Chupetines o cómo disfrutar del fútbol cuando no pueden ni con la pelota

Chupetines o cómo disfrutar del fútbol cuando no pueden ni con la pelota

“Me lo he pasado como en el circo”

Más de 30 niños y niñas de cuatro y cinco años integran esta temporada la categoría inferior de los equipos de la EDM, en la que lo primero que todos buscan es que los pequeños se diviertan, para que entrenar al deporte que más les gusta no se convierta en un sufrimiento

  • Elías García, coordinador de la etapa de Iniciación: “No tiene sentido que a estas edades lo principal sea que aprendan a jugar al fútbol”

  • Jordi Didac, entrenador: “Si en vez de pasárselo bien, sufren, no quieren volver”

  • Alejandro Serrano, jugador: “Me gusta jugar aquí y en el cole, pero prefiero en la Escuela porque hay césped”

  • Sergio Fernández, padre de una jugadora: “Se nota bastante que ha mejorado sus movimientos, está mucho más coordinada”  

Los chupetines escuchan

Uno de los equipos de los chupetines responde a las preguntas de su entrenador al final de una sesión.

Textos y fotos de Alejandro Posilio

“Me lo he pasado como en el circo”. Esta aclaradora frase es de Jorge, uno de los jugadores más jóvenes de la Escuela Deportiva Moratalaz que forma parte de la categoría denomina chupetines, niños y niñas nacidos en los años 2009 y 2010 que dan sus primeros pasos jugando al fútbol en esta Escuela. Con estas ocho palabras, este pequeño respondía a la pregunta de su entrenador, Alberto Cagigal, de cómo se lo había pasado tras su primera tarde de entrenamiento en la EDM. Al finalizar la sesión, el preparador se sentó rodeado de los once pupilos que tuvo ese día para saber qué opinaban sobre lo que habían hecho en su estreno. Todos respondieron que se lo habían pasado muy bien. Pero Jorge fue el más gráfico.

Una temporada más, la ED Moratalaz ha puesto en marcha el grupo de chupetines, niños y niñas de cuatro y cinco años que disfrutan jugando al fútbol. Esta campaña hay 32 pequeños apuntados, repartidos entre tres entrenadores, y que se ejercitan dos días a la semana durante una hora en cada sesión. Además, uno o dos viernes al mes juegan partidos contra otros clubes, pero como en estas edades no hay competición oficial, todos los encuentros son amistosos. Cada semana, uno de los tres grupos disputa un enfrentamiento contra otro club. Estos equipos rotan para que todos celebren por lo menos un duelo al mes.

Derribando conos

A tirar los conos de un pelotazo.

“Lo primero que buscamos en la Escuela es que los niños se diviertan. No tiene ningún sentido que a estas edades lo principal sea que aprendan a jugar al fútbol. Por eso, preparamos distintos juegos, que luego vamos adaptando a jugar con una pelota. Lo que buscamos es que se lo pasen bien y tengan ganas de venir el siguiente día que les toque”. Son palabras de Elias García, coordinador de la etapa de iniciación de la EDM. Este es el principal responsable de que el trabajo que se hace con los jugadores más pequeños de la Escuela responda a la filosofía que se imparte.

Adaptación de juegos clásicos

Un ejemplo de cómo se puede adaptar un clásico juego de estas edades al fútbol es el pañuelo. Los chicos primero juegan teniendo que coger con la mano un peto en lugar de un pañuelo, pero luego se sustituye por un balón, y el que llega antes a la pelota, tiene  que dirigirla con el pie hasta su línea de salida, mientras el rival intenta impedirlo. Es un efectivo sistema para que los peques se vayan introduciendo en los secretos del deporte rey.

La filosofía de que lo primero a estas edades tan tempranas es divertirse es compartida por todos, entrenadores, responsables de la Escuela y padres. Jordi Didac, uno de los tres técnicos que dirigen a los chupetines y que lleva tres temporadas en esta tarea, lo dice sin fisuras: “Lo principal es que se diviertan. Si no lo logran, venir a entrenar se les convierte en un suplicio. Y si en vez de pasárselo bien, sufren, no quieren volver. Por eso, lo de aprender a jugar al fútbol es secundario”.

Ayuda con las manos

A veces, los más pequeños se tiene que ayudar con las manos.

De la misma opinión son todos los padres consultados. César Santos, progenitor de Ainara Santos, resulta contundente: “Mi hija lleva una semana entrenando y el cambio que he notado en este tiempo es que ahora está contentísima. Se levanta por las mañanas y lo primero que pregunta es si entrena, para preparar la mochila. Y cuando termine la temporada, lo único que espero es que siga tan contenta como el primer día, con las mismas ganas e ilusión con las que ha llegado”.

Sergio Fernández, padre de Alicia Fernández, otra de las chupetines, aunque esta lleva ya dos temporadas en la Escuela, se expresa de forma similar: “Espero que aprenda a relacionarse con los demás y aprenda los diferentes valores que conlleva el fútbol, como el respeto a los otros. También quiero que haga deporte, porque es muy sano. Además de hacer amigos, quiero que se lo pase muy bien. Me gustaría que cuando termine la temporada siga igual de contenta que está ahora”.

Sin embargo, si se les pregunta a los protagonistas, las respuestas son algo diferentes. Gael Contonente, chupetín que vive su segunda temporada en la EDM, señala: “Me he apuntado porque me gusta el fútbol, sobre todo defender y meter goles. Desde que comencé el año pasado, he aprendido muchas cosas, como regatear y pasar. También a chutar a portería, y ahora lo hago muy fuerte. Juego con los amigos en el patio del colegio y en mi casa. Pero prefiero jugar aquí, porque hacemos partidos y me enseñan cosas”.

Ser como Ronaldo

Ainara Santos, una estudiante de 5 años del colegio Sainz de Vicuña, asegura que viene a la ED Moratalaz porque le “gusta” y porque “su hermano también juega aquí”. Y añade: “Lo que más me gusta es jugar partidos. Soy defensa y también meto goles. Me gustaría ser como Ronaldo, porque mete muchos goles. También sé regatear y lo hago cuando juego en el parque con los amigos, pero me gusta jugar más aquí”.

Jugando al pañuelo

Jugando al pañuelo.

Además de divertirse, también se pretenden que los más pequeños comiencen a asimilar los conceptos más básicos del deporte que más les ilusiona. Y aunque todo se envuelve en juegos y diversión, también se intenta que el primer contacto con el balón sea algo aleccionador. “Simplemente se busca que aprendan a controlar el balón, a dar un pase, a hacer una conducción de la pelota y a tirar. Cosas muy fáciles y simples, pues resulta muy complicado explicarles otras cosas”, afirma el coordinador de la etapa de Iniciación.

Este año, como novedad, todos los equipos de esta etapa tendrán una sesión semanal de unos diez minutos en la que trabajarán expresamente ejercicios para mejorar la coordinación, un aspecto muy importante que cada vez está adquiriendo más trascendencia. De hecho, Sergio Fernández, padre de Alicia Fernández, es una de las características que ha notado que ha cambiado más en su hija, tras una temporada entera en la Escuela: “Se ve muy bien que ha mejorado sus movimientos de un año a otro. Se mueve mucho mejor y está mucho más coordinada. Sus acciones son mucho más naturales que cuando comenzó a entrenar”.

La imagen más generalizada que existe de un grupo de chicos de estas edades jugando al fútbol es verlos a todos corriendo detrás del balón. Con cuatro y cinco años es casi imposible evitar ese desplazamiento de los dos equipos como una colmena detrás de la pelota. El entrenador Alberto Cagigal lo explica: “Es muy difícil en chupetines evitar que todos vayan detrás del balón. Enseñarles cosas de colocación o tácticas es muy complicado, casi imposible. No es nuestro objetivo, que es que se lo pasen bien y tomen contacto con el balón, además de que coordinen los movimientos”.

Al mismo nivel

Niños y niñas juegan al mismo nivel.

Con niños tan pequeños, lo que realmente les cuesta a los entrenadores es mantener su atención. Este estudiante de INEF lo ratifica: “Lo que más trabajo da es lograr que te escuchen. También depende de cuántos niños tengas. Si tienes muchos, al final es un lío. Pero se puede lograr dándoles las pautas claras, concisas y que no sean muchas. Si no lo haces así, te puedes volver un poco loco”.

Y como no podía ser de otra manera, lo que más les gusta a todos estos astros en potencia es meter goles. Lo deja muy claro Alejandro Serrano, un chaval de 5 años que estudia en el colegio Saínz de Vicuña: “Es el segundo año que vengo a la Escuela y ya he metido muchos goles. Ha habido partidos en los que he marcado alguno con un caño. Me gustaría meter uno de cabeza, pero para lograrlo tienen que pasármela alta, y es muy difícil. También me gusta ser defensa, pero cuando juego con los amigos en el cole me encanta meter goles. Me gusta jugar aquí y en el cole, pero prefiero en la Escuela porque hay césped”.

Sueñan con un campeón

Todos estos aprendices del balón sueñan con parecerse a algún jugador profesional famoso. Así, Ainara Santos y Alejandro Serrano tienen como ídolo al madridista Cristiano Ronaldo, mientras que Gael Contonente tiene como referente al también delantero del Real Madrid Gareth Bale. Y cada uno de ellos, sin excepción, nombran sin dudarlo a su jugador preferido, siempre dentro del equipo de sus amores.

Celebración de un gol

Los pequeños se muestran muy efusivos al marcar.

Sin embargo, llama más la atención que todos los padres de estos futuros cracks sueñen igualmente con tener a un campeón en su familia. La brasileña Lidia de Sousa, madre de Íker da Luz, no tiene rubor alguno al reconocerlo: “Claro que me gustaría que fuera un gran jugador. Creo que todos los padres sueñan con eso. Pero hay que ser conscientes de que es muy difícil que lleguen a algo en el fútbol. Pero no hay nada imposible. Me gustaría que se dedicara a esto, pero al que más le gustaría sería a él, que está todo el día con la pelota”.

En esa misma línea se expresa César Santos, el padre de Ainara: “Sí, sueño con tener una campeona. En el futbol femenino es más complicado, pero por qué no. Si pudiera llegar a ganarse la vida con el fútbol sería estupendo, porque es algo que le gusta mucho”. Incluso Sergio Fernández, progenitor de Alicia, considera normal que los familiares piensen que sus hijos puedan llegar a ser grandes futbolistas. “Siempre se sueña con tener un hijo o hija campeón. Es muy difícil, pero por qué no vamos a soñar con ello”.

Indicaciones de los padres

Y claro, qué padre de futbolista no se cree en condiciones de dar lecciones a su hijo en esta actividad que casi siempre le encanta al progenitor más que al vástago, y que domina porque disfruta de mucha más experiencia en esta actividad. Aunque cada uno lo disfraza a su manera: “Su padre, que lleva jugando al fútbol toda la vida, sí que le da indicaciones, y algunas veces le dice cómo tiene que jugar. Pero, por lo general, le dejamos que haga lo que sabe”, destaca Lidia de Sousa. César Santos también se justifica: “Lo que siempre le digo es que haga caso a los entrenadores y que se divierta, que juegue bien, que meta muchos goles y que pase a los compañeros”. Mientras que Sergio Fernández se escuda en la condición de niña de su hija para darle consejos: “Simplemente le digo que luche y que corra, que se tiene que hacer fuerte, porque es chica y juega contra chicos”.

Con fuerza al balón

Algunos ya le dan fuerte al balón.

También el padre de Ainara entiende como algo poco común que su hija haya elegido aprender a jugar al fútbol: “Le gusta desde siempre, aunque sea niña. Seguramente está influenciada por el hermano, que también juega en la Escuela, pero conozco otras parejas que tienen niños practicando fútbol y a sus hermanas no les gusta este deporte. En este caso no es así. A ella le encanta. Desde hace un par de años prefiere un balón a una muñeca, y un camiseta de fútbol a un vestido”.

La versión del entrenador también es importante en este aspecto. Así, Jordi Didac reconoce que hay algunos padres que les dicen cosas a sus hijos cuando están entrenando. “No son muchos, pero sí hay alguno que lo hace, y no se da cuenta que nos perjudica a nosotros, porque los chavales, como es lógico, siempre están más atentos a sus padres que a nosotros, sus entrenadores. Esto dificultan nuestra actividad. Pero la verdad, son pocos los que hacen esto”. Y una frase del pequeño Gael resulta bastante esclarecedora: “Mi papá me dice que juegue para arriba y que no me pare”. Preguntado qué le grita en ese momento el entrenador, el niño responde. ·”No me acuerdo”.

Manos en alto.

Todos quieren la pelota al mismo tiempo.

A diferencia de los equipos de las categorías de desarrollo  (infantiles, cadetes y juveniles), en los chupetines no hay quejas del tiempo de juego en los partidos, pues el entrenador tiene muy claro que a estas edades todos tiene que participar por igual, independientemente de su nivel. El reparto de minutos es equitativo y no influye para nada en el resultado del partido. Si un equipo de la EDM puede perder porque tiene que jugar un miembro de la plantilla de peor calidad, perderá, porque lo importante son los principios y no el resultado, sobre todo en estas edades.

Un aspecto que también llama mucho la atención en la ED Moratalaz es el buen ambiente existente entre los padres de los chupetines, que hace más agradable el tiempo que se le tiene que dedicar todas las semanas a llevar a los peques a entrenar o acercarlos a los partidos. César Santos lo especifica claramente: “El ambiente de la Escuela me parece muy bueno. Como todo en la vida, las organizaciones la forman las personas, y he comprobado que aquí hay muy buenas personas. Por eso estoy muy a gusto con mi hijo mayor, que está en los benjamines. Lleva tres años y los entrenadores que han tenido son chavales muy majos y muy profesionales”.

Muy buen ambiente

Esta es otra de las ventajas que tiene apostar por traer a los pequeños a la EDM. Así lo explica Lidia de Sousa; “Conocemos la Escuela porque vivimos en Moratalaz y nos gusta mucho como funciona. Es el primer año que traemos a nuestro hijo aquí, y cuando sale, se le ve muy contento y a gusto. El ambiente que se vive aquí es familiar y de calidad”. Sergio Fernandez ratifica la misma impresión: “El ambiente entre los padres es muy bueno. Y entre los niños, mejor. Es lo que más me gusta de esta Escuela. Y no solo hay buen rollo entre los niños y padres del mismo colegio, también con los de otros colegios”.

A chutar

Con ganas y alegría.

Y para finalizar, el punto más polémico, el que hace referencia a la actitud de los padres durante los partidos. Todos coinciden en señalar que hay algunos más tranquilos que otros y unos que animan más que otros. Asímismo, resaltan que hasta el momento no han vivido ningún instante que sobresaliera por la agresividad que se sufre algunas veces en los campos de fútbol, incluso en partidos de niños de estas edades. César Santos se incluye entre los padres que animan mucho a los jugadores: “Yo soy de los padres que gritan, pero intento no molestar a los demás. Creo que nunca llegaría a discutir con otro padre por el fútbol. No sería un buen ejemplo para los críos. Somos un grupo de padres los que animamos, pero nunca nos metemos con nadie del otro equipo”.

De forma parecida se expresa Sergio Fernández: “En los partidos hay muy buen ambiente. Me incluyo entre los padres que animan. Pero esto no me puede llevar a discutir con nadie del otro equipo. Creo que es muy importante que nos respetemos unos a otros, por lo que pienso que nunca discutiría con otros padres por el fútbol. No sería bueno para los chicos. Repercutiría negativamente en ellos”.

A casa

Al final, los padres recogen a sus peques para volver a casa.

 

Explicaciones

Foto: Manuel Vela

Jorge García, entrenador de chupetines

“Lo difícil es mantener su atención, porque cada uno va a su bola”

Este estudiante de Turismo bilingüe lleva cuatro temporadas entrenando en la EDM, y tres dedicadas a los más pequeños de la Escuela. También comparte esta actividad con formar parte de la plantilla del Aficionado B.

¿Por qué entrenas a lo chupetines?

Porque me gusta entrenar al fútbol y gratifica mucho enseñar a los más pequeños. Sus respuestas son muy agradables e interesantes.

¿Pero a estas edades tan tempranas se les puede enseñar algo de fútbol?

No se les enseña a jugar al fútbol, sino a saber tratar con otros compañeros. Respecto a su aprendizaje con el balón, se les enseñan cosas muy simples, como pasar, parar la pelota o tirar. Lo básico.

¿Cuéntame cómo haces para mantener su atención?

Es lo más difícil. Cada uno va a su bola. Poco a poco se van notando quien lleva más tiempo en la Escuela. Cuando vienen el segundo año, ya prestan más atención.

¿Qué es lo que te llama más la atención del trato con niños tan pequeños?

Los diferentes comportamientos que tiene cada uno ante un mismo estímulo. Cada uno tiene una manera de ver el fútbol y cada uno tiene unas ganas diferentes.

Atentos a las instrucciones

Todos atentos a las instrucciones del preparador.

¿Cuándo dejan de ir todos detrás del balón?

Depende de los chavales. En principio, en Navidades ya hay alguno que no lo hace, Y poco a poco los demás lo van aprendiendo. En uno pocos meses el fútbol de los chupetines deja de ser una melé continua.

¿Notas que hay niños que viene y no les gusta el fútbol?

Sí, hay niños a los que se les ve que no les gusta el fútbol. Es más difícil tratar con ellos, se les ve que van más a su bola, que cuando hacemos un juego, se involucran, pero cuando hacemos ejercicios de fútbol, pasan un poco y se dedican a otra cosa.

¿Cuánto tardas en preparar un entrenamiento de los chupetines?

Con el programa informático que tenemos se tarda poco. Unos cuantos minutos.

¿Qué os comentan los padres?

Nos suelen decir que están muy contentos. Los ven que se juntan un gran número de chavales y nos pregunta si es duro tratar con tantos a la vez. Es lo que más les interesa. Ven lo que sufren ellos con uno o dos, y les extraña que estemos con tantos. Pero cuando ven como tratamos con ellos, se dan cuenta de que es posible.

¿Hacen algún reproche?

Principalmente sobre los horarios de los partidos. Hay que buscar amistosos y a veces no les vienen bien las horas.

A la espera de la acción

Esperando a entrar en acción.

¿Se meten los padres en lo que les tenéis que enseñar?

Sí, hay algunos que sí lo hacen, pero son pocos. No es que les enseñen, sino que intentan corregir a sus hijos como si fueran los entrenadores. Eso, normalmente, confunde, porque los chavales suelen estar más pendientes de los padres que de los entrenadores.

¿Cuéntame alguna anécdota?

Una temporada llegó un entrenador nuevo y le preguntó a un chaval que había estado ya un año con nosotros en qué puesto jugaba. Y ni corto ni perezoso, el peque de cinco años le respondió: “Me da igual, yo soy ambidiestro”.

Encantanda con la Escuela

Foto: Manuel Vela

 Almudena Roldán, madre del chupetín Álvaro Fernandez

“Desde que Álvaro viene a la Escuela es la persona más feliz del mundo”

Esta mujer es la encarga de llevar al Lili Álvarez a este alumno del Colegio Gredos San Diego todos los días de entrenamiento, así como cuando tiene que disputar un partido. Es su primera temporada en la Escuela y está encantada con lo que se ha encontrado.

¿Por qué trae a su hijo a la EDM?

Porque el año pasado estuvo pidiéndome todos los días que le trajera a jugar al fútbol. El  año pasado le veía un poco pequeño, pero este año su padre y yo pensamos que no nos quedaba otra opción que apuntarlo.

¿Por qué le gusta a Álvaro tanto el fútbol?

No sé por qué, pero desde pequeño el balón era su juego preferido. Eso sí, al padre también le encanta y ve mucho fútbol. Me imagino que de ahí le vendrán las ganas.

¿Qué espera de esta experiencia?

Que aprenda a jugar al fútbol. Pero sobre todo, que venga súper contento, como viene ahora. Es la persona más feliz del mundo ahora mismo. Cuando sale de entrenar se le ven encantado.

¿Sueña con que algún día triunfe en este deporte?

No vendría mal que fuera un campeón. Por qué no Pero lo que buscamos es que se lo pase bien.

Atentos a todo.

Los familaires siguen atentamente las acciones de sus peques.

¿Con qué se contentaría al final de temporada?

Me gustaría que se lo haya pasado muy bien y la temporada que viene siguiera jugando. Le viene bien hacer deporte, y si es su pasión, que continúe con ella.

¿Usted o su marido le dicen cómo tiene que jugar?

Por ahora no le damos directrices ni le decimos qué tiene que hacer, pero porque el padre no ha podido venir todavía a verlo. Pero cuando pueda venir a los partidos, seguro que se mete dentro, le anima y le dice lo que tiene que hacer.

¿Cómo ve el ambiente que hay en la  EDM?

Es muy bueno. Hemos llegado con otros compañeros del cole y el ambiente, por ahora, me parece excelente. Los padres vienen con mucha alegría y con ganas de verlos jugar.

¿Ha estado ya en algún partido?

Sí, y ha sido muy divertido, porque los veo a todos muy malos. Pero disfrutaron mucho. Cada uno a su aire, pues es el primer encuentro y todavía no saben hacer nada.  Pero se lo pasaron fenomenal.

¿Cómo fue el ambiente en la grada durante el partido?

Todavía no he vivido lo de ver a padres exaltados siguiendo los partidos, pero es verdad que el otro día había algunos muy contentos y todos gritaban. En un momento pensé que estaban un poco locos, pero seguramente dentro de un tiempo estaremos igual que ellos.

Vídeo realizado por Manuel Vela de un ejercicio de los chupetines en una sesión de entrenamiento:

Chupetines o cómo disfrutar del fútbol cuando no pueden ni con el balón