Los más pequeños vuelven a escena

Los más pequeños vuelven a escena

El estreno de los chupetines pone fin a las presentaciones de la nueva temporada de los 38 equipos de la EDM

Texto y fotos de A. Posilio

Madrid, 20 de septiembre de 2016.-  El regreso a escena de los jugadores más pequeños de la EDM puso fin a las presentaciones de la nueva temporada 2016-2017 de los 38 equipos que integran la Escuela Deportiva Moratalaz. En una agradable tarde de lunes, 23 pequeños de cuatro y cinco año llenaron de alegría y entusiasmo el Lili Álvarez, campo que en estos momentos aloja a los alrededor de 700 jugadores de la Escuela, hasta que finalicen las obras de la sede de la Dehesa.

El debut de los chupetines comenzó con la tradicional charla a los padres del coordinador de Iniciación, Elías García, que como en caso de los prebenjamines y benjamines, presentó a los entrenadores e informó de cuestiones importantes, como que las primeras semanas entrenarán menos días por las obras en la Dehesa, o del grupo de Whatsapp que se ha creado para informar a los padres de todo lo concerniente al equipo, o cómo deben hacerse con la equipación para entrenar. No faltó la petición de puntualidad en entrenamientos y partidos.

Los chupetines vuelven a escenaAunque el primer entrenamiento de la temporada se llevó a cabo con los 23 pequeños que asistieron, se van a formar dos equipos chupetines: A y B. En este caso, sus componentes no se determinarán por el nivel de juego, sino por el día que pueden ir a entrenar. El A estará formado por lo niños que se ejerciten lunes y miércoles, y el B, por lo que acudan los martes y jueves. Los partidos se disputarán los sábados por la mañana en el campo anexo al del Rayo en Vallecas, en una liga sin puntuación, «con el claro objetivo de que los niños solo busquen divertirse», como explica Elías García.

El coordinador hizo hincapié en que es muy importante que los padres que apunten a sus hijos a la competición, acudan con ellos todos los sábados que haya encuentros, pues suele ocurrir que algunos lo dejan a mitad de temporada y fastidian a los que van todo el curso, provocando en algunos casos que no haya pequeños suficientes para disputar algunos choques. Para que los progenitores tengan claro que sus hijos quieren jugar al fútbol, la Escuela permite a las familias que sus peques entrenen gratuitamente durante un par de semanas, para comprobar que no se aburren y que les gusta lo que hacen. En caso de que no sigan, no tienen que abonar cantidad alguna.

Jorge García y Álex Carballo llevarán el Chupetín A 

El Chupetín A estará dirigido por Jorge García y Álex Carballo, mientras que el B lo llevarán Jordi Didac y Alberto Bueno, todos ellos con experiencia en estas labores de enseñar a los más pequeños. Un ejemplo es el primero de los técnicos, también jugador del Primer Equipo de la Escuela, que va a cumplir su quinta temporada enseñando a los más pequeños. García explica qué elementos del fútbol se puede enseñar a niños con cuatro y cinco años: «Deportivamente, en esta edad en la que los balones son casi más grandes que ellos y nunca han jugado al fútbol en equipo se les enseñan cosas muy simples, como pasar con el interior del pie, tirar con el empeine,  controlar el balón y conducirlo levantando la cabeza».

Los chupetines vuelven a escenaJorge resalta que, cuando termina la temporada, se suele notar mucho la diferencia con el principio, «pues muchos aprenden a pasar el balón, chutar y dónde situarse en el campo. Cuando llegan no tienen ni idea de posiciones», argumenta. Y añade: «Cuesta mucho enseñarles que no hay que correr todos detrás del balón, que tienen que esperar y ocupar espacios. Lo hacemos a través de juegos y situándolos en espacios abiertos, o dividiéndolos en tres equipos y colocando a uno por la parte de fuera. En los primeros partidos todos van detrás balón, todos quieren meter gol, pero poco a poco lo van aprendiendo con el trabajo en los entrenamientos».

Este joven técnico asegura que él disfruta viendo como los peques aprenden tan rápido y ponen en práctica lo que se les enseña, y que le sigue sorprendiendo lo emocionado que van a los primeros partidos contra rivales de fuera: «En esta categoría suelen producirse resultados muy abultados y grandes diferencias de goles. Y pasa que muchos peques se cabrean cuando pierden, pero el enfado les dura muy poco». Asimismo, subraya que en la EDM no solo se les enseña aspectos deportivos, sino también valores humanos: «Reforzamos lo que aprenden en casa y en el colegio. Por ejemplo, respeto a los demás, compañerismo y ser amables».

El Chupetín B de Jordi Didac y Alberto Bueno

Por su parte, Jordi Didac, que también lleva cinco temporadas ejerciendo esta labor con lo más pequeños, explica como intentan mantener la atención, que es uno de los aspectos más complicados: » La clave es organizar entrenamientos muy dinámicos. En cuanto están parados, se despistan, incluso cuando están activos se distraen si pasa un amigo o llega la madre. Por eso los entrenamientos tiene que ser lo más dinámicos posible».

Los chupetines vuelven a escenaJordi, que también juega en el Primer Equipo de la EDM, es de los que opinan que casi lo más complicado es enseñarles a que no vayan detrás de la pelota constantemente: » Algunos niños lo suelen entender pronto, pero otros, no. Por mucho que les digas, corren detrás del balón. Se puede trabajar, pero es complicado evitarlo. Hay que tener mucha paciencia. Para ellos, sobre todo los más pequeños, el fútbol es el gol».

El técnico del Chupetín B defiende que se nota mucho qué peque llega nuevo a la Escuela y cuál de ellos ya ha estado un año entrenando con compañeros: «Si han estado aquí, cuando llega la segunda temporada ya saben hacer muchas cosas y están mucho más espabilados. Atienden mucho más que los recién llegados. Además, los nuevos suelen seguir lo que hacen los hermanos o sus principales amigos, si estos no pasan la pelota, él tampoco; si meten gol, él también quiere marcar…».

Otros aspectos que le gusta reseñar a este entrenador es que las niñas que participan en los equipos chupetines «suelen ser más espabiladas que los chicos», y que los padres y familiares son a los que les gusta competir, «más que a los niños». «Se les escucha mucho en la banda, cuando lo que tienen que hacer es simplemente animar», sentencia Didac.