Miguel Ángel Moreno, entrenador del Infantil B

“En la Escuela no solo enseñamos a jugar, sino también a que los chicos piensen, que es lo más difícil”

Tras seis temporadas en la EDM, este experto técnico tiene muy claro que, aunque su equipo va líder, lo importante es que los jugadores aprendan y disfruten

• “Cuando vas fuera y te enfrentas a lo que hay, valoras mucho más lo que tenemos aquí”

• “Aquí el que entrena es porque cree en lo que está haciendo”

• “Gracias a lo unido que está el equipo, estamos logrando estos buenos resultados”

• “Aunque veo a los jugadores muy ilusionados por el ascenso, el fin que deben tener es seguir aprendiendo”

 

Alejandro Posilio

Este madrileño informático de 34 años reconoce que el fútbol es una de las cosas más importantes de su vida, pues una gran parte del día, incluso en su trabajo, de la tarde y de la noche piensa en cómo mejorar en esta actividad, a la que dedica “innumerables horas a la semana”. Además de su tarea como técnico, nunca ha dejado de jugar al fútbol, pues empezó en las categorías inferiores del Atlético Nacional, de San Blas, y después de pasar por el Aficionado B de la EDM, ahora se mantiene en forma en el Tajamar de Segunda Regional. A este consultor informático de IBM le gusta practicar todo tipo de deportes, y el resto del tiempo libre lo dedica a la pareja con la que vive y a ir al cine.

El Infantil B, equipo que diriges esta temporada, va líder. ¿Lo esperabas?

Llevamos todo el año trabajando duro y sí lo esperaba. Nos ha costado, es muy difícil, pero ahí están los resultados.

¿Por qué estáis arriba en la tabla?

Porque los chicos han trabajado mucho, han ido de menos a más y esta última semana han estado muy unidos y concentrados, lo que les ha servido para batir a los que eran líderes, el Ford A.

¿Conocías a los jugadores que ibas a tener esta temporada y sabías de sus posibilidades?

Los conocí la temporada pasada, y como en mayo nos dicen el equipo que vamos a llevar a la temporada siguiente, los seguí y vi que había calidad para estar donde estamos. Lo único malo es que somos un equipo de primer año y nos enfrentamos a muchos de segundo año, lo que añade más dificultad, porque hay mucha diferencia física. Mi idea era estar entre los cinco primeros, y reconozco que gracias a lo unido que está el equipo, estamos logrando estos buenos resultados.

¿Es posible el ascenso?

Es muy difícil. Aunque vayamos primeros, hemos jugado un partido más que nuestros rivales directos y no dependemos de nosotros, pues hemos jugado un partido adelantado y hemos empatado. Aun ganado todos, ellos tendrían que fallar en un partido, y si no lo hacen, podríamos quedar hasta terceros, empatados con los segundos. Nuestros principales rivales son jugadores de segundo año y tienen el plus de que meten goles con más facilidad. A nosotros nos cuesta mucho generarlos, lograrlos y defenderlos.

¿Ves a los chicos ilusionados con la posibilidad del ascenso?

Sí, les veo muy ilusionados. Pero les digo que el fin que deben tener es seguir aprendiendo, seguir educándose futbolísticamente y seguir aprendiendo para edades posteriores. Si quisiera solo el resultado, para mí sería más fácil jugar de otra manera, colocarles en el campo de otra forma y quizás tendría mejores resultados. Pero no es el fin que tenemos.

¿El calendario de lo que resta de temporada es complicado o asequible?

Es asequible. Nos hemos enfrentado con todos los de arriba. El sábado ganamos al único equipo que no había perdido ningún encuentro, y de los que quedan son casi todos de mitad de tabla. Son equipos difíciles, porque son jugadores de segundo año y nos cuesta más. Pero tenemos confianza en que lo podemos lograr.

¿Cuándo vives una temporada triunfal como la actual se aprende más que cuando tienes que luchar por la salvación?

Se aprende según como se enfoque. El año pasado me tocó estar abajo y creo que el equipo aprendió muchísimo. Y este año, estando arriba, a veces no jugamos todo lo que deberíamos. Hay que saber jugar con ello, pero creo que se aprende de las dos maneras.

¿Cuáles son las claves de una temporada buena como la actual?

Tengo un grupo de jugadores muy bueno, viene desde abajo muy unido y solo hay que sumar un poco más a lo que ha ido haciendo cada entrenador en los años anteriores. Hay que mantener las cosas buenas y modificar aquellas que crees que pueden aportar algo más.

¿Vienes a entrenar esta temporada tan ilusionado como la anterior, que luchabais por evitar el descenso?

Vengo igual de ilusionado, porque mi objetivo es que aprendan. Cuanto más vea que absorben, más contento me voy. Muchas veces les digo tras un partido en el que hemos ganado 4-0 que me voy cabreado a casa porque no hemos jugado como sabemos. Hemos sacado un buen resultado, pero no hemos jugado bien. Eso sí, en esta segunda vuelta han comprendido lo que intentamos transmitirles y estamos jugando mejor. Han entendido que jugando bien, pueden obtener mejores resultados.

¿Cuándo y cómo llegaste a la EMD?

Esta es mi sexta temporada. Tenía varios amigos que jugaban en esta Escuela, incluso conocía a un directivo, porque yo vivía en Moratalaz, y fiché para jugar en el Aficionado B y poder entrenar a la vez. El primer año dirigí el Alevín C y luego cambié de letra. Después pasé a los infantiles, también de diferentes letras, y este año me ha tocado con el  Infantil B.

¿Cómo defines la experiencia en la Escuela?

Muy positiva, porque si sigo aquí es porque no lo hago tan mal y por mi propia voluntad. He entrenado fuera y sé las carencias que hay en otros clubes. Los que estamos dentro puede que no nos demos cuenta de lo que tenemos. Pero cuando vas fuera y te enfrentas a lo que hay, valoras mucho más lo que tenemos aquí.

¿En qué otros clubes has estado?

Entrenando en Vallecas, y jugando en San Blas y en Tajamar.

¿Y qué diferencias ves entre esos clubes y la EDM?

Grandes. Principalmente, que aquí hay un patrón de juego, una forma de entender el fútbol. Y no solo que siempre queremos tener el balón, pues no siempre se puede, sino que aquí la buena organización no te deja despistarte, te exige mucho y te obliga a aprender continuamente. Fuera suelen fichar al entrenador y no suelen ponerte ningún patrón a seguir. Aquí el que entrena es porque cree en lo que está haciendo.

¿Para ti que es lo mejor de la Escuela?

La base. Aquí se potencia mucho el trabajo desde muy pequeño y ahora se están viendo los resultados. Yo he vivido el inicio del proyecto actual, y ahora vemos chavales que están llegando con un gran nivel y con una gran capacidad de competir.

¿Y lo peor?

No tener los campos a nuestra disposición, lo que dificulta nuestro trabajo. Hay más cosas que ir mejorando, pero aquí las vamos puliendo. Los entrenadores hablamos con los coordinadores y con los responsables deportivos varias veces al año y proponemos cambios, que si se ven factibles, se llevan a cabo.

¿Sigues jugando actualmente?

Sí, en Tajamar, en Segunda Regional.

¿Qué prefieres entrenar o jugar?

Son cosas diferentes. Cuando vengo a entrenar, lo hago con una ilusión tremenda, porque ver la sonrisa de un chico te llena y te olvidas de lo demás. Pero siempre que pueda seguir jugando, lo voy a hacer. Eso sí, entrenar nunca lo voy a dejar.

¿Qué aspiraciones tienes en la EDM?

Hasta dónde crean que puedo llegar. Me veo útil y creciendo como entrenador.

¿Te conformarías con llevar a uno de los aficionados?

Estoy muy a gusto con los equipos de la edad que llevo estos años, aunque al principio creí que me iba a costar hacerme a ellos. Pero desde el segundo a tercer año, les he cogido el gustillo y disfruto enormemente. Pero también me gustaría ir entrenando a gente más mayor, aunque no lo veo como algo inmediato. Si los próximos años cabe esa posibilidad, pues lo cogeré.

¿Sueñas con poder vivir de entrenar o ya es un hobby?

Para mí, entrenar es como un trabajo, no es un hobby. Vengo aquí y, aunque me divierto, lo considero un trabajo. Lo más bonito es trabajar en algo que te gusta, y eso me pasa con el entrenamiento.

¿Compartes el estilo de juego de la Escuela?

Creo que es con el que más se divierten los chavales. Al principio cuesta más aprenderlo, pues en las edades tempranas pierdes muchos balones y te llevas muchos disgustos. Pero a partir de cadete, se nota todo el trabajo hecho desde atrás y da gusto ver cómo jugamos. A los contrarios les cuesta quitarnos el balón.

¿Es más difícil de enseñar y aprender este estilo?

De enseñar, no. En el juego directo solo hay que enseñarles a correr y poco más. Pero si les enseñas a jugar con el balón, los chicos te hacen más caso. Si juegas al balonazo, solo te hace caso el que corre a por él, y si les ofreces continuamente el balón a muchos jugadores, tienes a más atentos.

¿Pero no se le da demasiada importancia al estilo?

Creo que no. Tenemos cuatro o cinco pautas y cada entrenador pone su granito. En definitiva, es querer el balón e intentar salir con él jugado. Lo importante es que todos pensemos igual, para que de año en año no haya apenas diferencias en lo que se enseña.

 

“Si es difícil gestionar uno o dos hijos, aquí tenemos veinte con caracteres diferentes”

Asegura que se suele llevar bien con los padres de los jugadores, pero afirma que estos no son objetivos porque, lógicamente, piensan primero en sus hijos.

¿Si jugáramos de otra manera ganaríamos más partidos?

Nunca lo sabremos. Es cierto que en algunos partidos no puedes sacar el balón y tienes que jugar más directo. Pero es puntual. A la larga, cuando el jugador llega a juvenil y solo ha aprendido a jugar directo, no sabe lo que hacer. En esta escuela no solo enseñamos a jugar, sino también a que piensen, que es lo más difícil del fútbol.

La mayoría de los equipos de esta Escuela suelen hacer mejor la segunda vuelta de los campeonatos. ¿Puede ser por el sistema de juego elegido?

Sí, porque cada año se aprenden cosas nuevas y hasta que se asimilan, pasa un tiempo. Por eso puede que juguemos mejor en la segunda vuelta.

Pero no todos los equipos pueden jugar igual. ¿Los compuestos por jugadores menos dotados técnicamente tienen más complicado llevar a cabo este estilo?

Todos los equipos pueden jugar igual. Un niño puede estar mejor o peor dotado técnicamente, pero lo fácil para él es ofrecerle el balón y que lo quiera. Y a partir de ahí, enseñarle a jugar. Cuando te enfrentas a jugadores que son casi el doble físicamente y tienen mucha más velocidad, este sistema enseña a los chicos a pensar más rápido, lo que sirve para suplir la diferencia física.

¿Tenéis libertad los entrenadores en la Escuela o estáis muy dirigidos por el estilo que se impone?

Tenemos libertad. Solo nos dan tres o cuatro pautas, como intentar tener siempre el balón e iniciar las jugadas desde atrás siempre que se pueda. Pero a partir de ahí, el entrenador aporta lo que cree necesario, su sistema, sus entrenamientos. Nadie nos dice cómo tenemos que jugar.

¿Qué tal la relación con los padres? ¿Presionan para que sus hijos jueguen más?

Los padres siempre piensan primero en su hijo, y les falta una visión global del equipo, que es la que tiene el entrenador. Hay diferencias entre bajar a entrenar y bajar a entrenarse. Por venir tres días a entrenar, un jugador no tiene por qué tener un premio. Bajar a entrenarse es hacerlo con ilusión e intentar superarse día a día. No vale solo con venir a entrenar. Siempre les pongo un ejemplo: hay chavales que van al colegio a aprender lo que ellos quieren y otros que van y aprenden mucho. Aquí intentamos premiar a los segundos.

¿Los padres entienden esto?

Es difícil, porque su primer pensamiento es su hijo. Si un chico se va disgustado de un entrenamiento, los padres no suelen tener esa visión. Las plantillas son de 20 o más jugadores y no todos pueden ir convocados. Siempre les digo que si es difícil gestionar uno o dos hijos, aquí tenemos veinte con caracteres diferentes.

 

“A los jugadores hay que dejarles pensar, a veces incluso discutir, que hablen entre ellos para solucionar problemas”

Aunque se declara madridista, se decanta por Guardiola antes que por Mourinho, de quien dice que le pierden las formas.

¿Qué características debe tener un buen entrenador de fútbol?

Que le guste el fútbol. Si le gustan el fútbol y los chicos, le basta. Lo demás viene solo. Lo importante es enseñarles.

¿Cómo te definirías como entrenador?

Cuando empecé entrenando, actuaba como jugaba, muy intenso y estaba muy encima de los jugadores. Luego me he dado cuenta de que hay que dejarles pensar y jugar. Mi ímpetu me hacía estar más encima, pues la intensidad es buena, pero hay que dejarles pensar, a veces incluso discutir, que hablen entre ellos para solucionar problemas. Al final, en el campo están ellos y no tú.

¿Cuál es tu entrenador referente?

Un poco de varios. Me gusta la manera en que Guardiola trata a sus jugadores y les convence para que crean en él. Nunca hay que mentir a los jugadores para que crean en ti. Al principio en el Bayern le costaba,  pero da la sensación de que ya todos están con él. También me gusta Mourinho, a quien le pierden las formas, pero su fondo tiene sentido. Son diferentes y con cosas de cada uno se puede formar uno completo.

¿Si tuvieras que elegir entre estos dos?

Aunque soy madridista, me quedaría con Guardiola.

¿Qué porcentaje de culpa tiene un entrenador en el éxito o fracaso de un equipo?

En una temporada, primero hay que definir que es fracaso o éxito. Puede que no se logren los objetivos previstos, pero los chavales pueden haber aprendido mucho. En los equipos aficionados o profesionales, el entrenador es fundamental. Se ha visto en los grandes equipos que a veces ha llegado un entrenador y lo ha hecho muy bien y otro antes lo hacía muy mal, o al revés, siempre con los mismos jugadores. Si el entrenador conecta con el equipo, este va a rendir; si no conecta, no le sacará rendimiento.

¿Cómo te gustaría que te recordaran los jugadores el día de mañana?

Simplemente con cariño. Aunque ahora cueste más porque se enfadan cuando no les llevas convocados para un partido importante, espero que cuando pasen tres o cuatro años digan: ‘Me enseñó algo nuevo, diferente’.