Siete equipos de la Escuela lucen su estilo combinativo en el torneo internacional Real Sitio Cup

Siete equipos de la Escuela lucen su estilo combinativo en el torneo internacional Real Sitio Cup

Prebenjamines, Alevín B e Infantil A alcanzaron las semifinales, mientras que el Infantil B cayó en cuartos de final

A. Posilio

El pasado puente de mayo, siete equipos de la Escuela Deportiva Moratalaz tomaron parte en el prestigioso torneo internacional Real Sitio Cup, que se disputó en las instalaciones del club La Granja, en el Real Sitio de San Ildefonso. En general, se puede afirmar que su actuación fue destacada, quedando en el ambiente general que los conjuntos de la Escuela lucen un estilo combinativo muy atractivo y con un gran futuro. A nivel particular, tres de las escuadras alcanzaron las semifinales y uno los cuartos de final. Y aunque tres no pasaron de la fase de grupos, uno de ellos ganó los dos encuentros de consolación.

Así fue la actuación de cada equipo:

Infantil A: Muy cerca de la final

Resultados. Fase de grupos: Infantil A-Villa de Madrid (4-0); Infantil A-San Fernando C (0-0); Infantil A- Valladolid (0-0). Cuartos de final: Infantil A-Getafe (2–0); semifinales: Infantil A-Valladolid (0-1).

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Los jugadores del Infantil A, en el autocar que los llevaba al torneo.

Serafín Velasco, entrenador de la Escuela que dirigió a este equipo en el torneo define la actuación de sus jugadores como «un equipo con mucho juego, que sabía dominar la pelota. Mucha calidad individual y colectiva, pero donde muchas veces tiraba más el corazón que la cabeza». Quizá fue esto lo que les impidió alcanzar la final, aunque el técnico es claro: «No es por menospreciar a los equipos a los que nos enfrentamos, pero vista nuestra actuación, opino que podíamos haber estado en la final».

Serafín califica la organización del Real Sitio Cup como «muy buena durante todo el torneo, cumpliendo horarios y ayudando en todas las necesidades que iban surgiendo a los equipos». Y resalta que sus jugadores «disfrutaron durante los cuatro días, pasándoselo en grande y, sobre todo, haciendo mucho grupo entre ellos y con mas chavales de la Escuela». Para demostrarlo, cuenta una anécdota: «Durante los cuatro días, los chavales, con motivo de la película Ocho apellidos vascos, no hacían mas que repetir ‘que pasa Koldo’, y así derivó en terminar todas las palabras en oa (marcoa, serafinoa…). Al final, terminaron pegándomelo y todos hablábamos con ese peculiar final de palabras vasco (con mis respetos hacia ellos)».

Infantil B: Mejor de lo esperado

Resultados. Fase de grupos: Infantil B-Getafe (0-3); Infantil B- Carabanchel (4-1), Seseña-Infantil B (1-1). Cuartos de final: Valladolid-Infantil B (3-0).

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Los equipos de la Escuela se juntaban en los ratos de ocio.

Este equipo se correspondía con el Infantil E de la Escuela. Y a pesar de no haber alcanzado la fase final de su categoría, su técnico, Rafael Rodríguez, define la actuación de su equipo como «sensacional» Y añade: «Es un equipo que en la actual Liga no ha ganado ningún partido y está pasando apuros, algo normal en un grupo de primer año. Los chavales venían con la moral baja y una gran desconfianza, y ni se imaginaban ganar un partido, y menos pasar de grupo.Por eso la actuación es excelente y la posición mejor de la esperada».

Pero lo mejor de la participación de esta escuadra en el torneo fue cómo se lo pasaron sus integrantes: «Los chavales vivieron una gran experiencia y se lo pasaron genial. Quizás lo más gracioso fue la noche previa a cuartos, que estaban nerviosos y con miedo a una posible goleada. Por eso, decidimos los entrenadores que se entretuvieran pintando la cara a los compañeros dormidos, y se olvidaran de la competición. Fueron momentos muy divertidos. Respecto a la organización del torneo, destaca convencido: «Ha sido la la mejor que he vivido como entrenador en torneos de toda España. Puntualidad de los partidos, atención e información».

Alevín A: No le acompañó la suerte

Resultados. Fase de grupos: Unami-Alevin a (2-1); Alevin A -Aluche (1-2); Alevin A-Racing Lermeño (3-1). Fase de consolación: Alevin A-Carabanchel (2-3).

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El equipo que formó en el torneo como Alevín A.

Este equipo estaba compuesto por jugadores del Alevín A y del C de la Escuela. Para Fran Morillas, su entrenador, «la actuación del equipo fue de menos a mas en el torneo, aunque no nos acompañaron los resultados». El técnico tenía esperanzas de haber alcanzado la fase final. «Sinceramente esperaba algo más. Uno siempre tiene ilusión de hacer un buen papel en estos torneos, pero a veces se gana y otra se pierde. Y esta vez nos tocó perder». Y añade: «Podíamos haber quedado en mejor posición, pero al equipo no le acompañó la suerte en ningún partido. Pienso que nos condicionó mucho el resultado del primer encuentro. A pesar de ello, el equipo dio la cara en el resto de los partidos y la diferencia la marcaron pequeños detalles».

A pesar de los resultados, el joven preparador se quedó con la «sensación de que ha sido una experiencia muy enriquecedora y positiva para los chicos, con la que han disfrutado y aprendido mucho» Para Fran. la organización del torneo fue «estupenda. Estaba todo muy controlado, no se escapó ningún detalle y al final eso marca la diferencia».

Alevín B: Buen juego y acierto

Resultados. Fase de grupos: Claret Segovia-Alevín B (1-1);  Alevín B-Marianistas B (1-0); Alevín B-San Martín A (1-0). Cuartos de final: Unami-Alevín B (0-1) y semifinal: Getafe-Alevín B (2-0).

Alevín C: Gran esfuerzo para competir

Resultados: Quintanar-Alevín C (3-1); San Martín B-alevín C (0-7); Alevín C-Real Aranjuez (1-3); Alevín C-San Fernando A (0-2).

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Jugadores del Alevín B y del C, en el comedor del albergue en el que se alojaron.

El Alevín B y el C estuvieron integrados por jugadores del Alevín B de la Escuela y también los dos estuvieron dirigidos por su entrenador de toda la temporada, Álvaro Villalba. El técnico prefiere realizar una valoración conjunta de ambas escuadras: «Tuvieron una actuación brillante. Al igual que en la temporada regular (Liga), los chicos se han enfrentado a equipos de mayor edad y, normalmente, de mayor envergadura. Esto supone que el esfuerzo que los chavales han realizado para poder competir y llegar a donde lo han hecho, uno a semifinales, ha sido enorme».

Villalba lo tiene claro: «Nunca me planteé un objetivo competitivo en este torneo». Pero a pesar de ello, «digamos que no me sorprende el haber llegado hasta semifinales. Hemos realizado un buen juego y los chicos lo han dado todo». A la pregunta de si podían haber quedado en mejor posición, responde: «No creo. En semifinales perdimos por 2-0 contra el Getafe y a penas tuvimos oportunidades de hacer gol».

El preparador y coordinador de la fase iniciación en la Escuela destaca cómo vivieron sus chicos el torneo: «Se les veía muy ilusionados y con muchísimas ganas. Este grupo es la primera vez que salía fuera a jugar un torneo así, y creo que la experiencia de convivir y jugar juntos ha sido muy positiva para ellos». Y para demostrarlo cuenta una anécdota graciosa vivida esos días: «Los momentos en los que estábamos fuera de las instalaciones deportivas es donde se conoce a los compañeros y se les ve tal y como son. Después de cualquier comida, teníamos que regresar por un caminito que unía el comedor y las habitaciones. Hubo dos días que terminamos de cenar sobre las 23:30, y a penas había luz en el camino. La única vez que todo el grupo iba junto y no se descolgaba nadie fue en esos momentos. Una de la veces, de repente apareció un perro pequeño, que nos siguió hasta las habitaciones, y los chavales iban cagadetes. Creo que ese camino fue el más breve de todos los que hicimos. ¡A que velocidad iban!».

Benjamín: Unos horarios que perjudicaron

Resultados: Fase de grupos: Unami-EDM Benjamín (5-0); Getafe-EDM Benjamín (2-1) y Canilla-EDM Benjamín (2-0).

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El equipo Benajmín, en la zona donde se hospedó.

Este equipo estaba formado por jugadores del Benjamín A y del B de la Escuela, aunque en dos de los tres partidos que disputaron tuvieron que contar con ayuda de prebenjamines, por lo que estos jugaban contra rivales dos años mayores. Álvaro del Rosario, su entrenador, describe cómo fueron sus partidos: «El primero fue el más complicado, por la envergadura de los rivales, contando nosotros con dos prebenjamines. El segundo resultó el mejor de los tres, mereciendo la victoria, pues los dos goles rivales llegaron en los minutos 15 de cada parte. Y el tercero fue el más igualado, decantándose al final para el rival por detalles».

Álvaro pensaba antes del torneo que iba a resultar muy complicado alcanzar las semifinales, pero afirma que «seguro que se pudieron hacer mejor las cosas». Incluso se queja de los horarios que le tocó en suerte a su equipo: «el primer partido lo tuvimos que jugar pasadas dos horas de la llegada; luego tuvimos dos encuentros a la siguiente, y ya tuvimos más hasta el domingo». A pesar de tanto inconveniente, el preparador resalta que «los chicos, amén de las derrotas, se lo pasaron muy bien» Y pone un ejemplo: «Yendo el primer día al comedor para desayunar, me pasé de camino y continuamos un poco mas hacia delante, dándome cuenta al poco tiempo y teniendo que rectificar el camino.Claro, a partir de ese momento quedé como ‘el guía’ para los chicos, que según ellos, era muy malo».

Prebenajmín: Entrega y competitividad a raudales

Resultados. Fase de grupos: EDM Prebenjamín-Claret Segovia (2-3); EDM Prebenjamín-Trival Valderas (4-1), EDM Prebenjamín-BK Skjold B (4-1); Rayo Vallecano-EDM Prebenjamín (4-0). Semifinales: Real Madrid-Prebenjamín (4-0).

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Jugadores del prebenjamín, en su habitación del alojamiento.

Este equipo que disputó el torneo estuvo formado por cinco jugadores del Prebenjamín A de la Escuela, otros cinco del B y dos del C. Pasó a semifinales con dos victorias y dos derrotas, por tener un gol más a favor que el Trival Valderas, que sumó también seis puntos, y gracias a que en el último partido de grupo, los daneses del Skjold dieron la sorpresa ganando al Claret Segovia. Además, se dio la casualidad de que el jugador este equipo Mario González se enfrentó en el torneo a su hermano Álvaro, futbolista del Real Madrid que la temporada pasada jugaba en la Escuela.

Víctor de la Puente, su entrenador, califica la actuación de este equipo en el Real Sitio Cup como «buena, ya que se formó un conjunto entre los tres prebenjamines de segundo año que tenemos en la Escuela. Pese a ello, se entendieron de maravilla y fuimos de menos a más en la competición, compitiendo bien en los cinco encuentros, incluso en los dos últimos, que disputamos contra los finalistas del torneo, y en los que perdimos por goleada».

 

Puesto justo

Preguntado si el puesto obtenido responde a los que esperaba, respondió: «No tenía referencias sobre los demás equipos del grupo, por lo que no podía esperar mucho. Tras la derrota del primer partido contra el Claret, si vi complicado el pase a las semifinales, pero el sábado logramos dos buenas victorias que nos sirvieron para tener opciones de disputarlas. El puesto obtenido fue justo en relación al juego y la actitud del equipo».  El joven preparador descartaba así un puesto mejor: «porque en el grupo competimos contra el Rayo Vallecano, un rival superior al nuestro que ganó todos los partidos de grupo de forma holgada. Y en las semis, los chicos salieron con gran actitud y lucha ante el mejor equipo de Madrid».

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Los chicos se lo pasaron en grande en el trofeo.

Para Víctor, lo mejor de todo es que sus chicos vivieron el torneo «con muchas ganas, alegría y emoción desde el primer día hasta que el autocar nos dejó en el Urbis de vuelta». Y se explica: «Era su primer viaje para jugar un torneo fuera de Madrid y la experiencia fue inolvidable. Formaron un gran grupo, tanto dentro como fuera del campo, con un comportamiento ejemplar para ser chicos tan pequeños. En los campos, jugando partidos y animando a otros equipos de la Escuela; en el albergue, jugando al fútbol, a las palas, al escondite, al parchís; y en los viajes de autocar desde los campos al albergue y viceversa, cantando todos juntos las canciones que aprendieron en el viaje de ida».

Y para ratificar esta opinión, cuenta una anécdota que vivieron: «Uno de los días que bajamos en el autocar los prebenjamines y los benjamines desde nuestro albergue hacia el campo, recogimos a un equipo alevín de Ciudad Real (Marianistas). Se quedaron alucinados de todas las canciones que se sabían nuestros chicos y que cantaron en los cinco minutos que duraba el viaje. Sin embargo, no se animaron a cantar con ellos. Dos horas más tarde, vi dentro de los campos a dicho equipo cantando una de las canciones más divertidas que nuestros chicos entonaron en el autocar».