NUNCA DEJES DE CREER
Minuto 83. El tercero del descuento. Última jugada del partido frente al Rayo Vallecano. Centro durito hacia la frontal de Javi Quintana. Parecía mucho, pasado, bastante fuerte hacia nube de futbolistas, tanto propios como ajenos. Forzado, Álex se elevó y la dio. No se sabe cómo pero la golpeó. Era una chilena, o algo parecido. El caso es que el esférico salió despedido. ¿Hacia dónde? Hacia la portería contraria, ésa en el que no se había chutado entre palos en todo el encuentro. Pues ahí se alojó, en el fondo de las mallas, un esférico para empatar el encuentro, para acabar con una racha de dos derrotas consecutivas, para desatar la locura en el Urbis, para que Adri Algora enloqueciera hasta límites extremos, para llenar de felicidad al Cadete A. Cuando parecía imposible arañar un punto, llegó a base de, sobre todo, fe.
Monumento al compromiso, al trabajo y al esfuerzo colectivo por parte del Cadete A del Moratalaz donde los chavales de Adrián Algora tenían claro que había que ponerse el mono de trabajo para enfrentarse a todo un Rayo Vallecano, cantera poderosa y tercer clasificado que se presentaba en Doctor García Tapia tras dos victorias consecutivas. Dicho y hecho, el coraje y corazón que intenta imprimir el entrenador de la cuña a sus discípulos se plasmó en el terreno de juego en una presión asfixiante, en una vigilancia extremadamente cercana y en una intensidad en las disputas que conmovió a las pobladas gradas del Urbis
A pesar de sufrir en determinados balones hacia los laterales, la seguridad defensiva fue la nota predominante con un Víctor Clavo, expeditivo al corte, como jefe absoluto de la zaga ayudando a Dani Rodríguez al que se le acumulaban los problemas y un Max que servía como seguro de vida que, con dos intervenciones prodigiosas, evitaron mayor consecuencia de los acercamientos más peligrosos de los franjirrojos. En el minuto 9, un pase fallido hacia atrás se convirtió en regalo para el rayista Leandro cuyo disparo cruzado se topó con la parada abajo de nuestro cancerbero. Siete minutos más tardes, una internada al área del visitante Noel que apuró línea de fondo y cuyo pase de atrás tenía todo el marchamo de ser empujado, fue evitado de forma antológica por Max con los pies como si se tratase de un portero de balonmano.
Salvo estas dos acciones y con la premisa del sudor en la frente, el Cadete A tenía el partido controlado y, en cuanto podía, aplicaba el cloroformo de su ADN Moratalaz. Salida con criterio del balón hacia atrás, obligando a su rival a replegarse y a hacer por imposibles los enésimos desmarques de De Morais que no paró de tirar la carrera para que alguno de sus compañeros pudiera enlazar con él. Había que tener paciencia porque la ocasión llegaría. La más clara para los verdinegros fue un libre directo en la frontal que provocó De Morais para que Adrián Merino, en su perfil bueno, buscara la escuadra con intención, colocado, con rosquita y suave pero cuyo intento se fuera ligeramente desviado. Fue la mejor oportunidad del Cadete A en 80 minutos.
Con un disparo intencionado de Leandro a la escuadra contraria de nuestra portería fuimos al descanso. Y tras el paso por los vestuarios, nos encontramos con un mano a mano donde Max logró asustar al rayista Luis Bravo que se equivocó en el autopase. Los albores del segundo tiempo fueron los peores momentos del partido. El Rayo Vallecano apretó con el recién ingresado Samu monopolizando todo el peligro con una calidad sublime, pero nosotros a lo nuestro, nos amurallamos hasta que el vendaval disminuyera su intensidad. Óscar Sáez y Víctor Clavo encomiables.
El cuádruple cambio del minuto 55 tenía como misión oxigenar al equipo para que la igualdad en los duelos volviera al centro del campo y así no sufrir tantos agobios. Y, a la espera de que los jugadores que saltaron desde el banquillo se asentasen, se consiguió porque ese asedio menguó. Pero fue relativamente. El Rayo Vallecano porfió también en balones parados. Y un centro envenenado, tras segunda jugada, al segundo palo provocó, en el minuto 62, un barullo donde el franjirrojo Lucas metió la puntera para establecer el 0-1 con el que el partido parecía morir….
…. Morir
…. Parecía
No, para nada. Porque cuando el Cadete A de la ED Moratalaz moría con las botas puestas, en área contraria y arrinconando al tercero de la competición. Una serie de balones bombeados sembró la incertidumbre en la retaguardia vallecana y la esperanza en los de Adrián Algora que jamás dejaron de creer para poner patas arriba el Urbis con el golazo de la temporada, para abrumar a su poderoso rival y para, más allá de mantener dos puntos de colchón sobre el descenso, mirar con otros ojos al Atlético Chopera en Alcobendas la próxima semana para darle utilidad a este punto in extremis.
Un emocionadísimo y requerido Álex, el goleador del partido, nada más concluir la contienda nos atendía y no le salía otra palabra por la boca que la de “felicidad”. Felicidad, felicidad y más felicidad, por lo que suponía el tanto del empate: “Hemos demostrado todo lo que hemos trabajado esta semana, es para estar contento por cómo hemos jugado frente al Rayo y con ese gol hemos redondeado una gran y dura semana de entrenamientos”. Preguntado por lo que ha pensado cuando ha visto el balón bombeado, lo primero que soltó fue la palabra “emoción”: “La verdad es que no se ni cómo le he dado, solo pensaba en marcar gol, en empatar el partido y es lo primero que me ha salido, me alegro por todo el trabajo del equipo. Ha sido una felicidad enorme ver a todos abrazándome, al entrenador que ha corrido desde la grada. Mucha felicidad”.
Con respecto al partido y a la temporada, el protagonista del encuentro realizó la siguiente valoración, ya un poco más en frío: “Esta segunda vuelta podemos demostrar mucho porque, en la primera, hemos perdido y empatado partidos que merecíamos ganar. Si somos capaces de transformar en victorias este tipo de encuentro, yo creo que podemos quedar en una parte de la tabla más aseada. Hoy hemos demostrado que podemos competir a cualquiera. Hemos estado muy serios atrás. Hemos trabajado mucho esta semana para aguantar al Rayo, que es uno de los mejores equipos de la categoría y el premio es este punto”, finalizó.