«Compaginando deportes y estudio», artículo de Carlos Cáceres, el psicólogo de la EDM

«Compaginando deportes y estudio», artículo de Carlos Cáceres, el psicólogo de la EDM

Compaginando deportes y estudio

¿Sirve como castigo dejar a los hijos sin ir a entrenar? ¿Desinscribo a mi hijo del fútbol por suspender varias este trimestre? Mi hijo tiene que estudiar…por lo que no puede ir a entrenar…

En muchas ocasiones los padres usan como herramienta el suprimir la práctica deportiva de su hijo como castigo frente a determinados suspensos o frente a comportamientos inadecuados. Asimismo, surge muchas veces que en época de exámenes se acentúe el no llevar a los niños a entrenar porque han de estudiar. ¿Pero es ésta una decisión acertada? ¿Beneficia realmente el rendimiento personal del joven?

Baloncesto y estudios

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La práctica deportiva presenta una serie de características que benefician el crecimiento del hijo. Aporta un desarrollo físico, técnico, táctico y psicológico. En cuanto al desarrollo físico-técnico, el aporte del entrenamiento semanal permite realizar la actividad física recomendada, además de prevenir otras problemáticas como la obesidad, diabetes, dificultades del sueño, incluso ciertos problemas relacionados con la motricidad. Asimismo, en cuanto al trabajo táctico, si al niño se le hace consciente de lo que está trabajando, le supone una mejora de la toma de decisiones, del razonamiento lógico y la reflexión. En cuanto a las aportaciones psicológicas se enumeran varias a continuación.

– La socialización y la pertenencia en un grupo de referencia es una de las más conocidas. El compartir la misma afición que sus pares hace que se generen vínculos diferentes a los que pueden hacerse en la escuela o el instituto. Como consecuencia, favorece a personas que puedan caracterizarse por ser tímidos o que tengan habilidades sociales poco desarrolladas.

– También beneficia la obtención de una autoestima y autoconfianza adecuada en climas de equipo saludables. El obtener éxitos individuales y grupales, tanto en entrenamientos como en partidos favorece los dos rasgos antes comentados. También se enfrentan constantemente a la gestión de éxitos y fracasos, por lo que la tolerancia a la frustración se potencia habitualmente. El hecho de empezar en el banquillo, no ir convocados, ganar un partido contra un rival superior, perder por goleada… son situaciones que permiten aprender a conocer emociones naturales, y que de otra manera no las obtendrían.

– Se fomenta además otras características como pueden ser el autocontrol o el liderazgo, siendo valorables a medida que van creciendo.

Deportes y estudio

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Aprenden valores que les permite madurar personalmente. El respeto, la responsabilidad, el sacrificio o el compromiso son algunos de los muchos que pueden potenciarse en el deporte. Y es que privarles de un deporte que les hace aprender aquello que carecen puede perjudicarles más que beneficiarles.

Hay veces en que la vía más sencilla es castigarles con aquello que les gusta. Pero en sobradas ocasiones se observa que no es la solución. El enseñarles a compaginar ambas cosas, hacerles aprender la importancia de la gestión del tiempo, o el reforzarles cuando se acercan a lo que hacen bien, en lugar de castigarles cuando lo hacen mal puede ser más efectivo.

Y es que el permitirles desconectar de los estudios ayuda a la concentración y adquisición de nuevos conocimientos. Si están de mañana en clase y de tarde con estudios, sin posibilidad de realizar otras actividades, es complicado que el rendimiento sea alto durante todas esas horas. Por ello dejar 1-2 horas de desconexión para luego retomarlo puede ser una estrategia adecuada.

Es importante que aprendan a compaginar el deporte con los estudios. La gestión del tiempo les puede ayudar mucho en ese aspecto. Y es que si se les acostumbra a elegir entre deporte-estudios desde jóvenes, a medida que crezcan el deporte puede convertirse en una opción, cuando lo más sano y saludable es que sea una prioridad.

Carlos Cáceres Vallés