¿Cómo ha sido tu estreno como entrenador en esta temporada en la ED Moratalaz?
Dada la temporada atípica que nos ha tocado vivir podríamos decir que ha sido una montaña rusa en cuanto a sentimientos. Pasando por la emoción de volver a la escuela en la que crecí jugando, volver a ver a viejos compañeros (entrenadores y jugadores)… a la inestabilidad e incertidumbre sobre todo de la pandemia.
En cuanto a mi integración en la escuela ha sido de 10 desde el primer momento, me he sentido como en casa desde el primer momento gracias al trato de coordinadores y directiva, empezando en pleno confinamiento, y gracias a todos los entrenadores y jugadores con los que he coincidido en las instalaciones que me han hecho sentir uno mas desde el minuto uno que pisé el Urbis de nuevo.
¿Cómo valorarías a nivel infraestructuras la Escuela?
Sin rodeos, es la mejor en la que he tenido el gusto de trabajar, se nota que hay un trabajo detrás que no nace de la nada y no se crea de la noche a la mañana, hay mucha gente que lleva trabajando muchos años y a la que agradecer todo lo que ofrece la Escuela.
¿Cómo ha sido este año a nivel deportivo? Primer año en la Escuela y ascenso…
Cierto que las primeras semanas fueron algo mas extrañas que lo habitual, empezando con estar en un club nuevo para mí como entrenador, tratar jugadores que no conoces de nada y estar ante una situación muy complicada de gestionar. A partir de ahí, supimos unir entre todos, a un grupo de chicos que no se conocían todos para terminar formando una pequeña familia lo que nos ayudó a posteriori al trabajo en cuanto a nivel deportivo.
Agradecer también a mis compañeros en el cuerpo técnico, Llopis y Rulo, que sin ellos todo ese trabajo que hay detrás no habría terminado de la manera que lo ha hecho y es que es muy importante el poder trabajar con gente que te ayuda, te hace dudar pero sobre todo que te genera confianza porque es en todos esos aspectos donde uno mejora de verdad.
Y entrando en al nivel deportivo qué decir; la satisfacción que tenemos todo el cuerpo técnico es inmensa, no solo por el ascenso que lógicamente influye, si no por la evolución de todos los jugadores tanto personal como futbolísticamente que han estado implicados en este proyecto tan bonito en esta temporada.
¿Qué destacarías de este año tan extraño como positivo?
Sobre otras muchas cosas, la capacidad e implicación de TODA la Escuela, desde la directiva hasta las familias, para hacer posible que una temporada tan extraña y complicada hayamos podido trabajar tanto y tan bien.
¿Qué es lo que más te gusta de ser entrenador?
Sin duda ver crecer a los futbolistas, tanto futbolisticamente hablando obviamente, a algo que es igual de importante y es verles crecer y evolucionar como personas. Ambas me generan una satisfacción muy grande ya que la formación de futbolistas en el futbol base va ligado a la formación de cada uno de los chicos como personas.
¿Qué objetivos te marcaste durante esta temporada?
Literal dicho por mi en el primer entrenamiento cuando se formaron los grupos: “mi objetivo principal no es ascender, es conseguir que estéis a la altura del equipo que tenéis por encima y demostrar que podes jugar ahí, si luego conseguimos buena temporada perfecto, pero no es mi objetivo a día de hoy” y creo que en muchos de los casos hemos conseguido ese objetivo para/con cada uno de los jugadores de la plantilla.
¿De cara al año que viene, cuáles son tus objetivos personales?
Seguir formándome como entrenador sin duda, poder aprender de cada uno de mis compañeros para llevar todo ese conocimiento a ayudar a los jugadores a seguir mejorando y que sigan siendo felices y disfrutando de un deporte tan bonito como es el fútbol.