enfrentándose al Polígono H B, del grupo 34. La característica principal del encuentro fue el juego claro y limpio de la Escuela, que no sirvió para obtener un resultado favorable en el marcador. El partido dio comienzo a las 18:50 horas y la EDM se desplegó con jugadas por las bandas y el control del balón en el centro del campo. El Polígono H se adelantó primero, pero el juego de mayor calidad desarrollado por la Escuela serviría para empatar la situación con un gol en propia puerta del equipo visitante. A reglón seguido, se dispusieron a sacar del centro, buscando con su maña habitual el disparo desde esta parte del campo, carente de toda técnica y juego. El disparo sorprendió y marcaron de nuevo. Un sentimiento de fracaso inundó al equipo, habían trabajado y jugado, mientras que los otros, sin técnica, eran superiores en el marcador. Se llegó así al final de la primera parte.
Comienzo del segundo tiempo, buenas jugadas, ataques bien proyectados, pases en profundidad por nuestra parte. Una jugada desafortunada, en la que el balón tocó en nuestro portero y entró. La lucha prosiguió, teníamos el control y deberíamos marcar. Dani J anotó para la EDM un magnífico gol. La celebración del tanto fue unánime, por todo el equipo, justo premio por el trabajo y esfuerzo realizado.
Volverían de nuevo a intentar un Field Goal, pero su Kicker falló, no tuvo éxito esta vez, habíamos cubierto todos los huecos. Su entrenador veía que la situación se desmoronaba, les impulsaba moviéndose por todo el campo, penetrando, incluso, en el terreno de juego, a espaldas del árbitro para impartir instrucciones. Perdimos concentración por el espectáculo del técnico. El último gol conseguido por ellos, un globo que entró, un balón sin control que penetró por la parte alta de la portería de Carlos y que no pudo hacer nada por detener este melón caído del cielo. Un ensayo de nuevo.
¡Chicos!, Hay que sentirse muy orgullosos. Nosotros siempre jugamos al fútbol, y así siempre ganamos.