Álvaro Villalba: “Me voy muy satisfecho con todo lo que he hecho”

Álvaro Villalba: “Me voy muy satisfecho con todo lo que he hecho”

«Nunca pensé que la Escuela pudiera llegar a tanto; en los últimos años ha crecido mucho y bien»

Después de 18 años en la EDM, este amante del fútbol deja la actividad que le ha incentivado toda su vida para iniciar una nueva aventura viajera por el mundo

  • «No me voy de la Escuela por nada profesional; es una razón exclusivamente personal»

  • «En los 18 años que he pasado aquí, ha habido muchas más cosas buenas que malas, si no no hubiera aguantado»

  • «El fútbol ha sido la principal atracción de mi vida, hasta ahora»

DSC_0040.JPG

 

Alejandro Posilio

Tras 18 temporadas consecutivas en la Escuela, Álvaro Villalba, coordinador de la etapa de Iniciación de la EDM y entrenador del Alevín B, nos dice adiós porque comienza un nuevo proyecto de vida. Desde que empezara a jugar en los alevines del por entonces Club Deportivo Moratalaz, hasta esta campaña, ha pasado por distintos puestos; jugador, entrenador y coordinador, y asegura que de todos ha aprendido algo. Se lleva excelentes recuerdos de mucha gente y no descarta volver algún día. Con 28 años en sus alforjas, este madrileño bonachón y con cara de niño ha decidido iniciar un viaje para conocer mundo. No sabe ni por dónde va a ir ni dónde ni cuándo terminará. Solo tiene muchas ganas de conocer.

¿Por qué dejas la Escuela después de 18 años en ella?

No me voy de la Escuela por nada profesional; es una razón exclusivamente personal. Llevo tiempo dándole vueltas a querer ir a otros sitios, quiero conocer lugares y personas diferentes, no quiero estancarme en un mismo país o ciudad. Quiero conocer todo lo que pueda del mundo.

¿Cómo ha sido la experiencia después de tanto tiempo formando parte de la EDM?

Pues ha habido de todo: bueno, malo y regular. Ha habido más bueno que malo, si no no hubiera aguantado tanto tiempo aquí. Pero alguna vez me hubiera gustado salir, sobre todo como jugador, para conocer otros clubes. Pero en mi última etapa como entrenador y los últimos como coordinador, la experiencia ha sido buenísima. Si fuera solo por la Escuela, me quedaría muchos años más. Pero es una cuestión de mi vida personal.

¿Han merecido la pena tantos años en la Escuela?

Sí, claro. Sin duda, porque he conocido mucha gente, que es lo mejor que he podido hacer. Este es uno de los propósitos del viaje que voy a iniciar. Aparte de conocer, países, ciudades y culturas diferentes, voy a conocer mucha gente. Hay mucho tarumba como yo que se va por ahí a conocer mundo. Cuando conoces algo en profundidad, te das cuenta de la cantidad de gente que hace esto. Esa gente tiene que ser también curiosa de conocer.

¿Lo mejor de tu vida aquí?

La gente que he conocido durante todos estos años, y de los que he aprendido. O he estado en mi casa o he estado en el Urbis. No soy una persona de vicios ni de salir mucho, solo de vez en cuando. Mi vida ha sido el fútbol y poquito más, como los amiguetes. El fútbol ha sido la atracción principal de mi vida, hasta ahora.

DSC_0041.JPG ¿Y lo peor?

Momentos como un descenso o alguna mala temporada que no haya habido buena conexión con los jugadores, cuando era entrenador, o con los compañeros o entrenador, cuando era jugador. Pero tampoco ha habido malos, muy malos momentos, Dejémoslo en regulares.

¿Qué es lo que más te ha sorprendido del tiempo que has estado aquí?

La evolución de la Escuela en los últimos años. Nunca pensé que se iba a llegar a tanto. Puede que desde fura o que el que haya entrado hace poco pueda pensar que no es para tanto. Pero esta Escuela era un club con cuatro gatos. Y esto ha crecido muchísimo en cinco o seis años, para bien, evidentemente.

¿Te ha defraudado alguien o algo?

Alguien sí. No muchos, pero algunos, personas que han estado aquí mucho tiempo, con las que empecé, y hemos llevado caminos paralelos. Pero luego, al crecer, me he dado cuenta de algunas cosas. Según vas siendo más mayor, analizas más a la personas y descubres que no es lo que te gusta. Pero no le doy más importancia.

¿Qué has aprendido aquí?

En lo deportivo, mucho, un montón, sobre todo en la última etapa de entrenador. Si pudiera volver a tener diez años y comenzar a jugar, haría muchas cosas que no llegué a hacer en su momento. Y también me he esforzado mucho en ser lo más justo posible, a la vez que consecuente con las decisiones que se toman. Y, sobre todo, he intentado ser mejor persona. Aunque es un tópico muy típico, he hecho mucho hincapié en eso, y me he esforzado. Me paro a pensar las cosas cinco segundos antes de decirlas o hacerlas.

¿Has dejado de hacer algo en la Escuela que te hubiera gustado hacer?

Creo que no. He ido poco a poco probando cosas nuevas. Empecé jugando, luego combiné jugar y entrenar; más tarde me quedé solo entrenando y ahora, en la última etapa, he combinado las tareas de entrenar y coordinar. Poco más me quedaría por hacer; ser directivo, quizá. Pero ahora mismo me voy muy satisfecho con todo lo que he hecho.

DSC_0048.JPG Cuándo estés de viaje por esos países lejanos del mundo, ¿qué recordarás de la EDM?

Sobre todo me acordaré de muchas personas que he conocido y de los chavales que he entrenado, sobre todo de los de este último año, que han sido unos chicos fenómenos y me lo he pasado muy bien con ellos. Me acordaré de los compañeros y de los amiguetes que he hecho aquí para salir a cenar y tomar algo. Esos momentos seguro que los echaré de menos.

¿Te arrepientes de algo que hayas hecho en la Escuela?

Es una pregunta difícil, porque soy una persona que no hace nada a la ligera. Le doy muchas vueltas a las cosas y cuando hago algo, no es que no me equivoque, pero no me arrepiento de grandes cosas. Es verdad que después de ver los resultados de mis decisiones, pudiera haber cambiado la elección de algún equipo alguna temporada, y digo elección entre comillas, porque eso no es posible.

¿Qué significó para ti ser nombrado coordinador?

Fue hace cinco o seis años. En ese período de transformación que sufrió la Escuela al unirse los dos clubes del barrio hubo mucho vaivén de gente que quiso dirigir e involucrarse. La mayoría con buena fe, y otros mirando por lo suyo. En ese vaivén, Jorge era coordinador de juveniles, y me ofreció la posibilidad de coordinar a los pequeños, me lo dijo porque estaba entrenando con él, y lo hicimos los dos juntos: él se ocupó más de los juveniles, y yo, de los pequeños. Al principio no me llenaba mucho, porque lo que me gustaba era entrenar. Pero luego he estado sin entrenar y no lo he echado de menos. Ha sido una experiencia muy buena, aprendes mucho, porque ves muchos entrenamientos y miles de partidos, conoces a muchos chavales, más de 500, cómo se llaman, quiénes son sus padres… todo eso se acumula.

¿Qué cambiarías en la Escuela antes de irte?

Es una tarea muy complicada. Cada año se consiguen cosas nuevas y no es fácil. Hay cosas que se van dejando de lado. Yo tendría un poquito más de mano dura con el asunto disciplinario de padres y de algunos comportamientos de los jugadores en el campo. Es algo que queda pendiente. No sé si hay cierto miedo o respeto, pero es lógico, porque es un tema muy delicado y hay que actuar con cuidado. Yo sería un pelín más duro con las sanciones. Los responsables de este área hablan con la gente, pero quizá habría que ir un pasito más adelante.

¿Has cambiado radicalmente alguno de los pensamientos o principios con los que llegaste al fútbol?

Una de las razones por las que he estado aquí tanto tiempo es porque ha ido llegando gente con la que me sentía identificado. Siempre he sido defensor y practicante del fútbol que hacemos aquí, como jugador lo hice mejor técnicamente que físicamente. Y, gracias a Dios, el estilo ha cambiado mucho. A mí me hubiera gustado entrenar antes como entrenan ahora los chavales aquí. Por ese lado, ha sido beneficioso totalmente para mí. Las ideas del fútbol combinativo las comparto totalmente, si no no hubiera seguido aquí.

¿Qué piensas aprender en tu viaje por el mundo?

Sobre todo, a saber valerme por mí mismo. Cuando estás en casa o en tu barrio o en tu ciudad, te haces cómodo. El ser humano es cómodo y busca la comunidad. Pretendo dar un pasito, como cuando te mudas de casa o de ciudad. Eso va a ser lo más beneficioso. Es lo que busco, no independencia, porque siempre la he tenido, pero sí valerme por mí mismo sin problemas.

DSC_0043.JPG ¿Piensas volver algún día a la Escuela?

Sí, por qué no. Creo que ya están haciendo apuestas sobre cuánto voy a tardar en volver. Yo espero que tarde, no por la Escuela, sino porque querrá decir que me lo estoy pasando bien fuera y que me está gustando lo que estoy haciendo. No tengo ninguna fecha límite. A lo mejor estoy seis meses o un año y es suficiente, y necesito volver, o pasan cinco años y no he vuelto. Eso es lo que voy a probar.

En la carta de despedida que has escrito y que se ha publicado en la web de la Escuela hablas de los malos. ¿Quiénes son los malos?

Los malos son , aunque es muy subjetivo, con los que no comparto la mayoría de las decisiones,  aunque para otros puedan ser los buenos. Los malos son los que no respetan las decisiones y los que son muy egoístas y solo miran para sí mismo. No son muchos, pero los hay. Ayer estuvo Ferrán Adriá en un programa de televisión y estuvo hablando sobre la buena gente, y me identifiqué mucho con la carta que he escrito de despedida. Es verdad que en el mundo hay mucha más buena gente que mala. Pero los malos hacen mucho ruido. Es verdad, hay pocos malos, entre el 15 o el 20%, pero hacen ruido. Eso sí, cada vez son menos y los buenos asoman más.

¿Quieres decir algo más?

Solo gracias a todo el mundo.

Álvaro, que te vaya bien, y mucha suerte.

Carta de despedida