Todo a punto

El equipo de Cabezuelo, en una gran forma para comenzar la Liga el 2 de octubre; la nota negativa llegó con la lesión de Jorge Guillén en un lance del juego

Crónica y fotos José Luis González

Son ya varios años los que uno lleva por esos campos de Dios dándole al botón de la cámara y más tarde escribir lo que uno ha visto sobre el campo de fútbol, pero lo que nunca he logrado superar es ver a un chaval retorcerse de dolor. Y eso pasó en el inmaculado césped de la Dehesa de Moratalaz en la tarde-noche del domingo.

Corría el minuto 12, cuando en un lance del juego, de esos que hay a montones a lo largo de un partido, Jorge va a parar al pasto y cae de mala manera. Su mano izquierda no se apoya como debía y lo hace de una forma fea, muy fea, tanto que vimos con cara de susto como un Samur le evacuó del campo. Posteriormente, supimos que presentaba una luxación de su muñeca y una fractura que ha llevado a la inmovilización de la misma. Es el deseo de todos los que componemos el Juvenil D desde fuera del vestuario, una recuperación rápida y, desde luego Jorge, mucho ánimo y a tirar para adelante.

Ya entrando en lo que fue el partido con los colorados de Villaverde, nuestros chicos realizaron un gran partido, coraje, ganas y una mejoría que nos va llevando a ir a más en cada encuentro. Pienso que estamos en ese punto que Álvaro Cabezuelo venía buscando para estas fechas, el cual contó con casi toda la plantilla o eso me pareció, ya que aún este cronista está en fase de conocer a todos los chicos de nuestro Juvenil.

Durante la primera parte, se realizó un gran fútbol, que de no ser por el arquero visitante, el resultado de 2-0 con el que se llegó al final de los primeros cuarenta y cinco minutos, y que a la postre fue el definitivo, pudo haber sido bastante más abultado. Vimos un fútbol alegre, compenetrado entre todos. Incluso con los cambios que realizó Álvaro de forma masiva en el minuto 57 de la segunda mitad no se apreció una gran diferencia, a parte de la relajante comodidad que daba ya el marcador.

Estuvimos sobrios y contundentes cuando hubo que serlo en la línea de retaguardia, donde los laterales a la mínima se convertían en extremos, con una medular que ayudaba atrás y, cuando era necesario, lo hacía con los chicos más adelantados. Cada vez perdemos menos balones y recuperamos más y, desde luego, vimos una clara solvencia bajo los tres palos de nuestros porteros. No soy técnico, para eso están Álvaro y Ángel, tan solo digo lo que yo veo o me lo parece, y creo sinceramente que estamos a punto para la carrera de obstáculos que es la Liga, que arranca el próximo 2 de octubre.

Para terminar esta minicrónica de pretemporada, ya que las de los partidos de liga son otra historia, como veréis los que no las conocéis, y que en ocasiones se convierten en testamentos, volver a dar un grito de ánimo a Jorge y… vamos chicos, que ha llegado la hora de la verdad.