Crónica | AD Villaviciosa de Odón 1-2 Primer Equipo

Crónica | AD Villaviciosa de Odón 1-2 Primer Equipo

EL ADN MORATALAZ CONQUISTA LA FINAL DE VILLAVICIOSA

Seguir el sendero. No desviarse. Y si lo hacemos, volver. Porque caminante no hay camino, se hace camino al andar. Y nosotros solo conocemos una vía. La mejor. La que nos ha llevado a rozar el cielo de la Segunda RFEF. La misma que nos ayudó a ascender, la misma que nos acompañó para jugar contra los mejores de la Comunidad de Madrid. Esa misma. Esa. La del ADN Moratalaz, nos saca del descenso.

Porque solo los que estuvieron allí supieron que pasó en un Hard Rock de Londres. Nada bueno. O nada malo. Solo sabemos que, a falta de un minuto para el final, Luismi culminó una jugada que tuvo una secuencia de diez pases. Que empezó con un fuera de juego riguroso señalado al Villaviciosa, que siguió botando David Ortega para Luismi y que finalizó Felipe (tres asistencias en febrero) asistiendo a nuestro “MotoGP” particular para que fusilase a Alberto, para marcar casi tres meses después, para que todo un barrio estallase en alegría, para que el Primer Equipo de la ED Moratalaz venciese por 1-2 al Villaviciosa de Odón.

Echaba de menos Jorge Vallejo al “Busquets de la cuña”. Bueno, pues ya lo tiene. Con un porcentaje cercano al 80% de posesión, el Primer Equipo gobernó de cabo a rabo la primera mitad, salvo el momento que se quedó grogui tras el gol encajado. Con Palacios, el Senior A se bastaba y sobraba para arriesgar en su planteamiento y colocar a cuatro hombres delante del espigado mediocentro para tener mayor presencia en área rival. Y así fue. Fuimos a por un rival que se juega sus últimas balas de permanencia a estas alturas de año y que empezó agazapado viendo como, por ejemplo, Nabil, que ha marcado todos sus goles desde dentro del área, quería sorprender desde lejos.

Pero el hecho de acechar el área rival tiene sus riesgos, y uno de ellos es verte sorprendido por cualquier contragolpe. En el primer acercamiento hacia la portería de Elías, un contraataque protagonizado por Mundi terminó en pase en bandeja a Dante que no perdonó que el Villaviciosa se adelantase en el marcador. Llegaba el momento cumbre de los ejercicios psicológicos que el club ha puesto a disposición a toda la escuela, y en este caso en concreto para el Aficionado A: el gol en contra.

Tardamos en reponernos. Y lo que tardamos en hacerlo, el Villaviciosa pudo encarrilar la contienda si Mundi no se hubiera topado con la sensacional estirada de Elías que contó con la ayuda del larguero. En cualquier caso, nos quedamos sin centro del campo y el encuentro discurría por un tramo de indecisiones muy soporíferos para los Youtubers que se conectaron al encuentro. Un robo de Santi Alonso a la media hora pudo también ser letal para nuestros intereses pero, dentro del área, Kosty apuntó al lateral de la red. El golpe del mazazo anímico aún perduraba.

Pero los últimos doce minutos antes del descanso fueron verdinegros. Volvimos a la senda. El único camino es ser fiel a nuestro estilo de juego. Ser nosotros. Tirar de paciencia y empezar a armar acciones colectivas para perpetrar la apretada zaga villaodonense. Una secuencia de 11 pases dio lugar a un gran servicio de Nabil sobre Rubén Ramiro que el extremo finalizó alojando el balón en las redes, pero en fuera de juego. 

Posteriormente, un remate suave de Juanchi a las manos del portero y, sobre todo, un zurriagazo desviado de Garci tras una interesante jugada por la derecha entre Palacios y Fer Macías, que Nabil no pudo rematar en primera instancia y que Rubén Ramiro se la dejó muerta al lateral cerraría la primera parte con el marcador en contra. Se presuponía un punto de inflexión tras ese tanto anulado, pero en el paso de los vestuarios, los de la cuña se quedaron fríos y el Villaviciosa salió mejor, porque, como ocurriese en Vallecas, David Ortega tuvo que cruzarse providencialmente a los 25 segundos de la reanudación. Y poco después a Kosty se le anularía otro tanto, también por fuera de juego.

El punto de inflexión lo puso, para variar, Jorge Vallejo. En Villaviciosa de Odón no tocó a Luismi. Y acertó. Como acertó ante el Alcorcón B con un cambio a la hora de encuentro. Rubén Ramiro y Nabil (que coincidió en el campo 15 minutos con Cristian Mora, ingresado en el intermedio) a descansar. Y al tapete, Anibal y Adnan. Ellos dos serían los responsables de la empresa que fabricarían el tanto del empate cuando atravesábamos el minuto 65. Seda marroquí para templar un centro a la cabeza de Cristian Mora que marcaba su quinto tanto de la temporada, la primera vez que lo hace de forma consecutiva tras su diana al Alcorcón B, el primero de cabeza desde esa recordada semifinal de los Play Off del curso pasado ante el propio filial alfarero.

Curioso que el máximo asistente morataleño en esta categoría (Adnan con 9 asistencias) y el máximo goleador en la competición (Cristian Mora con 21) conectaran por primera vez desde que jugaran juntos. El menor de los Arkine superaría de esta forma a Luismi. Pero nuestro fino estilista de la zona ancha no se quedaría convencido de ello. Se tomaría la justicia por su cuenta. Y después de un aviso, en el minuto 85, por parte de Felipe, cuyo disparo tocó en un defensor que envenenó un esférico que atrapó en intervención felina el local Alberto, llegaría la locura. La conquista de Villaviciosa de Odón.

No marcaban en un mismo partido Luismi y Cristian Mora, los máximo goleadores de la historia de la Tercera, desde diciembre de 2020 cuando jugamos a domicilio contra el Flat Earth. No ganábamos de forma consecutiva desde que lo hiciéramos por la mínima también en Carabanchel y ante el Colonia Moscardó allá cuando empezaba el otoño. Y no remontábamos un partido que empezábamos perdiendo desde diciembre de 2019 cuando vencimos por 2-3 al Trival Valderas.

Romper datos, estadísticas, números. Lo único cierto es que hemos remontado el vuelo. Por fin. Estamos fuera del atolladero y aún nos deben un partido, el del Pozuelo. Pero ese ya llegará, ahora toca concentrarse en este calendario sin respiro en Galapagar. Poco disfrute porque mañana mismo hay que trabajar. En 23-F hemos pegado un golpe….encima de la mesa, y lo hemos hecho gracias al ADN Moratalaz.