
El pasado fin de semana se vivió un momento muy especial en el club. Pablo e Ignacio Encabo Ruiz, dos jugadores formados en la Escuela desde sus primeros años en la categoría Chupetines, compartieron por primera vez minutos juntos en el Primer Equipo durante el partido frente al Vicálvaro. Una imagen emocionante para la familia, para los compañeros y para todos los que conocemos su trayectoria.
Hoy hablamos con ellos para conocer cómo vivieron ese momento y qué significa para ellos defender este escudo juntos.
1. Antes de nada, enhorabuena a los dos. El fin de semana pasado jugasteis por primera vez juntos en el Primer Equipo. ¿Qué sentisteis al vivir ese momento?
Ignacio: Muchas gracias. Es un orgullo debutar en el Primer Equipo y, sobre todo, como has comentado, poder jugar con mi hermano. Es algo que he querido desde que era pequeño, y la verdad es que fue una gran ilusión, aunque me hubiese gustado que jugáramos de titulares para que fuera más especial todavía.
Pablo: La verdad es que fue un momento muy bonito. Al final, es algo que llevo esperando mucho tiempo; mi hermano ha estado en el filial. Cualquier día que subía a entrenar, yo lo disfrutaba como si fuese el último, pero sabía que el momento en que debutara con nosotros no iba a tardar en llegar.
2. Formáis parte de la Escuela desde Chupetines. ¿Qué significa para vosotros llegar juntos al Primer Equipo después de tantos años defendiendo este escudo?
Ignacio: Sí, llevo aquí desde los cinco años y la verdad es que siempre he pensado en quedarme. Nunca he querido irme a jugar fuera ni nada, porque Moratalaz lo siento como mi casa. Aquí tengo muchos amigos con los que llevo muchos años. Tener la oportunidad de jugar con mi hermano en el equipo de mi barrio es algo que no cambiaría por nada.
Pablo: Un poco por la misma línea. Cuando eres pequeño, siempre sueñas con llegar al Primer Equipo del club en el que estás. Yo he tenido la suerte de poder vivir tantos años en este club. Al principio, sueñas con eso, pero cuando ves que tu hermano está siguiendo los pasos y lo tiene tan cerca, ese sueño pasa a ser doble.

3. ¿Cómo vivisteis el partido contra el Vicálvaro a nivel deportivo?
Ignacio: El partido, la verdad, fue especial, y no solo por el debut. Jugar contra el Vicálvaro, que al final es como un derbi, hace que todo sea más intenso y te exige estar más concentrado; eso se notó durante la semana de entrenamiento. Deportivamente, creo que fue muy bien. En la primera parte estuvimos peor, aunque defendimos bien, nos costaba crear ocasiones. En la segunda parte, lo mejoramos mucho, tuvimos bastantes ocasiones de peligro y el partido estuvo mucho más controlado.
Pablo: Yo creo que fue un partido muy completo, sobre todo la segunda parte. Un partido pasa por muchos momentos, y creo que en esos momentos fuimos más importantes y decisivos, y por eso conseguimos llevarnos la victoria. Ganar al Vicálvaro siempre es especial. Esta victoria tiene que ser el punto de partida para que el equipo siga hacia adelante y demuestre que podemos ganar a cualquiera.
4. Habéis crecido en la Escuela desde muy pequeños. ¿Qué ha sido lo más bonito y lo más difícil de vuestro camino hasta llegar al Primer Equipo?
Pablo: A ver, lo más difícil, yo creo que es algo que podemos pensar todos los que jugamos, son los años en los que el entrenador cuenta menos contigo y tienes menos minutos. En ese momento, puedes pensar en irte o en dejar el fútbol, aunque eso nunca se me ha pasado por la cabeza. Lo único que pensaba era en seguir trabajando y ver en qué podía mejorar para que el entrenador contase conmigo. Esos pueden ser los momentos más duros, pero creo que estar en una escuela como la del Moratalaz, donde no podemos estar más cómodos, lo hace todo más fácil. Ha sido un proceso largo que ha merecido la pena.
Ignacio: Pienso igual. Quizás los años en que el entrenador contó menos conmigo, o los años que veía que compañeros míos eran mejores e iban a las letras más altas y yo me quedaba en las intermedias, o que cambiaba de categoría sin pasar por la letra «A». Eso te hace pensar que quizá te vas a quedar atrás, pero al final, con trabajo, perseverancia y la misma ilusión, he acabado donde quería, que es lo que todos buscamos.
5. Ignacio, tú juegas de lateral derecho y Pablo en el centro del campo. ¿Cómo definiríais vuestro estilo de juego y lo que aportáis al equipo?
Ignacio: Sí, juego de lateral derecho, pero me considero un jugador polivalente. He jugado de central y de mediocentro, y creo que eso lo aprovecho de lateral, ya que puedo meterme por dentro o formar línea de tres para sacar el balón. Con eso ayudo mucho al equipo. También destaco por lo defensivo, aunque me gusta engancharme al ataque y hacer daño al rival. Pero, sobre todo, destacaría mi regularidad; puede que no haga partidos de diez, pero normalmente no suelo bajar del siete.
Pablo: Yo, como mediocentro, me definiría como un jugador tranquilo que puede transmitir calma al equipo, sobre todo con balón. A nivel defensivo, quizás no es lo que más destaco, pero como no me callo y estoy intentando ayudar a los compañeros simplemente hablando, creo que eso me aporta a mí y también a ellos; es decir, sumar al equipo.
6. Lleváis toda la vida aquí. ¿Qué significa para vosotros representar a tantos chicos que empiezan desde Chupetines soñando con llegar arriba?
Pablo: Cuando estás en categorías inferiores (Benjamín, Alevín), ves al Primer Equipo y siempre sueñas con llegar allí. Pero creo que realmente no eres consciente de lo que puedes aportar a los niños hasta que llegas a ese momento. Donde más lo he vivido fue en la final de Copa del año pasado. Que tanta gente venga a verte es algo muy, muy especial que merece la pena vivir, y solo puedes vivirlo si estás en el Primer Equipo. Por eso, lo hacemos con mucho orgullo, intentando siempre dejar a la Escuela en el mejor lugar posible, tanto dentro como fuera del campo.
Ignacio: Para mí es un orgullo. Desde pequeño siempre he mirado arriba; he visto muchas veces al equipo de mi hermano y al Primer Equipo. Me acuerdo de ser pequeño, bajar a los partidos los domingos, ver al Primer Equipo y decir: «Ojalá estar ahí». He pasado por todas las categorías de la Escuela y creo que todo el mundo que quiera puede llegar con trabajo, confianza, perseverancia y compromiso.

7. Imaginad que podéis volver atrás y hablar con vuestro “yo” de 6 o 7 años, cuando empezasteis a jugar en la Escuela. ¿Qué consejo le daríais?
Pablo: Lo que le diría es lo que muchas veces se dice, lo típico, pero creo que al final es lo más importante: que trabaje duro. Que da igual si juega más o menos minutos. Antes que pensar que la culpa es de cualquier persona (compañeros, entrenador, padres), que siempre se señale a sí mismo y piense qué puede hacer mejor para seguir adelante. Nunca tirar la toalla y ayudar a los compañeros en absolutamente todo; creo que eso marca la diferencia.
Ignacio: Estoy de acuerdo. Y lo único que añadiría es que disfrutase de mis compañeros y de los entrenadores que tenga, y que buscase aprender al máximo. Y que aproveche todos los torneos, porque luego, cuando uno es más mayor, no tiene esas experiencias.
8. Habéis compartido muchas etapas. ¿Tenéis algún recuerdo especial de vuestra trayectoria en la Escuela?
Ignacio: La verdad es que hay muchos recuerdos y muchas personas; es difícil elegir. Pero si me tuviese que quedar con alguna etapa, diría el año con el Cadete A. Fuimos a la Gothia Cup y la ganamos, y tuve la suerte de que tú, Pablo, estuviste en el cuerpo técnico. Fue una semana espectacular e inolvidable para mí.
Pablo: Sí, yo también tengo ese recuerdo muy marcado, porque en mi año de Cadete A también llegamos a la final y la perdimos, y tenía la espinita clavada. Poder disfrutar y vivir ese momento otra vez con mi hermano y, encima, llegar a la final, igual que llegamos nosotros, y ganarla, creo que fue espectacular. También destacaría nuestra etapa entrenando juntos a los chiquitines de la Escuela. Creo que fue un año duro en cuanto a resultados, pero lleno de aprendizaje y poder vivirlo con mi hermano fue algo increíble.

9. Para cerrar, ¿qué mensaje os gustaría enviar a la afición y a la gente que os ha visto crecer desde pequeños?
Ignacio: Me gustaría recalcar el sentimiento de pertenencia hacia Moratalaz. Creo que actualmente mucha gente se está yendo de equipo en equipo buscando la máxima categoría, y yo creo que eso no lo es todo. Para mí, personalmente, quiero competir, y en Moratalaz hay buenas categorías para hacerlo. Aquí estoy con la gente que quiero, con mis amigos y con los entrenadores que he tenido tantos años, disfrutando del fútbol que me gusta, que no es el «pelotazo» que hay en muchos equipos. Es un mensaje importante, porque al final todo el mundo acaba en el mismo sitio o lo acaba dejando porque se quema. Es muy importante conservar las amistades y todo esto, obviamente, compitiendo.
Pablo: Básicamente, el fútbol pone a cada uno en su lugar, y da igual la categoría en la que estés, que al final te pone donde tienes que estar. Es clave disfrutar de cada etapa que quemes en la Escuela; creo que eso es lo más importante. Y luego, a la afición, ahora estamos en un momento delicado y creo que es el momento en el que más juntos tenemos que estar. Que bajen a apoyar al equipo. Ni cuando perdemos somos los peores, ni cuando ganamos somos los mejores; siempre somos los mismos intentando luchar por todo, y ahora es cuando más necesitamos a la afición.
Ignacio: Yo también quiero animar a que bajen también con el Aficionado B, que este año hemos empezado muy bien. Sí que es verdad que no nos esperábamos que pudieran subir tantos al Primer Equipo, pero lo hemos utilizado como motivación para apretar este año, ¡y vamos primeros! Todos los domingos tienen un partido del Primer Equipo o del Aficionado B, así que que bajen a apoyar. Y sobre todo lo más importante, un mensaje para mamá y para papá, ¡muchas gracias por el apoyo y por inculcarnos estos valores!
Pablo: Ellos son los principales responsables de que estemos aquí, a través de los valores que nos han inculcado. Nunca se han metido en ninguna decisión de los entrenadores, creo que es lo más importante en un padre y en una madre, y eso se lo tenemos que agradecer en el alma. Gracias a ellos estamos donde estamos y no podemos estar más orgullosos de los padres que tenemos.
Ignacio: Muchas gracias siempre por haber venido a vernos, ya jugásemos en casa o lejos de casa, hiciese mucho frío, lluvia, nieve o calor. Siempre han estado ahí para apoyarnos.

Pablo e Ignacio: ¡Os queremos mucho!


