Hace ocho años llegué a la que hasta hoy ha sido mi casa. El lugar que me ha dado todo.
Aquí me he formado como profesional pero sobre todo como persona. He reído, he llorado, he vivido seguramente los mejores momentos de mi vida: viajes, ascensos, descensos, Copenhague, Gothia, Bélgica, Japón, pero nada iguala a las personas y las relaciones que llevaré conmigo siempre.
Aquí entendí qué quería en mi vida, aquí formé mi sueño, mi camino. Aquí me enseñaron a que los sueños hay que perseguirlos y es por esto que hoy me toca decir hasta pronto, porque voy en lucha de algo que he soñado desde que era un niño.
No puedo decir otra cosa que GRACIAS. He tenido la gran suerte de tener una relación especial con todos los grupos que he dirigido. Sin vosotros todo esto no sería posible, jugadores. Agradecer también a toda la directiva y compañeros de la Escuela. GRACIAS
Quiero sobre todo destacar todo lo que he podido aprender de la mano de la persona con la que entré a la Escuela que es Charly, entrenador del Juvenil A, amigo, compañero y un profesional como la copa de un pino. Con él entré y con Hugo terminé mi andadura en esta Escuela. Ambos las personas más especiales para mi, las personas más influyentes en mi en estos ocho años.
Sin duda, agradecer a Hugo no solo lo que he podido aprender con él, que sin duda ha sido la persona que más ha influido en mi como persona y como profesional, sino el tipo de persona que es. Eternamente conmigo todo lo que hemos vivido y sentido.
Con ellos: Juan, Guti, Alex, Shinji, Panita, Jorge, Rober, Recio, todas las personas de mi cuerpo técnico. Todos ellos especiales. Gracias porque hemos vivido momentos inolvidables en esta Escuela.
Terminar mencionando a la generación 2008, 2006, 2005. Grupos con los que he vivido y crecido dentro de esta Escuela. Años especiales sin lugar a duda. Pero ninguno como mis pequeños héroes, el Alevín B, el mejor grupo y equipo que he entrenado. Nunca, nadie, me han dado tanto amor. Os llevo en el alma amigos.
¡Gracias a todos!
La EDM siempre irá conmigo.