“También buscamos estar en la vanguardia en el aspecto físico”

Los nuevos calentamientos previos a los entrenamientos y estiramientos posteriores se aplican a los equipos desde infantiles a aficionados por lo menos dos veces en semana, y trabajan propiocepción, fuerza, agilidad, core y ADM

• Caballero: “Buscamos que ese tiempo sea mucho más eficiente para el jugador, que se siga formando en ese sentido”

• Tores: “Los doce o quince minutos que se dedican a esta labor tienen que ser muy eficaces”

• Carballo: “Otro objetivo es que todos los equipos adquieran una rutina para tratar de evitar lesiones evitables”

• Barrio: “Queremos crear una cultura deportiva que vayan adquiriendo los jugadores de esta Escuela a lo largo de las diferentes etapas”

• David Romero, infantil B: “Antes no hacíamos estiramientos tan específicos después de entrenar, solo estirábamos las partes clave”

• Sato, Aficionado B: “Ahora me noto más activado cuando empiezo a entrenar”

Texto y fotos de Alejandro Posilio

Madrid, 12 de marzo de 2016.- “Esta Escuela ya tiene un estilo de juego diferenciado y reconocido, y no solo a nivel de Madrid. Todo el mundo sabe cómo jugamos. E igual que evolucionamos a nivel técnico y táctico, ahora también buscamos estar en la vanguardia en el aspecto físico. Por eso hemos instaurado un protocolo de prevención de lesiones que esperamos tenga un efecto positivo en todos los equipos de la EDM”.

Estas frases explicativas son de Antonio Caballero, preparador físico del Primer Equipo, entrenador del Alevín C y del Benjamín E, y uno de los responsables del departamento de Preparación Física y Readaptación de Lesiones que se ha encargado de elaborar este nuevo sistema de calentamiento previo a los entrenamientos y de estiramientos posterior a las sesiones de trabajo entre semana. Los otros tres miembros de la EDM involucrados en este trabajo de vanguardia son Víctor de la Fuente, Tores, recuperador y entrenador del Infantil B, Benjamín A y Chupetines, Álex Carballo, preparador físico y técnico del Cadete D, y Miguel Barrio, recuperador y preparador del Alevín B.

Este nuevo protocolo se ha puesto en práctica hace menos de un mes en todos los equipos de la Escuela desde infantiles hasta aficionados. Las sesiones que preceden a los entrenamientos duran entre 12 y 15 minutos, y las posteriores, de 8 a 12, tiempo que se añade a la duración normal de cada sesión. Está previsto que, como mínimo, cada escuadra las lleve a cabo por lo menos dos veces a la semana.

“Entre otros objetivos, buscamos aprovechar lo mejor posible el tiempo fuera del campo y en el entrenamiento. Con este protocolo inicial de 12 minutos se busca sustituir al típico calentamiento de dos filas. Buscamos que ese tiempo sea mucho más eficiente para el jugador, que se siga formando en ese sentido, sustituyendo la activación general por algo que nos sirva para mejorar la calidad del entrenamiento”, razona Caballero.

Como el propio nombre del protocolo indica, el objetivo primordial de este minucioso trabajo es reducir el número de lesiones en todos los equipos de la EDM. “Vamos a intentar reducirlas lo máximo posible. Este sistema ya se usa tanto en alto rendimiento como a nivel más amateur. Se sabe que da buenos resultados. Ya se hizo algo cuando estaba Rodrigo Pastrano como recuperador y la temporada pasada se intento de nuevo, pero no pudo hacerse realidad. Sin embargo, este año nos hemos puesto manos a la obra entre varios compañeros, y aquí está”, destaca Víctor de la Puente, más conocido como Tores, otro de los responsables del proyecto.

Cientos de ejercicios

El modelo de trabajo preventivo instaurado en la EDM se basa en cientos de ejercicios divididos en ocho protocolos, cuya estructura está compuesta de cinco cualidades físicas consideradas prioritarias a la hora de trabajar la prevención de lesiones: propiocepción, fuerza, agilidad, core (lumbares y abdominales) y ADM (flexibilidad). Las sesiones suelen realizarse en ese orden y siempre comienzan con unos suaves ejercicios de activación libre a modo de calentamiento tradicional durante tres o cuatro minutos, con movimientos articulares y demás. Y una vez acabada esta fase, se empieza con la parte de prevención.

En esta etapa, los jugadores se ejercitan durante cuatro minutos en cada una de las tres primeras tareas, siguiendo las pautas de series, repeticiones y recuperación establecidas. Tras el entrenamiento, realizan las tareas de core y ADM, dedicándole otros cinco minutos a cada una.  Como se lleva a cabo dos veces por semana, cada mes se repiten cíclicamente los ejercicios previstos, introduciendo las distintas variantes para cada tarea en función del nivel y la edad de los chicos.

El trabajo que se hace en cada capacidad está clasificado por niveles de cercanía con el juego y por complejidad. En el primero, la actividad se divide en los niveles: general, dirigido, especial y específico. Y cada uno de estos se divide a su vez, en cuanto al aumento de la complejidad, en otros cuatro niveles: 1, 2, 3 y 4 (de menos a más complejidad). Mientras que los ejercicios generales están alejados del balón, en los específicos ya aparece el esférico, con acciones como uno contra uno o la práctica de gestos técnicos específicos.

“Está más que demostrado que el trabajo de fuerza, propiocepción y core reduce el número de lesiones. No se sabe en qué porcentaje, pero sí se conoce que el principal efecto positivo se produce en las lesiones más comunes. La propiocepción está más relacionada con la prevención de lesiones articulares, la fuerza con la lesiones musculares y el core con las de nivel lumbopélvico. Mientras que los estiramientos que se hacen al final de la sesión son prácticamente los mismos que antes, y ahí sí se deja más libertad al jugador a la hora de decidir qué músculo tiene que estirar”, indica Antonio Caballero.

Individiualización

El preparador físico del Primer Equipo argumenta los fundamentos de este nuevo trabajo: “Uno de los principios fundamentales que buscamos con este protocolo es la individualización, que cada jugador se conozca a sí mismo y trabaje en función de lo que siente que necesita. Las repeticiones dependerán de sus necesidades. Pretendemos la optimización del esfuerzo, no buscamos más, sino mejor. Queremos que los jugadores sean conscientes de que más no es mejor, sino que lo mejor es lo necesario”.

Esta filosofía es ratificada por Tores: “Los doce o quince minutos que se dedican a esta labor tienen que ser muy eficaces. Es necesario aprovechar el tiempo lo máximo posible. No se pueden llevar a cabo explicaciones largas. Solo en los casos más personalizados se trabaja con materiales que sabemos que nos aportan más beneficios”. Y aunque los medios de la Escuela son limitados, está previsto que según avance el tiempo, se realicen análisis de los resultados de este protocolo.

Alex Carballo, coautor de este trabajo, explica cómo ha resultado la puesta en práctica en su equipo: “Este protocolo era algo necesario para la Escuela. Los intentos anteriores no fructificaron, pero sí ha sido posible esta temporada. Otro de los objetivos es que todos los equipos adquieran una rutina para tratar de evitar lesiones evitables. Ya lo he aplicado en mi equipo cuatro semanas y va muy bien. Al principio, a los jugadores les parecía algo raro y se lo tomaban un poco a broma. Pero les ha quedado claro que son la primera y última tareas del entrenamiento y que se las tienen que tomar tan en serio como las otras. Pasada las bromas del principio, ahora se lo toman como una tarea más y las hacen con naturalidad”.

De igual forma, Miguel Barrio, también responsable del proyecto, ofrece su opinión: “Es un trabajo en común que por fin ha visto la luz. Sé que ya se realiza en algunos clubes, pero es algo que se debería hacer en todos. Los primeros equipos de la élite ya lo hacen. Si se explica bien, es sencillo de aplicar”. Si bien, este recuperador reconoce que no tienen muy claro qué incidencia puede tener en el objetivo primordial, la disminución del número de lesiones: “Realmente no sabemos en qué porcentaje se puede reducir el número de lesiones, pero si queremos crear una cultura deportiva que vayan adquiriendo los jugadores de esta Escuela a lo largo de las diferentes etapas. Al final tiene que convertirse en una rutina bien planificada”.

El protocolo de prevención de lesiones nace de un trabajo más amplio elaborado por estos cuatro técnicos de la EDM y viene a ser como el resumen final del mismo. Sin embargo, esa recopilación de datos y de ejercicios recogidos en un Excel va a valer para elaborar otro protocolo de recuperación de lesiones, según comenta Tores. “Este trabajo previo nos va a servir para realizar otro protocolo de estructuras de lesiones, que determinará los mejores ejercicios a la hora de afrontar una lesión de tobillo, rodilla, cadera o isquiotibiales, entre otras. Cada lesión, entre las más usuales, tendrá su protocolo de actuación. Esta labor es más específica para los recuperadores de la Escuela, pero puede que dentro de un mes o poco más ya tengamos el primero”.

Los entrenadores son la base del buen funcionamiento del nuevo protocolo

El éxito del nuevo protocolo de prevención de lesiones va a depender en gran parte de los entrenadores de la Escuela, de cómo se esfuercen por aplicarlo en sus equipos. Pero la esperanza es máxima, pues los técnicos de la casa son los primeros convencidos de las ventajas de estar a la vanguardia en todos los aspectos de este deporte. Y además de que los resultados apoyen este nuevo esfuerzo del colectivo de la EDM, se está formando a los preparadores en este nuevo campo.

“También buscamos que este trabajo sea una herramienta de formación para los entrenadores. Ellos lo llevarán a cabo y cualquier duda que tengan nos la consultarán. Les hemos dado una tabla de ejercicios cerrada. Las primeras semanas les hemos enviado unas tablas de ejercicios elegidos por los responsables del protocolo de entre la amplia gama que hemos conjuntado. Al principio hemos seleccionamos los ejercicios más fáciles, los que van a implicar menor pérdida de tiempo, y se los hemos entregado a los entrenadores para que ellos solo tengan que ponerlos en práctica”, aduce Víctor de la Puente.

Y el recuperador de lesiones añade: “Ellos tienen libertad para solicitarnos alguna variante, y nosotros las estudiaremos para ver si se puede añadir. Pero son ellos los que lo van a poner en práctica día a día y los que nos dirán sus impresiones y lo que ellos cambiarían. No es un proyecto cerrado. También serán los entrenadores los que decidirán cuándo deben pasar sus jugadores a un nivel más complicado”.

Por su parte, Antonio Caballero comparte la importancia que adquieren los técnicos en el futuro éxito de este proyecto: “Todos los miembros de este departamento somos entrenadores, pero orientados a la preparación física, a la readaptación y la recuperación de lesiones. Hemos consultado muchas estadísticas y hemos consensuado lo que puede ser más importante, determinando qué ejercicios pueden ayudar más a prevenir lesiones”.

Por eso, la comunicación con los técnicos es primordial y constante. “Ya estamos evaluando la opinión de los entrenadores. No tenemos herramientas para reunir datos, pero sobre todo los primeros meses nos tienen que contar qué tal se está instaurando en sus equipos, si se cumple y qué resultados están observando. Especialmente en los conjuntos que tienen más lesiones. En estos casos vamos a hacer un trabajo más individual con ellos”, precisa Caballero.

“Ahora empezamos a entrenar más activados, más enchufados”

“El jugador debe saber cuidarse más allá de lo que haga dentro del campo. Y para que lo logre, intentamos ayudarle a que se forme en otros aspectos que los meramente tácticos y técnicos”. Esta aseveración de Antonio Caballero parece bastante acertada, a tenor de las opiniones de los protagonistas a los que está destinado el nuevo protocolo de prevención de lesiones. Y para conocer sus opiniones, empezamos por uno de los más jóvenes en los que se ha aplicado dicha innovación.

David Romero, uno de los capitanes del Infantil B, desarrolla su versión: “Nos explicaron que teníamos que calentar de otra forma para sufrir menos lesiones. Hicieron hincapié en que tenemos que estirar bien, sobre todo a nuestra edad, que estamos creciendo, para evitar lesiones”. Y tras varias semanas de practicar los nuevos ejercicios, da su opinión. “Es una novedad y creo que lo estamos haciendo bastante bien. Antes no hacíamos estiramientos tan específicos después de entrenar, solo estirábamos las partes clave. Ahora se hacen estiramientos más puntuales al final y calentamos más músculos al principio que antes. También ahora le dedicamos más tiempo a estas tareas y con ejercicios más variados”.

Por su parte, la opinión de los mayores de la EDM también refleja esta misma línea. Es el turno de Sato, jugador del Aficionado B: “Nos explicaron que a partir de ahora, para prevenir lesiones, teníamos que hacer una serie de ejercicios para fortalecer las zonas y calentarlas bien. Lo hecho hasta ahora me parece bastante bien, porque hemos tenido numerosas bajas por lesiones durante la temporada y algo había que hacer. Espero que con estos ejercicios se prevengan y haya menos”.

Este lateral derecho del segundo equipo de la Escuela revela las diferencias que nota con respecto al calentamiento previo y los estiramientos posteriores que se hacían antes: “El calentamiento inicial es bastante más fuerte que el de antes, y así podemos comenzar el entrenamiento más fuertes. Ahora me noto más activado cuando empiezo a entrenar. Y las acciones posteriores también parecen más efectivas, son más de fuerza y abdominales”.

Y en medio de ambas edades se encuentran los cadetes. Son las palabras de David López, del Cadete D: “Los nuevos calentamientos están muy bien porque estábamos faltos de físico. Nos dijeron que, sobre todo, lo hacíamos así para prevenir lesiones. Tenemos muchos lesionados en nuestro equipo y está bien hacer algo para evitarlo. Antes hacíamos un calentamiento mucho más pobre, calentábamos algunos músculos solamente. Pero ahora se le añade algo de fuerza para reforzarlos y que cojan consistencia. Esperamos que se produzcan menos lesiones. Si lo han puesto, será por algo”.

Y por último, Daniel Carenas, del Cadete B: “Los estamos haciendo muy bien y nos ayuda a salir más fuerte a los entrenamientos. La principal diferencia con lo que hacíamos antes es que nos sirve para salir más enchufados. Ahora son calentamientos más intensos y más rápidos, todo es mucho más dinámico. Son ejercicios parecidos, pero nuestro entrenador les ha añadido un gran dinamismo y creo que vamos a mejorar. Si seguimos trabajando así, seguro que se reducirán las lesiones”.